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«Evo se está jugando gobernabilidad de Bolivia en próximas tres semanas»

Especialistas consideran que el mandatario boliviano tiene el complejo desafío de convencer a la oposición para que retorne a la Asamblea Constituyente, para que la reforma tenga legitimidad. Si bien Miguel Navarro coincide con Holzmann, estima que dos elemento claves son los indígenas y las FFAA: Evo Morales cuenta con su apoyo, a diferencia de sus antecesores.


Las próximas tres semanas serán cruciales para que el presidente de Bolivia, Evo Morales, acceda a dialogar con la oposición para aplacar los disturbios producidos en Sucre y que han dejado tres civiles y un policía muertos tras la aprobación del informe de la Asamblea Constituyente un cuartel militar, a mano alzada, y sólo con la participación del oficialismo.



Un escenario complejo, considerando que además este miércoles seis de los nueve departamentos de Bolivia, controlados por la oposición, realizarán un paro antigubernamental para protestar por la forma en que se ha llevado el debate constitucional y por la falta de presencia opositora.



Los cientistas políticos Guillermo Holzmann y Miguel Navarro coinciden en que el peor escenario para Bolivia, considerado por muchos como el centro geográfico de América del Sur, sería que Morales no pudiera terminar su mandato como sus antecesores.



Holzmann, académico de la Universidad de Chile, comenta que "Evo Morales apareció como una solución a la crisis que Bolivia había entrado hace rato y que terminó explotando con la renuncia de Sánchez de Losada", precisando que con su triunfo el líder cocalero "asume con la necesidad de cambios".



Ello se vio reflejado, agrega, "en una reforma constitucional que deberíamos decir que es fallida hasta el día de hoy, en el sentido de que el apoyo que logra, con los plazos encima, lo hace dejando fuera a un sector de la sociedad que está representado incluso en la Asamblea Constituyente".



Ese es el "mayor error que comete Morales de insistir en la aprobación de la Constitución sin que esté presente la oposición y, en esa perspectiva, los escenarios que se abren en Bolivia son complejos", plantea.



Los posibles escenarios, según Holzmann, son tres: "que la Constitución que tendría legitimidad en un contexto democrático, al no considerar la oposición o a la minoría o a algunos grupos dentro del país, no es tal. En segundo lugar, establecería un proceso político en el que no tendría otra posibilidad que ser impuesto por la fuerza a raíz de las protestas, las revueltas sociales y políticas que ello conlleva. En tercer lugar, deja un escenario de incertidumbre respecto a cómo Bolivia va a enfrentar el problema el 2008".



Sostiene que "el escenario más pesimista es que en definitiva Evo Morales no pueda terminar su mandato al no lograr su principal objetivo que es la reforma constitucional o lograrla definitivamente a medias".



Mientras que la mejor salida que puede tener es que "en las próximas tres semanas logre generar una convocatoria amplia a la Asamblea Constituyente, incluyendo la aprobación de artículo por artículo, que es la etapa que falta antes del referéndum", agrega.



En esa perspectiva, acota Holzmann, "Evo Morales se está jugando la gobernabilidad de Bolivia en las próximas tres semanas" y reiteró que "el error es insistir en la aprobación de la Constitución en un Cuartel Militar sin ningún tipo de transparencia y dejando fuera a la oposición de forma evidente".



Fuerzas Armadas son claves



Para el abogado Miguel Navarro, "es una realidad" que Morales pueda correr la misma suerte que sus antecesores, "pero hay una diferencia que Evo está apoyado por el elemento indígena y el resto de los mandatarios no tenían ese apoyo. Por ejemplo, Sánchez de Losada nunca contó con ese respaldo".



Otro punto, señala Navarro, que "es fundamental para la crisis en Bolivia, es la situación de las Fuerzas Armadas ya que siempre ha ocurrido que cuando las Fuerzas Armadas le quitan el piso al Presidente, éste tiene que irse y, en este momento, la evidencia externa es que los uniformados apoyan al proceso de Morales".



Sin embargo, ello dependerá de la violencia, porque en el caso de Sánchez de Losada y también de Carlos Mesa, cuando ésta aumenta "las Fuerzas Armadas no quieren verse involucradas en la represión. Por eso, mientras los niveles de violencia se mantengan en forma manejable, las Fuerzas Armadas van a respaldar a Morales, pero si surge un verdadero levantamiento, el tema de contar con las Fuerzas Armadas será fundamental".



En ese sentido, estima que los peores escenario serían que "las Fuerzas Armadas le quiten el piso y tendría que renunciar Morales o tratar de emplear algún elemento en las Fuerzas Armadas o estas organizaciones paramilitares".



Argumenta que si ello ocurriera "tendría un efecto de seguridad negativo en la región" y a ello se suma que "Bolivia es considerado por muchos organismos como un estado que es candidato a un estado fallido".



A su parecer, lo más adecuado sería continuar las conversaciones y convencer a la oposición de que regrese al proceso ya que la reforma "va al Congreso y tendrá otro escenario para continuar dialogando. Son claves las otras semanas, pero el mejor escenario es ganar espacios de diálogo dentro del Congreso".

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