Principales riesgos giran en torno al desbordamiento de extremistas de la actual derecha nacionalista hebrea durante presencia del mandatario en Jerusalén.
Jerusalén permanecía este martes en estado de alerta ante la llegada mañana del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en su primera visita a Israel y los territorios palestinos para impulsar el proceso de paz entre ambas partes.
Más de 10 mil agentes se encargarán de garantizar la seguridad durante la estancia del mandatario en la ciudad santa, donde se alojará en la suite 622 del histórico hotel Rey David, sede del gobierno británico en la época del antiguo protectorado de Palestina.
El edificio, que se alza frente a la vieja ciudadela, fue dinamitado en 1947 por terroristas judíos del grupo Irgún Tzvaí Leumí, quienes causaron más de 90 muertos en uno de los atentados mas sangrientos previos a la proclamación un año después del Estado de Israel.
Según fuentes policiales, los principales riesgos que existen en esta ocasión giran en torno al desbordamiento de extremistas de la actual derecha nacionalista israelí, que repudian el proceso de paz que Bush alienta desde la pasada conferencia de Annapolis.
Los responsables policiales temen que, además de bloquear el paso a la comitiva presidencial estadounidense, esos radicales intenten penetrar en la Explanada de las Mezquitas, donde en la antigüedad estuvieron los templos bíblicos hebreos.
Los activistas del movimiento nacionalista israelí han convocado hoy manifestaciones ante la muralla de la ciudad vieja en protesta por una posible división de Jerusalén, que supone uno de los puntos cruciales de las actuales negociaciones con los palestinos.
Asimismo han realizado llamamientos para que se realicen concentraciones en el asentamiento de Har Joma, en la parte árabe de la ciudad, en contra de un plan del primer ministro israelí, Ehud Olmert, para evacuar decenas de enclaves judíos de Cisjordania.
El desalojo de esos enclaves -ilegales para el propio ejecutivo israelí ya que se levantaron sin el permiso gubernamental-, será uno de los principales asuntos en las conversaciones de Olmert con Bush.
Al margen de las molestias que tendrán que sufrir los jerosolimitanos, pues varios sectores de la ciudad serán sellados por las fuerzas policiales, los contribuyentes israelíes tendrán que desembolsar US$ 1, 2 millones, a razón de US$ 25 mil por hora, para financiar el operativo de seguridad durante la visita.
El despliegue lleva el nombre de «Operación cielos claros», aunque los meteorólogos pronostican lluvias y bajas temperaturas.
En contrapartida a ese desembolso, los hoteles de la ciudad -que albergarán a unos mil integrantes de la comitiva de Bush, sus asesores y sus agentes de seguridad, más los policías locales procedentes de otras ciudades y que pernoctarán en Jerusalén-, ingresarán US$ 4 millones.
El jefe de operaciones de la Policía Nacional, Berti Ojaion, indicó que un tercio de sus efectivos participarán en el operativo.
La policía detuvo hoy a seis personas que fijaban carteles de repudio a Bush en muros de la avenida de Hebron y que confesaron que les habían pagado militantes de grupos conservadores de la derecha.
Los actos oficiales comenzarán en el aeropuerto David Ben Gurion, situado a 50 kilómetros de Jerusalén -donde Bush será recibido por su anfitrión, el presidente Simon Peres, y el gobierno de Ehud Olmert- y culminarán en Galilea, en el Monte de las Beatitudes, donde Jesús pronunció el sermón de la montaña.
En contra de lo previsto en principio, la policía israelí informó hoy de que Bush adelantará su llegada mañana en tres horas, a las 11.30 hora local (09.30 GMT) y llegará al hotel por carretera, no en un helicóptero, como se había adelantado.
Desde su suite del hotel el presidente estadounidense podrá observar iluminada la muralla que hace cinco siglos hizo levantar Suleiman el Magnífico y cuyo interior acoge los lugares santos judíos, cristianos y musulmanes.
Todas las habitaciones del Hotel Rey David han sido reservadas para el presidente y sus acompañantes, entre ellos la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, quien pergeñó la convocatoria de la conferencia de Annapolis, que supuso la reanudación del proceso de paz entre palestinos e israelíes, tras siete años de bloqueo.
Bush, que ya estuvo Jerusalén en 1998 aunque en aquella ocasión como gobernador de Texas, tiene previsto visitar también el Museo del Holocausto antes de desplazarse a la Mukata o sede de la Autoridad Nacional Palestina en Ramala (Cisjordania), donde se entrevistará con el presidente Mahmud Abas.
El programa incluye asimismo un desplazamiento a Belén, donde visitará la gruta donde según la tradición nació Jesús.
EFE