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Pakistán: Musharraf jura como presidente civil y augura fin de ‘tormenta’

El mandatario renovó su presidencia un día después de haber abandonado el cargo de jefe de las Fuerzas Armadas que ocupaba desde hace nueve años, algo a lo que se había comprometido en caso de ser reelegido jefe del Estado.


El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, juró como civil este jueves un nuevo mandato de cinco años como jefe del Estado, en una ceremonia en Islamabad en la que aseguró que el país está «saliendo de la tormenta» que le llevó a imponer el estado de excepción el pasado 3 de noviembre.



Musharraf renovó su presidencia un día después de haber abandonado el cargo de jefe de las Fuerzas Armadas que ocupaba desde hace nueve años, algo a lo que se había comprometido en caso de ser reelegido jefe del Estado.



En su discurso de investidura, el presidente, vestido con un traje oscuro en lugar del uniforme militar que lució durante el anterior mandato, afirmó que se vio obligado a declarar el estado de excepción por la situación «extraordinaria» que estaba atravesando el país.



No obstante, consideró que gracias a esta medida se ha «encarrilado de nuevo el proceso democrático», aunque no dio ninguna indicación sobre un eventual levantamiento del estado de excepción.



Sí dijo, en cambio, que las elecciones generales previstas para el 8 de enero serán «limpias, libres y transparentes», al tiempo que consideró positivo el retorno a Pakistán desde el exilio de los ex primeros ministros y líderes opositores Benazir Bhutto y Nawaz Sharif.



«Personalmente siento que es bueno para la reconciliación política», dijo Musharraf, pese a haber ordenado dos veces en el último mes el arresto domiciliario de Bhutto y haber deportado a Sharif en septiembre cuando intentaba volver del exilio a Pakistán por primera vez.



Bhutto, líder del PPP, regresó a su país tras casi nueve años de exilio el pasado 18 de octubre gracias a un acuerdo con Musharraf, pero el diálogo quedó truncado cuando el general proclamó el estado de excepción.



Nawaz Sharif, dirigente del PML-N, retornó por su parte hace cinco días tras un exilio de siete años tras ser depuesto como primer ministro por Musharraf, con el compromiso de «restaurar la democracia y acabar con la dictadura».



Tanto Sharif como Bhutto -que no estuvieron en la ceremonia de hoy- se plantean la posibilidad de boicotear las próximas elecciones generales si el estado de excepción sigue vigente para entonces, pero Musharraf insistió en que los comicios tendrán lugar «pase lo que pase».



«Nadie va a hacer descarrilar las elecciones», aseguró el presidente ante los asistentes a la ceremonia, entre ellos militares, diplomáticos y miembros del Gobierno interino.



Sobre su renuncia ayer miércoles a la jefatura del Ejército, Musharraf insistió hoy en que tiene plena confianza en la «profesionalidad» y «calidad» de su sucesor, Ashfaq Pervez Kiyani, uno de sus hombres de confianza.



Ante las críticas internacionales por el estado de excepción, el presidente recalcó que todo lo ha hecho por el bien de Pakistán: «No se puede sacrificar el desarrollo de la nación por el bien de la democracia», afirmó.



«Queremos democracia y derechos humanos», añadió, antes de matizar que estos objetivos los alcanzará Pakistán a su manera, porque «conocemos nuestro país -advirtió- mejor que Occidente».



El estado de excepción ha recibido las críticas de buena parte de la comunidad internacional, con EEUU a la cabeza, aunque Washington ha señalado que continúa considerando a Musharraf un aliado en la lucha contra el terrorismo.



La oposición paquistaní, por su parte, ha acogido la retirada del general y su juramento como presidente civil con cautela.



En declaraciones difundidas hoy por medios locales, Bhutto consideró una «gran victoria» que Musharraf haya abandonado el Ejército, pero recordó que «todavía se debe levantar el estado de excepción».



La ex primera ministra indicó que ha mantenido contactos con Sharif y ambos piensan que deben «trabajar juntos e intercambiar puntos de vista» para afrontar la situación política.



Musharraf obtuvo la mayoría de los votos en la elección presidencial del 6 de octubre, aunque los resultados solo fueron validados la semana pasada por el Supremo, después de que se declarara el estado de excepción.



EFE

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