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«Se puede decir que el mejor aliado que tuvo Rafael Correa fue Alvaro Noboa»

»Noboa fue un candidato que no tenía escrúpulos, sin límites en el gasto electoral; que reparte dinero, que manipula los símbolos religiosos. La campaña progresivamente lo puso en evidencia, y la gente se asustó», explica desde Quito el sociólogo de Flacso, en relación al inesperado y arrollador resultado de la elección presidencial en Ecuador, en favor del abanderado de la izquierda.


"Hay dos frentes complicados para el nuevo gobierno de Rafael Correa, tomando en cuenta que va a llevar adelante una Asamblea Constituyente. Primero, porque ésta le va a acarrear un conflicto con el Congreso. Y segundo, con los empresarios, debido a la precariedad económica del Ecuador. Los empresarios están asustados, le temen y van a estar un poco replegados hasta ver en qué dirección se mueve el nuevo gobierno", afirma el analista ecuatoriano Felipe Burbano De Lara.



Pese a que es sociólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), con sede en Quito, Ecuador, y columnista regular del diario "Hoy" y de revista "Caras", Burbano también se siente sorprendido con los resultados preliminares de la segunda vuelta de la elección presidencial de su país, que hasta el cierre de esta edición arrojaba un amplio triunfo para el economista Rafael Correa, por sobre el empresario Alvaro Noboa, de casi 30 puntos, cuando se había escrutado el 63,44% de los votos (Correa con 63,31%,; Noboa con 36,69%).



Pero la sorpresa de Burbano no es aislada, ya que nadie en Ecuador vaticinó una ventaja tan marcada entre ambos candidatos. Todos los sondeos para la segunda vuelta electoral daban como resultado una estrechísima ventaja, abierta para cualquiera de los dos candidatos, la que tendría que ser dilucidada sólo horas después por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).



Nadie intuyó que, por ejemplo, de las 22 provincias que tiene el país, once de las que ya llevaban más del 80% de la información procesada, llegaran a darle la ventaja al candidato de la Alianza Patria Altiva y Soberana, Rafael Correa, sobre su oponente del Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian), el empresario Álvaro Noboa.



Entonces, ¿cuál es la razón de semejante golpe a la cátedra?



La editorial de uno de los diarios más importante de Ecuador, "El Universo", de Guayaquil, entregaba este lunes una explicación que coincide con el análisis de Burbano: "Pero el nuevo mandatario ganó, sobre todo, con el voto de una amplia franja de ciudadanos que se opuso a la posible concentración de poderes económicos y políticos representada por el otro candidato. La votación reflejó más los miedos que las aspiraciones de los ecuatorianos".



Electorado volátil



"Efectivamente hubo un margen más amplio que el que esperábamos. Mucho más que lo que indicaban las encuestas. Y eso ha convertido el triunfo de Correa en un triunfo inobjetable. Que le da mayor legitimidad y capital político para enfrentar los desafíos que tiene hacia adelante", explica el sociólogo de Flacso.



Burbano se atreve a decir que el triunfo de Correa se debe "a un momento muy circunstancial en el que se encontraba la campaña electoral, que generó una percepción en el Ecuador de que la candidatura de Correa iba creciendo rápidamente. Esa percepción condicionó de alguna manera el voto de los indecisos, que representaba un porcentaje alto a pocos días de la elección. Hubo una suerte de fenómeno de contagio que benefició a Correa", agrega.



Fenómeno de contagio o no, lo cierto es que la volatibilidad del electorado ecuatoriano, y la poca fidelidad resaltan a simple vista. De ahí la mínima estabilidad política que ha mostrado el país durante los últimos 20 años.



"El electorado no ha mostrado durante toda la campaña posiciones firmes, claras, leales, frente a los diferentes proyectos políticos", sentencia Burbano.



