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Chávez recibe apoyos de países de la región tras admitir derrota electoral

»Pudiera ser que no estamos maduros para asumir el socialismo, reconoció el presidente venezolano, quien recibió el apoyo de varios mandatarios latinoamericanos luego de que reconociera la derrota de su reforma constitucional. La oposición, en tanto, delinea las estrategias para capitalizar los resultados de su primer triunfo sobre el chavismo.


Un fuerte apoyo recibió el presidente venezolano, Hugo Chávez, de parte de varios líderes de la región luego de que admitiera la derrota que le propinó la oposición en el referéndum realizado el domingo para definir cambios a la Constitución de 1999.



Desde los presidentes de México, Felipe Calderón, y de Perú, Alan García, con quien Chávez ha tenido más de algún encontrón, hasta sus más cercanos, como el boliviano Evo Morales o el cubano Fidel Castro, destacaron la fortaleza del gobernante para admitir su derrota.



Uno de los más explícitos fue el mandatario argentino, Nestor Kirchner, calificó a Chávez como un «gran demócrata al aceptar los resultados y felicitó a quienes lograron la victoria, que a su juicio representa «la convivencia del pueblo venezolano».



En el mismo sentido, el gobernante de Nicaragua, Daniel Ortega, señaló que la actitud de su par venezolano acabó con «la campaña» que afirma que en Venezuela hay una dictadura y afirmó que a él le daría «vergüenza» el margen «tan pequeño» por el que ganó la oposición.



El presidente peruano, con quien Chávez se enfrentó verbalmente en 2006, dijo que con su aceptación de la derrota demuestra que «sabe escuchar a su pueblo» y que la victoria del «no» ayudará a los venezolanos a avanzar «en sus propósitos democráticos».



Por su parte, Felipe Calderón felicitó a Chávez por su «enorme valor» al reconocer los resultados adversos del referendo y «al pueblo venezolano por haber participado en una jornada democrática y haberlo hecho con responsabilidad».



Chávez: Quizás no era el tiempo



En tanto, Chávez reconoció que el revés electoral sufrido el domingo pudo deberse a que todavía la sociedad venezolana no está madura para asumir una propuesta socialista como la plasmada en la reforma constitucional.



«Es posible que todavía no estuviésemos a tiempo, habrá que madurar más y seguir construyendo nuestro socialismo», dijo, luego de reconocer que se cuestionó si se «había equivocado de momento» al plantear la reforma rechazada en las urnas.



De todos modos, señaló que hay que seguir trabajando intensamente para convencer a los sectores de clase media de que un modelo socialista les beneficiaría y para disipar las dudas que puedan abrigar la ciudadanía. «Pudiera ser que no estamos maduros para asumir el socialismo. Habrá que discutirlo porque es un reto», insistió el presidente.



Chávez afirmó que el proyecto para transitar hacia un modelo de sociedad socialista sigue vigente y está en el horizonte de su programa de gobierno.



Explicó, por otra parte, que decidió aceptar la derrota, aunque existiese todavía una remota posibilidad de triunfo, porque de lo contrario sectores de la oposición hubiesen desatado disturbios cuya neutralización pudiera haber dejado quién sabe «cuántos muertos y heridos».



«Si yo me hubiese empeñado en esperar hasta el recuento del último voto, como algunos querían, no sé cuántos muertos estaríamos contando ahora, porque todavía no tendríamos un cómputo final», argumentó.



Oposición busca capitalizar triunfo



Por su parte, la oposición comenzó a proponer una «reconciliación» de la sociedad, idea liderada por los estudiantes universitarios, como una manera de capitalizar los resultados de las elecciones del domingo.



La «reconciliación» debe apuntar a encontrar «una alternativa distinta que nos saque de la polarización», indicó presidente de la organización estudiantil de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Stalin González, quien exhortó a la oposición a que «de verdad trabaje por una nueva mayoría, que responda a los intereses de todos los venezolanos».



Desde la cúpula de la iglesia Católica, otro de los sectores protagonistas en el rechazo a Chávez, el arzobispo Roberto Luckert, destacó de la jornada que «Venezuela demostró ser democrática» y que «los problemas se resuelven a través de los votos y no a través de la confrontación y la beligerancia».



La oposición debe trabajar «a partir de ahora» para reducir la «abstención electoral» y, adicionalmente, «tomar conciencia» de que «la única forma en la que podemos salir de los problemas es a través del voto y no de la violencia», aseveró.



El también vicepresidente de la Conferencia Episcopal agregó que el potencial de casi 12 millones de electores que no apoyó a Chávez, al votar en contra o abstenerse, debe ser el objetivo del trabajo opositor de cara a las elecciones regionales del próximo año.



«Que se dejen de la tontería de estar pensando quién va a ser candidato; el que tenga mayoría es el que tiene que ir y todo el mundo empujar ese candidato a la gobernación o a la alcaldía», dijo.



Entre otras voces conciliatorias destacó la de Manuel Rosales, perdedor ante Chávez en las presidenciales que el año pasado definieron el período presidencial 2007-2013, quien declaró que el país «tiene que abrir los caminos del diálogo, del reencuentro».
De hecho, propuso que antes de que termine el año apruebe leyes que creen un fondo social para la economía informal y reduzca la jornada laboral de ocho a seis horas.



Esas medidas estaban incluidas en la propuesta de reforma del gobernante, en la que, sin embargo, retumbó con mayor fuerza su deseo de acabar con las restricciones a la reelección presidencial, lo que le hubiese permitido presentarse nuevamente como candidato en los comicios de diciembre de 2012.



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