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Catalina Rojas: «Roberto Parra era un adelantado para su época»

Mañana, miércoles 29 de junio, se festejaría el cumpleaños número 84 del fallecido »Tío Roberto». En la Biblioteca Nacional se leerán las "Décimas de la Negra Ester", y en la noche habrá una fiesta con todos sus amigos. Su esposa anuncia, además, la edición de un libro y un disco con material inédito del cantor.


Sabía como celebrar. El festejo, para él, estuvo siempre en la punta de la guitarra: era cosa de que salieran unas décimas, un vino y un poco de baile. El 29 el ‘tío’ Roberto estaría de cumpleaños (el número 84), y la fiesta será como corresponde: durante todo el día y hasta que las velas no ardan.



Las actividades incluyen una exposición -"voy y vuelvo", que se inicia a las 10 de la mañana- y seguirán con la lectura de las Décimas de la Negra Ester, al mediodía, en el jardín de la Biblioteca Nacional. Actores, actrices, cantantes, músicos y escritores, entre otros, leerán la obra del músico y dramaturgo. Su hermano Óscar Parra, el actor Daniel Muñoz, Mario Rojas, Fernando Ubiergo, Mireya Soto, Alberto Cendra, Cuti Aste y otros estarán en la ceremonia junto a su viuda, Catalina Rojas, que leerá las primeras décimas. Dentro de la Biblioteca se exhibirán sus obras "La Negra Ester" y "Prontuario".



A partir de las nueve de la noche los festejos estarán en La Barcaza (Santa Isabel 0350), donde habrá baile y canto para recordar al ‘tío’. Pero su figura estará presente todo el año, porque se cumplen 10 años desde su muerte.



Nada de boquiabierto, buscavidas y nómade, se pasó buena parte de su vida viajando con lo puesto, disfrutando la cueca y el jazz del día, a veces sin comer, pero difícilmente sin tomar. Pionero de las cuecas choras, precursor de estilos, es uno de los que componen el trío de ases de los Parra, junto con Violeta y Nicanor.



A pesar de haber hecho uno de los aportes más importantes al canto chileno -junto con Violeta Parra-, sólo recibió un premio en su vida: el de la Sociedad del Derecho de Autor, en 1995.



El otro Roberto



De su vida bohemia y sus amores con la Negra esquiva del "Luces del Puerto" se conoce bastante. Hoy, su mujer habla del otro Roberto. El que se enamoró de una vez y para siempre. "Lo conocí el año 70 -cuenta Catalina. Él tenía más de 50, y yo tenía 22 ó 23. Nos conocimos en los "balnearios populares", en Peñuelas, al lado de La Serena. Yo en esa época estudiaba teatro en la universidad, y andábamos de monitores de teatro en los balnearios populares, durante el gobierno de Allende. Roberto andaba cantando por todos los balnearios: en Peñuelas, en Pichidangui, en Los Vilos, en todas partes." Estuvieron de novios apenas un año, y se casaron. De un minuto otro se le olvidó su vocación de patiperro, y se quedó. "Yo creo que porque soy tranquila y tengo harta paciencia", dice su mujer.



¿Y a usted qué le gustó de él?
– Lo que pasa es que mi papá era músico también. Ahí está el asunto. Son conclusiones que yo he sacado después. No sé, pero me convenció, porque era simpático, era bueno reírse, era bueno para las tallas. Se pasaba bien con él. Con él nunca se pasaban penas.



¿Y como papá?
– Adoraba a sus hijas. Eran ya grandes y les decía que se quedaran en la casa, que no fueran al colegio. Y cuando llovía, menos iban. Ellas también lo adoraban a él.



Parra y el reconocimiento tardío



Ahora ha habido bastantes reconocimientos a su obra, se valora y aprecia su aporte, pero en su minuto él las pasó bien negras también.
– Las pasamos. Claro. Vivimos todo el tiempo de dictadura complicados. Nosotros estuvimos un par de años cantando en La Vega. Te hablo de los puros días sábados, pero igual. Cantábamos a medias los dos.



¿cree que en su minuto faltó un reconocimiento a la labor de Roberto Parra?
– Sí, por supuesto. ¿Sabe lo que pasa? Yo creo que en este país la gente no está acostumbrada a darle premios a una persona que prácticamente no tuvo educación. ¿Se fija que aquí todos los premios son para académicos? El señor no sé qué, doctor en no sé cuánto, filólogo… Pero él nada. Toda la gente se rió con la Negra Ester, pero nunca lo premiaron.



Actualmente, en cambio, hay un gran resurgimiento en el interés por el jazz huachaca y las cuecas choras.
– Sí, pues. Esas cuecas las grabó en el año 65. Fue pionero en la cueca urbana, la cueca no tradicional. Yo creo que la gente a veces se adelanta. En este momento le habrían dado todo, pero en ese momento no. Era un adelantado.



¿Cree que él servía de unión entre la nueva canción popular -como lo que hacía su hermana Violeta- y la cueca brava?
– Yo creo que son distintos. Pongo al mismo nivel a la Violeta, Nicanor y a Roberto, y hay estudiosos que están haciendo estudios sobre los tres. Son distintos, pero los tres tienen un talento increíble. Son los tres geniales.



Parra inédito



Décimas inéditas del ‘tío’ Roberto -entre ellas, las que dedica a Violeta Parra- , fotografías, textos de Nicanor Parra a su hermano y transcripción de su música es parte del material que publicará editorial Pehuén para recordar al músico.



"En este momento yo estoy revisando todas sus cosas, mi hija Leonora está haciendo su biografía, y hay un músico que está haciendo las partituras y en eso estamos trabajando. Tiene muchos trabajos inéditos. Hay que seleccionar, a pesar de que todo lo que escribe Roberto es genial, porque -según dice Nicanor- él no rellena", asegura Catalina.



Álvaro Henríquez, además, está haciendo un disco con material inédito que va a salir en septiembre al mercado. La placa incluiría audios de un recital que Roberto Parra ofreció en la Biblioteca Nacional en 1992.



xjara@elmostrador.cl


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