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Bolivia en la encrucijada:’Triunfo de Morales es también el éxito de Chávez’

Gobierno que encabezará el líder indígena debería estar marcado por reformas políticas y económicas radicales, como una nueva Constitución y la nacionalización de los hidrocarburos. Mientras EEUU lo mira con recelo por su cercanía al líder venezolano Hugo Chávez, las masas populares y las clases medias celebran en Bolivia. Con Chile, las relaciones no cambiarían demasiado.


Ama sua, ama quella, ama llulla y ama llunku. ‘No seas ladrón, no seas holgazán, no mientas y no seas servil…’. Éstas enseñanzas son los pilares de la formación aymara que recibió y que promueve Evo Morales, el presidente electo de Bolivia, el líder indígena que ha alcanzado un apoyo histórico para ser la cabeza de gobierno.



El abanderado del Movimiento al Socialismo (MAS-IPSP), que sobrepasó holgadamente a sus contenedores, el conservador Jorge Quiroga, de Podemos, y Samuel Doria Medina, de UN, ha prometido despenalizar el cultivo de la coca, y nacionalizar los hidrocarburos. Mientras la primera propuesta genera escozor en Estados Unidos -que además mira a Morales con recelo por su cercanía al presidente venezolano Hugo Chávez-, la segunda provoca más de un resquemor entre el empresariado, especialmente en zonas ricas, como Santa Cruz.



Aunque la base de apoyo de Evo Morales se asienta en los cocaleros del Chapare, durante los últimos años se amplió también entre los sectores medios. El descontento con el actual sistema político, y la urgente necesidad de reformarlo serían, en opinión de Stéphanie Alenda, cientista política e investigadora de la Universidad de Chile, dos de las principales razones que llevaron a Morales al poder.



Dentro de su programa de gobierno, incluyó la idea de crear una nueva Carta Fundamental, y establecer una asamblea constituyente que permita la ‘refundación’ del país. Aunque hay sectores bolivianos que mantienen sus recelos, el panorama le es favorable, puesto que sus competidores han comprometido ya una ‘crítica constructiva’, y su amplia victoria le garantiza gobernabilidad. "Todo va a depender de su capacidad de tomar decisiones responsables. Si se toman decisiones radicales, todo cambia", opina la analista.



Expansión de base de apoyo



-¿De qué modo se explica el histórico triunfo de Evo Morales?
-En la última elección presidencial, Evo Morales había conseguido un apoyo entre las capas medias, principalmente en La Paz. No es sorprendente, puesto que su partido ya demostró que no sólo contaba con una base de apoyo entre de los cocaleros del Chapare, y había logrado conquistar apoyo también en el occidente del país. Lo que pasa ahora es que ese voto ha aumentado, y bastante. El 2002, consiguió el 10% de las votaciones en Santa Cruz, y ahora está con cerca del 30%; igual en Tarija. Los dos departamentos -uno del sur y otro del oriente-, sorprendieron con estos resultados. May muchas hipótesis; una de esas es el voto de los migrantes por el MAS, pero también hay un voto de gente de clase media, que quiere un cambio. Esto expresa un consenso de la mayoría, sobre el hecho de que la democracia pactada, tal como funcionó durante cerca de 20, está exhausta.



-¿Cuánto de la adhesión que genera Morales es por genuina conformidad con su proyecto y cuánto por rechazo al sistema anterior?
-Claramente hay un gran rechazo al sistema anterior. Los otros dos candidatos -Jorge Quiroga y Samuel Doria Medina- encarnan ese sistema, sobre todo Quiroga. Es un modo de decir que la gente quiere un cambio profundo.



Las nacionalizaciones y el empresariado



-El eje de las propuestas económicas de Morales está en la nacionalización de los hidrocarburos. ¿Qué posibilidades efectivas tiene de concretar este plan, considerando que su base de apoyo son los sectores pobres y la clase media, no el empresariado?
– Ésa es la gran incógnita. Morales va a tener que negociar con el empresariado. Y va a tener que negociar con la gente de Santa Cruz y Tarija. Lo favorable para él es el resultado que sacó en ambos departamentos; habría sido mucho más complicado si se hubiese dado un voto completamente polarizado: Evo Morales fuerte en el occidente y Quiroga fuerte en el sur y el nororiente. Los resultados implican que se le están facilitando las cosas como para llevar a cabo reformas profundas. Evidentemente va a tener que negociar, y su éxito va a depender mucho también de su capacidad para conformar un gobierno que dé viabilidad a este proyecto del MAS. Aparentemente, Jorge Quiroga y Samuel Doria Medina van a llevar a cabo una oposición constructiva, sin el problema de antes, de la obstrucción al Poder Ejecutivo por parte del Legislativo.



