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«Observo una tendencia al aumento de la desigualdad en la región»

Egidio Crotti afirma que la violencia como instrumento de relación social y la inequidad, son los problemas más preocupantes en la región y que es necesario enfrentarlos con políticas públicas. En ese sentido, asegura que a la entidad que encabeza le interesa difundir las experiencias de Chile en los dos ámbitos.


Un preocupante aumento de la violencia como un instrumento para relacionarse socialmente, además de una cierta tendencia a un aumento en la desigualdad, advierte el representante en Chile desde 2002 del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Egidio Crotti.



Unicef fue creada en 1946 para organizar la asistencia internacional inmediata a los millones de niños afectados por la Segunda Guerra Mundial. Donde ha estallado una emergencia, el organismo ha estado en la primera "línea del frente".



Además, forma una parte central del movimiento internacional para poner fin a la pobreza y al subdesarrollo en el mundo. El sistema de cooperación creado en torno a las Naciones Unidas, necesitaba de un esfuerzo especial hacia los niños.



Crotti, que cuenta con una maestría en Geografía Humana de la Universidad de Milán, cuenta con una vasta trayectoria en el organismo. Así, previamente cumplió diferentes funciones Túnez (1997-2001), Ruanda (1994), Perú (1991-1994) y Mali (1985-1991).



¿Qué ha pasado a nivel global desde la ratificación de la Convención de los Derechos del Niño, en 1990?
– Unicef organiza en 1990 la primera Cumbre Mundial de la Infancia y se lanza la Primera Declaración Mundial sobre la Infancia. Por el éxito internacional de estas iniciativas, empieza un período de Cumbres Mundiales, donde se proponen instrumentos de carácter universal. Todo responde a una visión de optimismo cuando acaba la guerra fría. Se ratifica la Convención de los Derechos del Niño, constituyéndose en el tratado de carácter internacional de mayor consenso y de ratificación más rápida hasta la fecha.



La ratificación de la Convención se revela como un instrumento de una dimensión tal vez inadvertida cuando se ratificó. El que haya sido una ratificación tan universal, confirma que la infancia llama al consenso en la sociedad. Los niños son como un "sensor" de cómo funciona un país, y mi experiencia dice que no hay gobierno al cual no le interesen los niños. Eso sí, con la ratificación, los países deben informar cada cinco años del avance en sus obligaciones.



¿Existen hoy emergencias producto de guerras y conflictos que golpean con más dureza a los niños?
– Unicef ha pasado de ser un organismo de un billón de dólares en su presupuesto, a uno de dos billones de dólares, y una parte de estos nuevos recursos son colocados con una óptica de emergencia. Observamos que mayoritariamente son conflictos locales con repercusión internacional, y constatamos que las principales víctimas de estos conflictos armados son civiles y entre los civiles, los más afectados son mujeres y niños.



Es preocupante que, siendo conflictos de emergencia de parecida o igual trascendencia, el concepto de "prime time" en los medios condiciona la visibilidad pública. Un tema de emergencia puede durar una semana. Después vienen otros acontecimientos que superan el "prime time" anterior. Somalia desaparece durante una década, y después reaparece cuando la situación se hace más inmanejable. ¿Pero qué ha pasado en esos diez años? Otro ejemplo es la crisis en Darfur, Sudán.



Está el problema urgente del SIDA en Africa y Africa Austral, en particular, que produce un retroceso de los indicadores que iban en tendencia positiva, como la mortalidad infantil. Pero también hay otro tipo de complejidad: ahora los niños se quedan sin familia, sin maestros de escuela, con menos personas que los ayuden.



Pero hay un rol más amplio que lo genera la Convención de los Derechos del Niño
– La Convención es un instrumento de diálogo con los gobiernos al tratarse de un tratado que el mismo país ha ratificado. Esto significa un "accountability", un dar cuenta del país frente a este tratado. Al existir una regularidad en el monitoreo de su implementación, los gobiernos constatan que sirve como mecanismo de observación de sus propias políticas en áreas como el derecho a la educación, y la salud.



¿La Convención de los Derechos del Niño invita a pensar en una sociedad nueva, en una nueva educación en base a los derechos?
– Con el respaldo de la Convención, la persona puede desarrollar sus potencialidades, y su capacidad de manejar los obstáculos para acceder a las oportunidades. Se trata de como la sociedad en su conjunto acompaña a este niño, a transformarse en una persona consciente de sus derechos de ciudadano. Así se promueve una autonomía progresiva, que evoluciona con la edad.



Violencia como instrumento de relación social



¿Cuáles son los temas prioritarios del organismo en la región? ¿Violencia, trabajo infantil?
– Violencia es un tema prioritario. No de conflictos armados o situaciones de desorden civil, sino violencia como instrumento de relación social que comienza en la práctica de la crianza en la familia, en el sentido de la incapacidad de manejar el conflicto sin violencia. Hay señales positivas en una toma de conciencia, como en el caso de Chile y las campañas lanzadas desde La Moneda. Existe hoy en Chile una ley de violencia intrafamiliar mucho más específica.