-Al finalizar la primera vuelta electoral, los analistas focalizaron su mirada en los votantes de Gilmar Gutiérrez, el hermano menor del ex presidente Lucio Gutiérrez, que con 16,4% de los votos iba a decidir los resultados de la segunda y definitiva vuelta. ¿Qué importancia le otorga a ese electorado en los resultados que ya se manejan?
-Yo creo que ese electorado, el de Gutiérrez, a pesar de lo que algunos decían, está más cerca de un discurso del cambio, que de uno de protección oligárquica, como era el de Noboa. Y me parece que ellos reaccionaron rápidamente a las ofertas clientelares que vinieron desde la candidatura de Correa.



-Algunos dicen que lo que hay que preguntarse ahora es cuánto va a durar en el gobierno Rafael Correa, ya que ha sido un crítico ortodoxo de lo que en Ecuador llaman la "partidocracia". Llega nada menos que sin diputados al gobierno.
-Sin duda que ahí hay un peligro importante para el nuevo Presidente. Porque Correa va a agudizar mucho las tensiones del presidencialismo ecuatoriano. Este principio de separación de poderes, que caracteriza al presidencialismo, yo creo que se va a traducir rápidamente en una tensión y pugna de poderes. Yo no veo en el escenario político como el ecuatoriano, tan hostil, tan fragmentado, tan proclive a la desestabilización de los gobiernos, cómo un Presidente puede gobernar sin ningún sólo apoyo del Congreso. Por otro lado, la principal oferta de Correa, la Asamblea Constituyente, lo va a confrontar abiertamente con el Congreso.



Noboa contra Noboa



Pero no sólo los analistas ecuatorianos se alarman con Correa. A pocas horas de saberse el triunfo del economista, la ministra peruana de Comercio Exterior, Mercedes Aráoz, afirmó que dicha victoria "genera más división en lo que sería la Comunidad Andina dentro de una perspectiva de proyección a la globalización».



Y para echarle más palos a la hoguera, Correa reafirma de inmediato que en 2009 pondrá fin al convenio por el cual Estados Unidos opera la base antidrogas de Manta (sur), y que en su lugar construirá un aeropuerto internacional, una decisión que potencia los prejuicios respecto de cuál va a ser su postura definitiva con el posible TLC con EEUU, sobre el cual hasta ahora se ha referido en muy malos términos.



-Gutiérrez ha dicho que esperará dos meses para decidir si se convierte en opositor a Correa, y que será decisiva la postura que tenga el economista con el TLC con EEUU. ¿Tanta gravitación puede tener un TLC en el escenario ecuatoriano?
-Gutiérrez está jugando al papel de político responsable, pero en la práctica se va a declarar en abierta oposición a Correa. No hay que olvidar que Correa surge a la vida política ligado al Movimiento Forajido, que provoca la caída del gobierno de Lucio Gutiérrez. Y Correa fue el ministro de Economía del gobierno de Alfredo Palacios, que fue el que reemplazó a Gutiérrez. Por lo tanto, Gutiérrez está tomando una distancia de acuerdo a su habilidad, pero no me cabe duda que le va a pasar esa cuenta. Y que va a comenzar a actuar con la lógica con la que actúan los partidos políticos en el Ecuador: una lógica reacia a colaborar con el gobierno de turno.



-Teniendo esa férrea oposición, sumado a la de Noboa, ¿qué fuerza tiene hoy la ciudadanía, las organizaciones civiles que sacaron a Correa? ¿Podrán blindar al Presidente?
-No lo sé. No sabemos qué capacidad de movilización tengan. Y qué futuro tenga Correa. Porque su triunfo se explica principalmente por un rechazo de los votantes a Noboa. Se puede decir que el mejor aliado que tuvo Correa fue Noboa. Porque además Noboa fue un candidato que no tenía escrúpulos, sin límites en el gasto electoral; que reparte dinero, que manipula los símbolos religiosos. La campaña progresivamente lo puso en evidencia, y la gente se asustó. Por eso no hay que creer que el triunfo de Correa sea una adhesión total al cambio. El próximo gobierno debe ser muy cauteloso. Porque en este país la ciudadanía es muy desleal, descreída, quita rápidamente el apoyo. Y eso explica la historia política de Ecuador de los últimos 20 años.





lsolis_deovando@elmostrador.cl



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