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FARC liberaría a Clara Rojas, secuestrada junto a Ingrid Betancourt

Compañera de fórmula de la ex abanderada presidencial colombiana sería entregada al presidente venezolano, Hugo Chávez, o a quien »él decida». Mandatario colombiano se mostró escéptico ante el anuncio.


La guerrilla colombiana de las FARC pondrá en libertad a Clara Rojas, compañera de fórmula de la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt y al niño que procreó en cautividad, lo mismo que a la ex legisladora Consuelo González de Perdomo.



Los tres «serían entregados al presidente venezolano, Hugo Chávez, o a quién él decida», señaló la agencia cubana Prensa Latina, que citó como fuente un comunicado de los rebeldes «conocido aquí (en Bogotá)».



La versión fue confirmada por el propio gobernante venezolano en Uruguay, donde participa en la cumbre del Mercosur, oportunidad en que señaló ya estaba "alertado" de que el grupo podía anunciar la liberación de un grupo de personas. «Me parece que es un buen regalo de Navidad, sobre todo para los familiares de estas personas», consideró el mandatario venezolano.



Clara Rojas fue secuestrada el 23 de febrero de 2002 junto a Betancourt, también nacional francesa, cuando se transportaban hacia San Vicente del Caguán, población del departamento sureño del Caquetá, donde tenían previsto un mitin político.



Poco más de un año después, Rojas dio a luz a un niño, de padre guerrillero, a quien bautizó Emmanuel, según reveló posteriormente en un reportaje de televisión y un libro el periodista Jorge Enrique Botero, tras visitar un campamento rebelde.



Por su parte, la ex congresista González está en manos de los rebeldes desde el 10 de septiembre de 2001, fecha en la que fue secuestrada cuando se transportaba por una carretera de Pitalito, localidad del departamento sureño del Huila.



«La orden para liberarlos ya ha sido impartida», dice la nota de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que está firmada por el «Secretariado» (mando central) de la organización, agregó la agencia estatal cubana.



La misma fuente periodística dijo que el grupo insurgente «considera ese gesto un desagravio a los familiares de los retenidos, a Chávez y a la senadora Piedad Córdoba, cuya gestión por el canje humanitario fue cancelada por el Gobierno colombiano».



El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, decidió el pasado 21 de noviembre dar por terminada las gestiones en procura de un acuerdo humanitario con los rebeldes que Chávez había asumido como mediador en agosto último, por invitación de Córdoba, quien previamente había sido autorizada como facilitadora por el Ejecutivo de Bogotá.



La decisión del presidente colombiano fue rechazada por Chávez, quien se declaró traicionado por Uribe, llamó a consultas a su embajador en Bogotá, Pável Rondón, y prometió que no mantendrá ninguna relación con el Gobierno de Colombia mientras Uribe siga en el poder.



En el comunicado, según la versión de Prensa Latina, las FARC «consideran improvisada e inaceptable la propuesta de una zona de encuentro para dialogar con ‘el mentiroso comisionado (de Paz del Gobierno, Luis Carlos) Restrepo, en inhóspitos, remotos y clandestinos lugares, con plazo de 30 días'».



Los rebeldes aludieron al anuncio que hizo Uribe, el pasado 7 de diciembre, de facilitar una «zona de encuentro» en algún punto rural del país, preferiblemente sin Fuerza Pública y sin población civil, para negociar con las FARC el acuerdo humanitario al que supeditan la puesta en libertad de 45 secuestrados, a cambio de medio millar de rebeldes presos.



Entre esos 45 cautivos «canjeables» figuran, además de Betancourt y de Rojas, varios políticos, policías, militares y tres estadounidenses.



La agencia cubana añadió que en el comunicado, de siete puntos, las FARC mantienen su exigencia de que el acuerdo sea gestionado en un territorio desmilitarizado conformado por Florida y Pradera, poblaciones a menos de 50 kilómetros al este de Cali, capital del departamento del Valle del Cauca, lo que no es aceptado por Uribe.



Uribe escéptico



En tanto, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, reaccionó con escpeticismo ante este anuncio, considerando que las FARC no han dado pruebas de supervivencia de Clara Rojas ni de su hijo Emmanuel.



Uribe había instado a las FARC a dar señales de vida de la ex candidata a la vicepresidencia. "Dicen tener 47 secuestrados. Han entregado pruebas de 16 y no ha entregado pruebas de 31″, declaró el gobernante colombiano, sin precisar dos rehenes más de la cifra confirmada.



Agregó que «entre los 31, de quienes no tenemos pruebas de supervivencia, está Emmanuel, el niñito concebido en el vientre de su mamá secuestrada, el niñito nacido secuestrado, el niñito que crece secuestrado».



El mandatario comparó la situación de los rehenes con la de «las sociedades esclavistas» que ordenaban en ocasiones «la libertad de los vientres de las esclavas. En este caso ni siquiera se ha permitido la libertad del vientre de la compatriota secuestrada», subrayó.



El presidente Uribe insistió en su oferta de comienzos de este mes, de que los secuestradores que liberen a los rehenes recibirán beneficios jurídicos y recompensas.



«Hemos ofrecido que si esos guerrilleros se desmovilizan, traen consigo a los secuestrados, a la doctora Ingrid Betancourt, a los otros compatriotas, esos guerrilleros van a gozar la libertad como la van a gozar los secuestrados, porque vamos a buscar los beneficios jurídicos y una recompensa pecuniaria con cargo a un fondo de 100 millones de dólares», expresó Uribe.



Uribe advirtió que tiene el deber «de evitar que se recrudezca el secuestro en Colombia» y explicó que por eso no acepta la exigencia de las FARC de desmilitarizar dos municipios del departamento del Valle del Cauca, Florida y Pradera.



«Por eso, hemos tenido que decir no a esa zona de despeje que se ha propuesto para Pradera y Florida», señaló el gobernante.



Agregó que de esos secuestrados, solo tres fueron capturados durante su Gobierno, que comenzó en el 2002.



EFE/El Mostrador.cl

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