¿Y cómo se constata ese progreso a nivel de la región?
– Es muy difícil de medir, porque cuando el problema es público, aumentan las denuncias. La implementación de esta ley depende de un cambio cultural, donde lo importante no es sólo la prevención, sino promover el buen trato. Una clave está en apoyar a la persona y la familia para manejar el conflicto, excluyendo de raíz la violencia. Esto implica abordar la relación al interior de la pareja.



Creciente desigualdad



De acuerdo al índice GINI, que mide la magnitud de la desviación de la distribución del ingreso (0 representa la distribución igualitaria perfecta, y 100 la mayor desigualdad), América Latina y Africa, son las regiones más desiguales, con 13 países en cada región superando un GINI de 50.



Bolivia lidera en Latinoamérica con 60.1 (2002). La sigue Haití con 59.2 (2001); Colombia, 58.6, (2003); Brasil con 58.0 (2003); Paraguay 57.8 (2002); y Chile en sexto lugar con 57.1(2000). India y Bangladesh, presentan -a pesar del volumen de pobreza- niveles europeos: 32.5 (2000), y 31.8 (2000), respectivamente.



En India, algunos análisis (Economic and Political Weekly), cuestionan la metodología y apuntan a que India tiene una mayor desigualdad. Chile podría ser una situación opuesta: teniendo numerosos índices altos de progreso, no podría mostrar tanta desigualdad.



Otro tema de la región, a partir del ajuste estructural económico de los años 80, es el deterioro de las políticas sociales.
– No sé si hay un deterioro. Aún subyace en la sociedad una visión romántica del Estado de Bienestar, que se criticaba 40 años atrás. ¿Hasta qué punto hubo un deterioro, o estamos pensando en una "época de oro" del Estado de Bienestar, que en realidad no era tan de oro? Observo sí, una tendencia al aumento de la desigualdad. Viendo las cifras, hasta en las sociedades europeas que tenían un sentido del equilibrio, las desigualdades no disminuyen.



No creo que el concepto de igualdad sea en sí mismo un concepto romántico. Tampoco estoy convencido en ese concepto de igualdad absoluta. Pero sí estoy convencido de que es muy difícil manejar un país, una sociedad, y un mundo donde las diferencias son tan enormes y, además, tan visibles.



Hay una tarea en mejorar los sistemas institucionales y las confianzas sobre ellos
– Esas confianzas pueden restaurarse con un mínimo de reglas de convivencia basadas en los derechos fundamentales de las personas. Son los principios básicos de las Naciones Unidas. Estos acuerdos representan un consenso mínimo básico sobre el cual la sociedad debería funcionar. Se trata de tener una especie de base mínima de entendimiento común sobre las condiciones de vida.



¿Cómo se enmarca esto en la reforma de la ONU y qué rol debiera jugar Unicef?
– Es importante que exista más coherencia en el sistema de la ONU, y entre los países y las agencias. Están las Metas del Milenio que son compromisos de los países, y las agencias están para ayudar a cumplirlos. Al existir la Convención de los Derechos del Niño, la ONU debe mantener la especificidad que le entrega a Unicef un mandato principal, como es el de promover la infancia en el ámbito de la política pública. La infancia es el único segmento que no tiene voz propia, como otros grupos desfavorecidos, que tienen su lobby. Por eso esa especificidad hay que mantenerla.



En cuanto a Unicef, el tema de los Derechos de la Infancia no es una cuestión de países más pobres o la infancia de los países más pobres. Existe un estudio del Instituto Inoccenti (Florencia), donde se demuestra que no hay una correlación tan mecánica, entre el ingreso per cápita y el bienestar de la infancia. La República Checa según el estudio, posee un bienestar de la infancia superior al de otros países con mayor ingreso. Una clave es la voluntad política para aplicar los principios de la Convención.



Surgen nuevas iniciativas en Chile sobre planes para la infancia y la juventud
– Existe un plan que se llama "Chile Crece Contigo". Chile tiene un rol importante como país de ingreso medio. A Unicef le interesa divulgar la experiencia chilena en beneficio de la infancia. (Chile es uno de los pocos países del mundo que ha alcanzado las metas del milenio establecidas por la ONU y los gobiernos, en cuanto a superación de la pobreza).



El plan es una propuesta de colocar a la infancia en un sistema de protección social integral, desde la cuna hasta la tercera edad. La idea central es combatir la desigualdad a partir del nacimiento. En este programa, Unicef colabora en estudios sobre alternativas de atención integral a la infancia, trabajando con la Dirección de Presupuesto. Cuando el Gobierno lanzó el plan, contribuimos a crear un diálogo entre varias instituciones y las universidades.

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