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Chávez suma respaldos para retomar rol de mediador entre Colombia y FARC

Guerrilla planteó que próximos pasos deben dirigirse al logro del territorio desmilitarizado que exigen para negociar con el Ejecutivo un acuerdo humanitario sobre rehenes. En tanto, el gobierno colombiano señaló que »sólo se requiere voluntad de las FARC» para que se concreten nuevas liberaciones.


El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, considerado el principal artífice de la liberación de dos rehenes que se encontraban en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), continuó este viernes sumando apoyo para retomar su rol de mediador, cancelado abruptamente el año pasado por su par colombiano, Álvaro Uribe.



A la serie de felicitaciones que recibió en la víspera -de los que incluso no se restó EEUU-, este viernes autoridades francesas, que abogan por la libertad de la ex candidata Ingrid Betancourt, e incluso importantes personeros colombianos se sumaron a las voces que piden al gobierno de Uribe restablecer el rol de Chávez.



En noviembre pasado, el mandatario colombiano resolvió cancelar "de manera irreversible" la mediación que había iniciado su par venezolano, luego de que Chávez mantuviera contacto directo con jefes militares de Colombia.



Los contactos sólo se retomaron a fines del año pasado, cuando las FARC decidieron entregar tres rehenes, la ex congresista Consuelo González, la ex candidata a la vicepresidencia Clara Rojas, y el hijo de ésta, Emmanuel -quien se encuentra en un hogar de menores-, como una forma de desagravio hacia Chávez, que finalmente terminó con la liberación de las dos mujeres.



Rojas y González estaban en el grupo de 45 cautivos con fines de canje humanitario por medio millar guerrilleros presos, tarea que las partes implicadas no han asumido por diferencias, como la negativa de Uribe a desmilitarizar un territorio y permitir que los rebeldes liberados retomen las armas.



Cooperación mutua para libertad de Bentacourt



En este escenario, el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, alentó a ambos gobernantes a seguir cooperando para lograr la liberación de los otros rehenes, incluida la colombo-francesa Ingrid Betancourt.



Hay que «mantener la presión» para continuar la labor, «que ahora se apoya en el conjunto de los jefes de Estados latinoamericanos y la opinión pública mundial», afirmó Kouchner en la emisora Europe 1. «Espero y quiero creer que eso va a dar resultados en los días venideros», dijo.



La liberación es «un éxito de la mediación de Chávez y de la inteligencia» de quien «ayer, por primera vez, le felicitó», lo que es «formidable», recalcó Kouchner, tras recordar los «contratiempos» que pudo producir en el pasado el «antagonismo» entre ambos. «Si estos dos esfuerzos se suman, creo que podría producir resultados», subrayó.



Por su parte, la hija de Betancourt, Mélanie, consideró que la liberación de Rojas y González es «un gran momento de esperanza para todos» y muestra que «los rehenes que están en esa selva no están condenados a morir allí». En esa línea, estimó que «es la primera vez que pensamos que podemos conseguir» la liberación de Ingrid.



Por otra parte, el ex presidente colombiano Ernesto Samper afirmó que si el Gobierno de su país no logra un «rápido acuerdo» con la guerrilla de las FARC para un canje humanitario, debe restablecer la mediación de Chávez. «Si no se da este acuerdo, yo creo que el Gobierno del presidente Uribe debería restablecer el mandato que le dio al presidente Chávez para que él sirviera de mediador en esta tarea», precisó.



A juicio del ex mandatario colombiano, en su país existe «una sensación contradictoria» tras la liberación de Rojas y González. «Es una sensación ambivalente, porque de una parte hay una situación de euforia, de alegría por el regreso de estas personas que llevaban más de cinco años secuestradas por las FARC», comentó a la radio Cooperativa.



«Pero de otra parte también hay una situación de tristeza por los secuestrados que aún permanecen en la selva, esperando que haya un acuerdo humanitario para devolverlos a la libertad», añadió.



Samper advirtió que el principal obstáculo para una negociación entre la guerrilla y el Gobierno es la negativa de la actual administración a desmilitarizar los municipios colombianos de Florida y Pradera. «Hay diferencias políticas entre el Gobierno y las FARC, que serían superables si ellos (el Gobierno) no estuvieran pensando más en obtener espacios políticos por cuenta del intercambio humanitario, que en hacer un intercambio que realmente obedece a principios esencialmente éticos de defensa de principios como el de la libertad y la vida», concluyó.



Dudas sobre desmilitarización



En tanto, las FARC consideró que ahora los esfuerzos deben dirigirse al logro del territorio desmilitarizado que exigen para negociar con el Ejecutivo un acuerdo humanitario sobre rehenes.



En un comunicado fechado la víspera en las «montañas de Colombia» y divulgado por el sitio web de la Agencia Bolivariana de Prensa (ABP), el «Secretariado» o mando central del grupo, mantuvo su condición de retirada de tropas de las localidades de Florida y Pradera.



Los insurgentes dijeron que ambas deben ser el «escenario del diálogo Gobierno-FARC para el acuerdo y la materialización del canje que haga posible la liberación de todos los prisioneros en poder de las fuerzas contendientes».



Las FARC dijeron que con la entrega de ambas políticas honraron su palabra y el compromiso con Chávez; la congresista opositora colombiana Piedad Córdoba y la comunidad internacional interesada en la suerte de los rehenes. En la misma nota, consideraron que la de Rojas y González es una «liberación humanitaria y unilateral» pese a las trabas impuestas por Uribe.



«Lograremos el canje», aseguraron los guerrilleros, que agradecieron a Chávez y a los gobiernos que lo acompañaron a él en el «noble esfuerzo» por los rehenes. «En realidad, somos (las FARC) una fuerza beligerante a la espera de ser reconocida por los Gobiernos del mundo», lo que, según ellos, «allanaría el tortuoso camino del pueblo de Colombia en busca de la paz».



Sin embargo, el ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, aseguró que «solo se requiere voluntad» de las FARC para más liberaciones. «Esto nos demuestra que no se requiere de ningún despeje (desmilitarización) para liberar a los secuestrados. Solo se requiere de buena voluntad», dijo.



Resaltó que las FARC «se demoraron más de un mes después del momento en que prometieron liberar a estas dos personas para cumplir con su palabra, y lo que esperamos es que los cerca de 700 secuestrados que tienen puedan correr con la misma suerte».



Santos expresó que quería señalar «lo satisfechos que estamos porque estas dos queridas personas, Clara y Consuelo, después de más de cinco años de estar bajo las condiciones más infrahumanas, torturadas, hoy en este momento están en libertad».



Reiteró «la disposición» del Gobierno colombiano de seguir colaborando en este tipo de misiones humanitarias. «En misiones como estas, si lo solicitan, por supuesto que estaremos dispuestos a dar las facilidades, pero mientras tanto nuestra política de Seguridad Democrática (estrategia oficial contra las guerrillas y las drogas) continuará con toda la firmeza y la contundencia y la eficacia», dijo Santos.



Concluyó el ministro de defensa colombiano que «cuando hay buena voluntad se puede hacer muy fácilmente. Esto hubiera podido hacerse el 10 de diciembre si hubiese existido la buena voluntad».





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