-En ese sentido, Samuel Doria había anunciado antes que si alguien lograba aventajar en más de cinco puntos a sus rivales, su partido lo iba a apoyar. Eso es simbólico, pero ¿hay posibilidades de que sea efectivo, considerando lo radical de las reformas que Morales plantea?
-Depende mucho de la voluntad de negociar de Evo Morales. No olvidemos que varios de sus planteamientos fueron rescatados por sus oponentes; la asamblea constituyente es una idea que Jorge Quiroga integró en su programa de gobierno. Fue un tema que logró instalarse como clave para el futuro del país, y esto se debe de alguna forma al MAS, o a los movimientos sociales que lo apoyan. Por ahora, no hay tantas diferencias fundamentales.



-El triunfo de Evo Morales hace suponer la suspensión -al menos temporal- de las protestas. ¿Qué confiabilidad tiene el apoyo que las grandes masas le han dado, en términos de permanencia y gobernabilidad?
-Mucha, porque controla gran parte de las masas; concretamente, a los cocaleros del Chapare, más otros sectores como la Central Obrera Boliviana (COB), o las juntas de vecinos del Alto. Obviamente, si no se toman medidas a la altura de lo que esperan, pueden generar nuevos disturbios, pero con menos posibilidades, que si hubiera ganado Quiroga. La inestabilidad podría venir, más bien, de los sectores empresariales de Santa Cruz.



-Precisamente, respecto de la oposición en Santa Cruz, -tanto por la nacionalización de los hidrocarburos como por el separatismo camba, que es una idea importante en esa zona-, ¿cómo se espera que eso sea manejado por Evo Morales?
-Ése es el punto. Si no logra negociar con esos sectores susceptibles, van a empezar a aflorar las divergencias, y se va a requerir una capacidad de negociación por parte del gobierno del MAS. Una buena señal es la votación que sacó Morales en ese departamento, que es histórica para un líder indígena. Junto con estas condiciones favorables hay problemas que subsisten, como la corrupción o el clientelismo. La votación no muestra una polarización -lo cual no significa que no haya posiciones políticamente radicales, como un nacionalismo de origen aymara, o el nacionalismo cruceño, radical-, pero por el momento, Morales se presenta como el líder del consenso, con lo que el electorado le facilita mucho la tarea.



Las nuevas relaciones internacionales de Bolivia



-Morales sigue bastante la línea de Chávez, lo que genera resquemores en Estados Unidos y en quienes son contrarios al líder venezolano. ¿Qué cabe esperar de esta comunión de intereses?
-Evo Morales dijo que su gobierno iba a ser una pesadilla para Estados Unidos, y se sabe que Chávez tiene bastante influencia sobre Morales. Hay un trío ahí: Fidel Castro-Chávez-Morales. En ese sentido, el triunfo de Evo Morales es el éxito de Chávez también. Es muy probable que Evo Morales quiera seguir los pasos de Chávez. y que Bolivia se convierta en una versión andina de Venezuela. De hecho esta refundación va a empezar por una Constituyente, como en Venezuela. La discusión que viene ahora es cómo se van a elegir los representantes de esa Asamblea. Si la base de la representación es la pertenencia o pseudopertenencia étnica, podría agudizar la tendencia siempre latente a la fragmentación del país. Esperemos que no.



-En cuanto a sus relaciones con Chile, ¿qué cabe esperar de la histórica petición boliviana de salida al mar? Nosotros sabemos que él ha sido confrontacional antes, pero no sabemos cómo se va a comportar siendo cabeza de gobierno.
-Lo que se perfila es que la reivindicación de la salida marítima va a seguir, pero Bolivia está esperando una señal de Chile al respecto también, para reestablecer, por ejemplo, las relaciones diplomáticas. Están contando con el gobierno de Michelle Bachelet, que naturalmente sería más afín a Morales. Pero el pedido va a ser exactamente el mismo, y creo que no van a ceder. Pero el MAS va probablemente a reanudar con la petición sin transar que caracterizó el gobierno de Carlos Mesa. Tuto Quiroga tal vez habría matizado su discurso, sus reivindicaciones, pero en el caso de Morales, se va a inscribir exactamente en los pasos de Carlos Mesa.



-O sea, salida soberana o nada.
Sí, me imagino que así va a ser.


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