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Alberto Fuguet: «No estoy filmando, pero tengo un estreno»

La adaptación del cuento publicado en 2004 en la compilación »Cortos» como una historia ilustrada le llegó, según el autor, »como una bendición». Cuando el proyecto de su próxima película »Perdidos» se caía, el trabajo del dibujante Gonzalo Martínez lo llevó a hacer cine, aunque esta vez en formato papel.


Simón Rivas, un tipo demasiado común y retraído, se encuentra en el sur de Estados Unidos recorriendo las carreteras sin rumbo en un auto arrendado. Atrás, en Santiago, dejó la empresa de su padre, a quien estafó en un negocio. También dejó un divorcio con una mujer que lo engañó con un supuesto amigo y una vida tediosa y solitaria.



"Road Story" fue publicado en la compilación de cuentos "Cortos" (Alfaguara, 2004). Su autor, Alberto Fuguet, olvidó el texto -"yo tiendo a no leer mis cuentos", asegura- hasta que años después el editor Alejandro Aliaga le planteó la idea de convertir la historia en una novela gráfica.



"Alejandro leyó "La ciudad de cristal", que es una adaptación de una novela de Paul Auster por unos autores americanos. Le llamó la atención y se puso a pensar qué se podría hacer aquí parecido. Y pensó en Fuguet de partida, no se imaginaba otro autor que tuviera esa visualidad", dice Gonzalo Martínez, responsable de convertir el texto en imágenes.



Fuguet cuenta que comenzó el descubrimiento de la novela gráfica a través de Edmundo Paz Soldán. "Siempre me decía que tenía que leer (novelas gráficas), empecé a leer y a darme cuenta de que era interesante, que era choro, pero pensé llegar hasta ahí, a lo más aumentar mi colección de novelas gráficas. Ya tenía como cuatro, pero no pensé ser yo partícipe de una".



La idea de Aliaga llegó en buen momento para Fuguet. Justo cuando el proyecto de su segunda película, "Perdidos", se frustró. "Es impresionante lo difícil que es hacer una película, a diferencia de dibujar o escribir, donde uno es mucho más su dueño", dice el escritor. "Para mí fue como una bendición, en un momento de tragedia mía, darme cuenta de que no estoy filmando pero que tengo un estreno. Combina todo lo que yo quiero, que es lo visual, lo gráfico, el narrar", cuenta.



Para llegar a Martínez, varios dibujantes fueron consultados y evaluados. "Fui a varios cafés, conocí a otros dibujantes. Había que entrar a un mundo que en ese momento no conocíamos. Era cómo podemos acceder a esta mafia y Francisco Ortega medió en eso", dice Fuguet.



Finalmente, Gonzalo Martínez, arquitecto y autor de varios cómics -como "Horacio y el Profesor"- emprendió la tarea de convertir a "Road Story" en una película impresa. "Hemos llegado a la conclusión de que usamos mucho el lenguaje cinematográfico para hablar de la novela, para ponernos de acuerdo, porque es un lenguaje que los dos manejamos", dice el dibujante.



-¿Cómo fue el proceso de pasar de la literatura a la ilustración?
Gonzalo Martínez: Es que nunca fue un tema para mí. Me gustaba el cuento, estaba feliz haciéndolo. Hay toda una etapa previa, como cuando uno filma, ve con qué atmósfera va a filmar.
Alberto Fuguet (AF): Hay una conceptualización.
Gonzalo Martínez (GM): Después empiezo a hacer el trabajo de adaptación, de tomar las escenas, las secuencias largas y convertirlas en páginas, que es la unidad de respiro mínima. La primera parte era muy complicada, porque era una cosa muy interna de Simón. Había que darle un poco más de cabeza.
AF: Yo nunca he leído el cuento. Sólo leí la mitad cuando en un momento había que apurarse y me puse a ayudar a Gonzalo. Yo tiendo a no leer mis cuentos hasta la última parte, que es bastante latera, que es cuando corriges, ves los errores. No es que yo todas las semanas lea mis cuentos. Este es un cuento bien antiguo entonces no sentí como que me estuviera robando cosas. Al revés. Yo parto de la premisa de que Gonzalo es una buena persona, que no iba a estar ahí para destrozar la novela.



