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Cinco ciudades milenarias iraníes en peligro de ser arrasadas por EE.UU.

Irán, como firmante del Tratado de No Proliferación Nuclear y de uno de dos protocolos adicionales -este último no lo ha ratificado-, debe someterse al control de la Agencia Internacional de Energía Atómica, lo que no le impide investigar en el campo nuclear con fines pacíficos. Sin embargo, Washington es escéptico de que así sea, y se prepara a reeditar en ese país la aventura de Irak.


Bushehr (Buyehir) es una ciudad portuaria irani relativamente tranquila. Está ubicada en el golfo Pérsico al sur de Teherán. Sus habitantes, unos 60.000, viven de la explotación del puerto, de la venta de lana, tapetes, algodón, conservas, de la pesca y especialmente del turismo que atrae cada año a un número elevado de europeos y estadounidenses deseosos de conocer una historia milenaria visitando las edificaciones de una ciudad Sasánida (de la era sasánida entre los años 226 y 651), y también el Palacio de Shapur I, el templo del Fuego o las ruinas de Reyshar.



Esta es la actividad cotidiana en una ciudad con muchas obras de arte, apacible y bella, pero donde sus habitantes, de origen árabe, parecen desconocer el futuro negro que les espera si el presidente estadounidense, George W. Bush, lleva a cabo sus planes secretos de bombardear las instalaciones nucleares iraníes arrastrado por la convicción personal y la de sus servicios secretos, de que Irán está en vías de convertirse en una nueva potencia atómica.



Lamentablemente Bushehr está ubicada en el medio del fogón, porque en esta provincia iraní, una de las 28 que tiene este país, se termina la construcción de una central nuclear con la cooperación rusa, proyecto que contempla dos reactores y que fue iniciado en los años setenta por la empresa alemana Siemens, quedando luego paralizado por décadas tras la revolución Islámica encabezada por el Ayatollah Ruhollah Jomeini en 1979.



Pero así como el peligro ronda a Bushehr, también hay otras cuatro ciudades amenazadas como son Arak, Isfahan, Natanz y la misma capital iraní, Teherán.



En Bushehr se termina la construcción de una central nuclear de mil megavatios (dos reactores), a un costo de 800 millones de dólares, que este año alcanzará su capacidad total. El proyecto en Arak contempla un reactor para investigación, instalaciones para la producción de radioisótopos y una planta de agua pesada; en Teherán, un reactor, una planta de tratamiento de residuos (un laboratorio de enriquecimiento de uranio está desmantelado); en Natanz está operativa una planta piloto de enriquecimiento de uranio y otra en construcción (las actividades en esta instalación habían sido suspendidas pero volvieron a reanudarse a comienzos de este año); y en Isfahan (Esfahan) hay reactores de neutrones de agua pesada, de agua ligera y laboratorios (se decomisó un reactor de grafito).



Así como Bushehr, cada una de estas ciudades o provincias, amenazadas por un eventual bombardeo aéreo estadounidense, son poseedoras de grandes riquezas o bienes industriales, como es el caso de Arak, ubicada en el centro de la región iraní de Markazi, que es una de las principales ciudades industriales de este país del Cercano Oriente, especialmente en los sectores metalúrgicos, maquinarias y el petroquímico.



Ispahán, en el centro de Irán, en la ruta entre el Mar Caspio y el Golfo Pérsico, fue convertida en el símbolo de la cultura persa a finales del siglo XVI y comienzos del XVII por el Sha Abbás, quien la bautizó como la ciudad de "la mitad del mundo". Sus milenarias riquezas han quedado intactas y en 1979 fue declarada Patrimonio de la Humanidad.



Irán, como firmante del Tratado de No Proliferación Nuclear y de uno de dos protocolos adicionales -este último no lo ha ratificado- debe someterse al control del Organismo Internacional de Energía Atómica, lo que no le impide investigar en el campo nuclear con fines pacíficos. Sin embargo, Estados Unidos es escéptico de que así sea y el mundo está llegando al mismo punto al que llegó en la etapa previa a la invasión estadounidense en Irak en el 2003, acción que realizó pasando por alto a las Naciones Unidas.



Hoy, la situación es aún más complicada porque dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -Rusia y China- están en contra de cualquier tipo de acciones bélicas como también de la aplicación de sanciones contra el gobierno de Teherán. Por lo demás tanto Rusia como China han dicho con énfasis y lo han reiterado que lo que está haciendo Irán en el campo nuclear es sólo con fines pacíficos.



Ya lo dijo Serguei Kirienko, jefe de la agencia nuclear rusa Rosatom: "Las obras en la planta electronuclear de Bushehr no violan ningún tratado internacional". Sin embargo, Kirienko sólo se refirió a una sola central iraní sin comentar nada de lo que ocurre en las otras cuatro.



Por lo demás, la cooperación nuclear que presta Rusia a Irán es parte de un acuerdo intergubernamental entre ambos países firmado el 25 de agosto de 1992, donde se contempla que el aporte ruso se hará en el marco del uso civil y no militar de esta energía.
Sin embargo, Estados Unidos argumenta desde el año 1998 que Irán no necesita energía nuclear para uso doméstico porque es rico en otras fuentes como son el petróleo y el gas. Con esta deliberación, Estados Unidos ha llegado a la conclusión de que el destino de todas estos experimentos no son con fines pacíficos sino conseguir la bomba atómica.



Informes de inteligencia estadounidenses aseguran que Irán tiene un amplio programa de fabricación de armas atómicas. Esta experiencia de informes secretos que van y vienen ya la vivió el mundo con Irak, donde Bush juró y rejuró que Saddam Hussein tenía armas químicas y biológicas. Las tropas de Estados Unidos, apoyadas por Gran Bretaña y España y otros países, invadieron Irak y destruyeron gran parte de las riquezas históricas que estaban a disposición de estudiosos, investigadores y ciudadanos del mundo, dejando a su paso miles de muertos y heridos.



Estas mismas escenas de horror podrían repetirse en Irán donde se encuentran las cinco ciudades mencionadas que corren ahora el peligro de ser también arrasadas por la poderosa aviación estadounidense. No sólo de Mac Donalds o Burger Kings vive el mundo, sino mucho más importante son los pensamientos y el valioso pasado de quienes construyeron ciudades y monumentos milenarios.



Sin embargo, los estadounidenses nunca han comprendido, ni menos Bush, que no pueden imponer por la fuerza militar un modelo occidental de democracia capitalista, pasando a llevar civilizaciones completas y destruyendo valores, riquezas e historia. Con un desastre como el de Irak, es suficiente.
Pero tampoco es válida la terquedad iraní que acaba de desafiar a Estados Unidos diciendo que continuará en secreto su programa nuclear si su territorio llega a ser tocado por los cohetes de Washington. Mucho mejor sería evitar el eventual bombardeo.





(walterk@vtr.net)

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