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Comienza juicio contra asesino que violó y mató a 80 mujeres y niñas

Serguei Tkach, de 53 años, logró engañar a la justicia de Ucrania durante un cuarto de siglo gracias a su formación profesional, pues en su tiempo fue agente de policía y experto criminalista, y nunca dejaba sus huellas dactilares en el lugar del crimen.


El juicio contra el presunto asesino en serie Serguei Tkach, antiguo policía acusado de violar y matar a 80 mujeres y niñas, comenzó este jueves en la ciudad ucraniana de Dnepropetrovsk, según el diario digital Unian.net.



El Tribunal de Apelación de Dnepropetrovsk inició la vista de los primeros 40 casos presentados por la Fiscalía, entre ellos 29 asesinatos, mientras que otros 40 delitos están aún en fase de investigación y serán vistos más tarde.



El supuesto maníaco, quien afirma que violó y asesinó a al menos un centenar de personas, en su mayoría niñas y adolescentes, se declaró culpable de esos primeros 40 delitos.



Por ello, la defensa pidió una vista rápida de los casos, sin presentación de testigos, pero el juez declinó esa solicitud, por lo que se espera que el proceso se prolongue durante varios meses.



Según la investigación, Tkach -bautizado por la prensa como «el maníaco de Pologuí» por el nombre de la ciudad en la que vivía- violó y estranguló a su primera víctima en 1980 y después, durante 25 años, repitió esas acciones en varias regiones del país.



Tkach, de 53 años, logró engañar a la justicia durante un cuarto de siglo gracias a su formación profesional, pues en su tiempo fue agente de policía y experto criminalista, y nunca dejaba sus huellas dactilares en el lugar del crimen.



Solía cometer los ataques en lugares desiertos, cerca de autopistas y líneas de ferrocarril, y a sus víctimas primero las estrangulaba y después las violaba.



De acuerdo con la prensa, Tkach, casado tres veces y con cuatro hijos, después de cada crimen regresaba a su casa, se duchaba, tomaba un vaso de vodka y se iba a dormir.



La Policía lo detuvo en 2005, gracias a que el asesino se apersonó en el funeral de su última víctima, una niña de seis años que era hija de sus vecinos.



El hombre fue reconocido por otros niños con los que la víctima jugaba en la calle cuando él empezó a hablar con ella y se la llevó.



«Eran dos chicos y dos chicas. Debí haberlos matado también a ellos. Entonces no me hubieran pillado», comentó, según el diario digital Newsru.ua.



Durante el cuarto de siglo en el que Tkach cometió sus fechorías, las autoridades acusaron y condenaron por esos crímenes a nueve personas inocentes, una de las cuales se ahorcó en la cárcel.



Otras dos ya han cumplido sus penas, mientras que seis siguen en prisión y, de acuerdo con la legislación ucraniana, no podrán recuperar la libertad hasta que la justicia condene a Tkach y revise los casos.



EFE

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