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Las nuevas energías cambiarán el mundo y ponen a OPEP en una encrucijada

El anuncio de Brasil, que proyecta construir siete plantas nucleares en 15 años, ha originado comentarios en China, donde el Diario del Pueblo criticó la actitud de EE UU y Europa que »hacen vista gorda» ante los planes de Brasil mientras se oponen a los de Irán para que experimente en este campo. »Esta política dual de criterios de gran presión se repite con Corea del Norte», acotó el periódico chino.


No cabe duda que la actual crisis causada por el precio del petróleo dejará "hondas secuelas" en la sociedad mundial, hasta el punto de que éstas puedan llegar a transformar las formas de vida y también de cómo hacer política, especialmente en el campo de las relaciones internacionales y en la economía, donde los países medirán su vulnerabilidad en la capacidad que tengan para comprar energía, lo que será más penoso en regiones de menor desarrollo.



En muy poco tiempo y debido a esta crisis, ya hemos visto fuertes controversias en el sector gasífero, donde con o sin intenciones de cosechar beneficios o de utilizar la energía como arma de presión política, se han producido conflictos entre productores y consumidores. Rusia ha sido un ejemplo en su relación gasífera con Ucrania y Europa Occidental o también Bolivia, que le exige a Chile mar a cambio de gas.



Todo esto permite reflexionar sobre lo que podría llegar a suceder cuando las reservas de petróleo comiencen definitivamente a agotarse en algunos yacimientos del mundo, como se pronostica para este siglo, mencionándose ya, como ejemplos, los yacimientos del Mar del Norte y de Cantarell en México. En Europa, al menos, los analistas ya hablan de la "próxima Guerra Fría" cuando tocan el tema del futuro energético mundial.



Sin duda alguna, este tema y sus consabidas tensiones sociales serán dominantes en el siglo XXI, donde nuevos descubrimientos y la búsqueda de fuentes energéticas alternativas y más baratas serán aplaudidas por los consumidores y gobiernos que, al mismo tiempo, lucharán para impedir que un déficit energético o la mala calidad de los combustibles sea la causa de una catastrófica declinación económica o de un grave retroceso medioambiental.



Pero no sólo esto. La crisis llevaría a algunas naciones de mediano desarrollo a recurrir a la energía atómica, lo que puede originar en algunos casos una atracción oportunista para orientar esta tecnología a enriquecer uranio con fines bélicos. Sin embargo, ni el conflicto ni la disuasión insertas en este supuesto desarrollo, podrían llegar a tener tanta oposición como sería el depósito regular de la basura atómica, un problema que hasta ahora no ha sido resuelto en el mundo, lo que rompería definitivamente con la paciencia de los ecologistas.



El cuadro de situación en Latinoamérica



América Latina sería seguramente una de las regiones donde la crisis petrolera podría impulsar nuevos planes nucleares, aunque actualmente sólo Argentina, Brasil y México producen por esta vía una mínima parte de sus necesidades energéticas. Sin embargo, el principal obstáculo para el desarrollo de esta tecnología es su alto costo, lo que obligó hace años a México y Argentina (invirtió 3.300 millones de dólares durante 25 años) a suspender estos planes. En todo caso, la actual crisis petrolera ha reactualizado el tema en ambos países, dándose otra vez luz verde para proseguir. Argentina tiene dos centrales nucleoeléctricas, Atucha I y Embalse, y en 4 años más contará con Atucha II, tiempo que demorará la terminación de una construcción suspendida en 1998.



Así como en Argentina podrían aumentar a cuatro el número de centrales nucleares, Brasil también ha comunicado sus intenciones, que son más ambiciosas que las de su vecino, ya que se proyectan siete plantas en 15 años. El tema ha originado comentarios en China, donde el Diario del Pueblo criticó la actitud de EE UU y Europa que "hacen vista gorda" ante los planes de Brasil -informaciones indican que este país construyó una planta concentradora de uranio- mientras se oponen a los de Irán para que experimente en este campo. "Esta política dual de criterios de gran presión se repite con Corea del Norte", acotó el periódico chino.



En los dos países se ha insistido en que este desarrollo nuclear será sólo con fines pacíficos, aunque no se puede ignorar que sólo el anuncio debe haber originado preocupación en algunos sectores chilenos temerosos de que del enriquecimiento de uranio se pueda pasar a la industria bélica.



Sin embargo, los proyectos de los vecinos no han influenciado a Chile para elegir también el camino nuclear como fuente energética del futuro, a pesar de ser uno de los países del cono sur más débiles en esta materia, prefiriendo seguir con el desarrollo hidroeléctrico que contempla la construcción de cuatro centrales. Igualmente, Chile se interesa en el desarrollo de la industria del biocombustible que es más favorable para el medio ambiente. La Presidenta chilena, Michelle Bachelet, señaló que durante su mandato (hasta 2010) no habrá desarrollo nuclear en Chile, pero sí presencia de biodiesel o etanol en el mercado.



Pros y contras de los agrocombustibles



Brasil es pionero en la región en agrocombustibles y produce etanol de la caña de azúcar y ahora biodiesel con semillas leguminosas y aceites de ricino y de palma, lo que también produce Argentina a partir de soja. Colombia es también un importante productor con casi un millón de litros diarios de etanol. Planes similares hay en República Dominicana y Cuba, en base a la caña de azúcar. México, al confirmar que el complejo petrolero Cantarell se está agotando (produce 1,9 millones de barriles por día, casi 60% de la producción total), ha comenzado a buscar alternativas y ya trabaja en la producción de gasolinas sobre la base de etanol que obtendrá de caña, maíz, sorgo y zacate (hierba).



Sin embargo, como ocurre con la energía nuclear, pero en mucho menor escala, los agrocombustibles tienen también inconvenientes que pueden llegar a cambiar la vida futura de la sociedad al propagar los monocultivos en desmedro de la producción para la alimentación humana.



Mientras tanto, en España se trabaja ya en el biopetróleo para reemplazar el de origen fósil: Es una energía extraída de algas marinas, cuya producción comenzaría en el 2007. Este combustible, además de reunir todas las ventajas del petróleo, hará aportes importantes al medio ambiente porque no incrementará las emisiones de CO2 que calientan el planeta.



Al parecer, tuvo que registrarse en el mundo una crisis tan aguda como la actual con el petróleo para dar la fuerza necesaria que ha movilizado a gobiernos, científicos y financistas en una acción que persigue independizarnos del petróleo de origen fósil y hallar alternativas energéticas como las geotérmica, solar, eólica y biomasa que hasta ahora aportan sólo el 1,1 por ciento de la producción eléctrica mundial, contra 63 por ciento del carbón, gas y petróleo; 19 por ciento de la hidroeléctrica y 17 por ciento de la nuclear.

El cambio que viene preocupa a la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), porque, a pesar de todo el poder que tiene, ya no está en condiciones de asegurar precios ni producción y, al no saber cuánto petróleo demandará el mundo a corto y mediano plazo, tampoco está dispuesta a invertir en extracción y elaboración. Las guerras y las nuevas energías han conducido a este gran dilema.



– walterk@vtr.net

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