-Fue muy sorpresivo ver el resultado final?
AF: No fue tan sorpresivo porque yo lo viví entremedio. La situación más rara que he tenido en mi vida fue ver "Tinta Roja" en Lima. Ahí sí me freakeó, yo estaba en la mitad de la película sudando frío, porque no estaba preparado para nada. Se veía totalmente distinto a lo que yo imaginaba, había personajes que no estaban en el libro, los habían matado, habían cambiado a un hombre gordo por un viejito. Aquí no fue ese grado de shock. Sí lo hubo cuando mandó el casting de actores y aparecieron por primera vez los rostros de los personajes. Fue un momento súper agradable.



-La novela gráfica ha sido poco explorada en Chile. De hecho, se podría decir que esta es la primera. ¿Qué la diferencia del cómic, de la viñeta?
AF: Yo tengo una teoría, que es lo que he leído y me han contado. A grosso modo, una novela gráfica es de autor. Se parece a la novela en el sentido de que parte y termina. Podría ocurrir que el día de mañana haya una segunda parte, pero termina. No es una revista y, si bien no es estrictamente necesario, sería un poco más adulta que infantil.
GM: Una novela gráfica es un formato. El cómic o historieta es un lenguaje. La novela gráfica es muy flexible, tiene pinta de libro, no de revista.



-De todas formas, esta novela no "termina"
AF: Sí, tiene un final abierto, es un "continúa el próximo capítulo", pero no es que esté el tipo colgando del precipicio. Puede tener una segunda parte, toda película puede tener una segunda parte. Pero se cierra, no dice "continuará"



-¿Cómo fue el proceso de diseñar los personajes?
AF: Al principio yo no sabía cómo decirle a Gonzalo que encontraba buenos los dibujos, pero que sentía que no eran ellos.
GM: Me acuerdo que los primeros monos eran una mezcla de (Luciano) Cruz- Coke (ríe).
AF: Y yo estaba hasta acá (hace el gesto) de esa imagen.
GM: Yo venía de ver "Se Arrienda", entonces venía con esta cosa cancina de Cruz – Coke, esa mirada un poco perdida. Terminamos con Matt Dylon un poco guatón.



-¿En este caso, qué tan fiel es la novela gráfica a la historia original?
GM: yo quise mantener la historia lo más posible. Hay cambios porque hay cosas que funcionan literariamente pero no gráficamente. Lo que tenía claro es que los diálogos los quería mantener, me gustaban, son cotidianos, no rimbombantes. Eso no es habitual en el cómic, al menos en el que se ve más.



-¿Qué importancia das al tema del viaje en tus textos y en esta obra?
AF: Me doy cuenta de que todos mis libros son parecidos. La película que estaba filmando y no resultó -espero poder filmarla el próximo año- se llama "Perdidos". Todos mis personajes terminan andando en auto, vagando, son todos parecidos, todos parientes. Eso me gusta, me gusta que yo no tenga mucha imaginación. Siento que los autores y cineastas que me gustan no tienen mucha imaginación. Siempre terminan hablando sobre el mundo que ellos conocen. Lo que me cae bien de Simón es que es este tipo de huevón que se porta mal tarde, que se manda un condoro veinte años después.



-¿Qué tan propio sientes este trabajo?
AF: Me siento muy padrino. Lo siento cercano, mío. Pero claramente yo no lo hice. Le tengo afecto y me dan ganas del día de mañana hacer una novela gráfica. Me siento un poco culpable, me habría gustado escribir "Road Story" como una novela gráfica originalmente. Creo que algún día lo haré, veamos qué es lo que pasa con éste. En todo caso, esta novela no va a estar en la "M" de Martínez, va a estar en la "F". Tengo una repisa con mis libros, lo que puede ser un poco patético. Sin duda "Road Story" va a ir para allá.

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