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Reunión con Raúl Alcaíno resuelve hoy el futuro de Teatro del Puente

Representantes del recinto cultural y la Municipalidad de Santiago dialogarán -junto al ministro de Cultura, José Weinstein- para encontrar una solución que impida el cierre del original recinto teatral. Las reparaciones requeridas para dejarlo funcionando cuestan 18 millones, y a ellos se suman los ocho de deuda en contribuciones.


El misántropo. La vida de Helge. Anhelo del corazón. Los ojos rotos. A mi manera… Todas esas obras, entre muchas otras, han pasado por el escenario del Teatro del Puente. Un sitio que ilumina el río en las noches, y que se mece cuando, por sus extremos, pasan vehículos pesados. Un teatro que podría acabarse y dar paso a un paseo peatonal.



La posibilidad, sin embargo, se hace menos cercana en la medida en que pasan los días y se suman los apoyos. Hoy el alcalde de Santiago discutirá el tema con los representantes de la sala cultural y con el ministro de Cultura, José Weinstein.



Una manifestación bastó para ser escuchados. Al menos, esa es la sensación con la que se queda Caioia Sota, directora del Teatro El Puente, tras la protesta pacífica que hicieron el viernes pasado los defensores del recinto, para que el lugar no sea transformado en un paseo peatonal.



La movilización, que convocó a parte importante de la comunidad teatral, y que sigue juntando firmas en la página internet www.contrapeso.cl/puente/ permitió que muchos vecinos y empresas privadas se enteraran de la inminencia del cierre de la tradicional sala de teatro, y ofrecieran su ayuda para impedirlo. "Ahora el encargado de cultura de la intendencia me llama en línea directa, hay fondos, se puede postular acá, se puede postular allá, el ministro de Cultura nos acompaña a la reunión con el alcalde para buscar soluciones… y el alcalde nos recibe", cuenta.



Las reparaciones necesarias



Las razones por las que peligra el recinto teatral son netamente financieras. La construcción requiere hacer reparaciones con urgencia. Por una parte, están las exigencias que el consejo de Monumentos Nacionales ha hecho respecto de recuperar la línea de diseño original en la construcción, principalmente en la techumbre. A ello se agregan las mejoras que se requieren por efectos de uso y de seguridad. En total, 18 millones de pesos, según el proyecto arquitectónico hecho por la gente del recinto artístico y aprobado tanto por la Municipalidad como por el consejo de Monumentos Nacionales a fines del año 2003.



Parte de ese financiamiento fue solicitado a la Municipalidad de Santiago, opción desestimada por el entonces alcalde Joaquín Lavín. Los encargados del Teatro del Puente buscaron entonces financiamiento privado, pero tampoco les fue posible encontrarlo, porque las condiciones del contrato de arriendo no hacen segura la inversión para un privado.



El Teatro del Puente tiene un contrato de arriendo con el municipio desde el año 99. Cada cuatro años, se renueva automáticamente, a menos que una de las partes decida rescindirlo, para lo que basta una carta de aviso con 90 días de antelación. Esta modalidad hace que las empresas estimen riesgoso invertir capital en las obras del recinto cultural.



"Lo que estamos pidiendo al alcalde desde que asumió -puesto que a Lavín no le interesó el tema- es juntarnos para modificar el contrato, o que asuma los 18 millones del arreglo que necesita el teatro para quedar tiqui-taca. En el proyecto incluimos rehacer el sistema eléctrico para tener más seguridad, así como ingresos y baños para minusválidos", explica Caioia Sota sobre las demandas que hoy harán a Raúl Alcaíno.



La idea es establecer un acuerdo de reciprocidad de beneficios, plantea. "Hacer una alianza con el Municipio, que asuman que el Teatro les pertenece, que es de ellos y que trabajemos en común. Que tengan beneficios en el teatro, como siempre fue, que los vecinos tienen descuentos, que los invitamos a las funciones de preestreno gratis, etcétera."



Deuda tributaria



El problema que corona los desacuerdos es la deuda tributaria por concepto de contribuciones territoriales que el centro cultural mantiene con la oficina edilicia, que llega casi a los ocho millones de pesos. En la Municipalidad aseguran que este es precisamente esta falta de pago lo que obliga a cerrar el recinto y demolerlo para hacer un paseo peatonal.



Caioia Sota, en tanto, asegura que no es tan claro que un puente deba pagar tributos. "La gestión de Lavín nos dijo que ellos lo iban a resolver este tema pendiente -cuenta-, porque estaban de acuerdo con nosotros en que no nos correspondía estar pagando contribuciones. Además, los abogados nuestros nos informaron que ni siquiera es seguro que un puente tenga que ocupar impuesto territorial, porque no ocupa territorio".



Santiago Plant, director del área de urbanismo de la municipalidad, tiene otra opinión. "Este asunto está zanjado por ley. Es obligatorio pagar las contribuciones y la Municipalidad de Santiago no puede mediar en este sentido ante Impuestos Internos", asegura, descartando toda posibilidad de que la administración asuma ese costo. De no pagarse esas contribuciones, explica, lo lógico sería que el lugar volviera a su condición original, es decir, de puente.



Sin embargo, y a pesar de los desencuentros, tanto la gente del Teatro del Puente como en la Municipalidad están confiados en encontrar un arreglo que no obligue a una salida extrema. "Creo que va a haber solución. Si no sale humo blanco, al menos va a salir humo tornasolado", aventura Plant.

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