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EEUU: New Hampshire se vislumbra como trampolín para Obama y McCain

Encuestas a pie de urna dan por seguro el triunfo de Barack Obama, lo que lo consolidaría como la primera apuesta de los votantes demócratas, tras haber vencido en Iowa.


El estado de New Hampshire acude este martes a votar en las primarias con la perspectiva de lanzar a nivel nacional al senador demócrata Barack Obama, y de dar una segunda oportunidad al republicano John McCain, que ya aspiró a la candidatura para la presidencia de Estados Unidos en 2000.



Las encuestas a pie de urna dan por seguro el triunfo de Obama, con 39%, lo que le consolidará como la primera apuesta de los votantes demócratas, tras haber vencido ya en los «caucus» de Iowa.



En una posición más difícil se situará la senadora por Nueva York Hillary Clinton, quien llegó tercera en Iowa y hoy podría quedar relegada a una segunda posición, a nueve puntos de diferencia de Obama, según los últimos datos de la Universidad de Nuevo Hampshire.



El ex senador John Edwards logrará el 16% de los votos, pese a la intensa campaña que ha realizado en este pequeño estado del noroeste de Estados Unidos, de solo 1,5 millones de habitantes.



En el lado republicano las cosas están más reñidas, pues las encuestas atribuyen a McCain el apoyo del 31% de los votantes, seguido de cerca por el ex Gobernador de Massachussets Mitt Romey, con el 26%.



El ex Gobernador de Arkansas, Mike Huckabee, quien se alzó con el triunfo en Iowa gracias al apoyo de los conservadores religiosos, solo obtendrá hoy el 13% en este estado, si se cumplen los sondeos.



Pese al intenso cansancio acumulado en la última semana, los aspirantes presidenciales han aprovechado hasta el último minuto para hacer un llamado a los votantes, especialmente a los indecisos y a los independientes, que en Nuevo Hampshire tienen un gran peso.



En el lado demócrata, todas las miradas están puestas en el joven senador de color, que en cuatro años ha pasado de ser un completo desconocido a encabezar la carrera presidencial, gracias a la buena acogida que ha tenido su mensaje de cambio y unidad.



«Hoy tienen la oportunidad de ponerse de pie y hacer que cuenten con ustedes. Hoy les ha llegado el turno de decir que están hartos de la política mezquina de Washington», dijo el senador a una multitud reunida en Hanover.



La senadora y ex primera dama Hillary Clinton, consciente de que Nuevo Hampshire puede suponer un nuevo golpe a su carrera presidencial, trató de restar importancia a las primarias de hoy.



Según dijo, con las primarias de New Hampshire «se acaba lo fácil» y comienza lo más tortuoso, que son las elecciones primarias en el resto del país, que prácticamente concluyen el 5 de febrero con el «supermartes».



Para los expertos, Clinton podría salir muy dañada hoy si pierde frente Obama por más de diez puntos, y la única salvación para revitalizar su campaña sería obtener una clara victoria en las primarias de Michigan, la próxima semana.



La tensión y cansancio de los últimos días parecen haber hecho mella en la ex primera dama, que ayer vivió un momento emotivo cuando, con lágrimas en los ojos, confesó a un grupo de votantes la pasión que sentía por su país y lo difícil que suponía en ocasiones convencer a la gente de que ella es la más preparada para llegar a la Casa Blanca.



En el lado republicano, John McCain y Mitt Romney están luchando hasta el último momento por captar el apoyo de los votantes independientes que no están inscritos como demócrata y republicanos, y que en Nuevo Hampshire suponen el 40%.



«Los republicanos votarán por mí. Los independientes votarán junto a mi», dijo hoy Mitt Romney, confiado en poder revertir los resultados que apuntan las encuestas y vencer a McCain.



El senador de Arizona, por su parte, espera poder revivir hoy el sueño presidencial del año 2000, cuando ganó las primarias de Nuevo Hampshire, aunque después sus expectativas se truncaron al perder la candidatura republicana en favor de George W. Bush.



En una entrevista radiofónica, confesó que cuando perdió en favor de Bush lo pasó fatal. «Me comportaba como un bebé: Dormía ocho horas, me despertaba y lloraba. Dormía ocho horas, me despertaba y lloraba. Espero que este año no me ocurra lo mismo».



EFE

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