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FARC liberan a dos dirigentes políticas secuestradas y Uribe propone paz

Luego de la operación que puso fin al cautiverio de Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo, la atención se centra ahora en la situación de los otros 45 rehenes «canjeables», entre ellos Íngrid Betancourt y tres ciudadanos estadounidenses.


La guerrilla de las FARC entregó a emisarios del presidente venezolano, Hugo Chávez, a dos mujeres que mantenía secuestradas, mientras el gobernante colombiano, Álvaro Uribe, reiteró a esa organización armada su intención de negociar un acuerdo de paz.



Las liberadas fueron la ex candidata a la vicepresidencia colombiana Clara Rojas, compañera de fórmula de Íngrid Betancourt, quien también tiene nacionalidad francesa, y la ex parlamentaria Consuelo González de Perdomo.



Clara Rojas en sus primeras declaraciones expresó su deseo de «recoger ya a Emmanuel», su hijo nacido en cautiverio, y que las FARC entregaron al cuidado de una persona que, a su vez, lo llevó al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), un organismo estatal de asistencia infantil.



Además, señaló que no veía a Íngrid Betancourt desde hace tres años.

«Presidente Chávez, no se cómo decir ni cómo expresarle mi agradecimiento por su gestión humanitaria. Su actitud compromete inmensamente la actitud demócrata que tiene que tener un gobernante», manifestó, por su parte González, quien le pidió además «no bajar la guardia» con el tema de los secuestrados.



Rojas y Betancourt fueron secuestradas el 23 de febrero de 2002, mientras González de Perdomo permanecía en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde el 10 de septiembre de 2001.



Ambas fueron entregadas en un punto de la selva del departamento colombiano del Guaviare (sur), en una operación colombo-venezolana que comenzó a las 11.00 GMT del jueves último.



En la misión humanitaria participó el ministro venezolano del Interior, Ramón Rodríguez Chacín; el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la senadora colombiana Piedad Córdoba y el embajador cubano en Caracas, Germán Sánchez.



Reunión con Chávez



Las dos políticas fueron llevadas de inmediato a la base venezolana de Santo Domingo, y desde allí, en un rápido transbordo a aviones ejecutivos, viajaron a Caracas donde, también durante el transcurso de ayer jueves, las recibieron sus familiares y el presidente Chávez.



El gobernante venezolano las recibió en las escaleras del palacio de Miraflores, sede del Gobierno, donde se les rindieron honores especiales que incluyeron la ejecución de los himnos de Colombia y Venezuela.

Los familiares de las dos mujeres liberadas permanecen en la capital venezolana, lugar al que se desplazaron cuando se había puesto en marcha un primer intento de liberación que fracasó el pasado 31 de diciembre.



Tras la puesta en libertad de las colombianas el presidente Uribe agradeció a Chávez en un discurso por radio y televisión, casi dos meses después de que cancelara la mediación del gobernante venezolano con las FARC en la búsqueda de un acuerdo humanitario.



«Nuestro Gobierno está listo para la paz con la misma convicción con la que hemos conducido la política de seguridad democrática» (estrategia oficial contra la violencia y las drogas), agregó.



Preocupación por los otros rehenes



Uribe invitó a las FARC «a una negociación fácil, sencilla, de buena fe» y que, remarcó, estaría rodeada de plena seguridad.



En Washington, el Gobierno de EE.UU. aplaudió la liberación de las dos mujeres y reiteró su llamado a que el grupo guerrillero también libere a tres estadounidenses en su poder.



Las FARC mantiene rehenes desde 2002, a los contratistas del Pentágono Marc Gonsalves, Keith Stansell y Thomas Howes.



Tanto Betancourt como las dos liberadas y los tres estadounidenses figuran entre los 45 rehenes «canjeables» que la guerrilla busca liberar a cambio de unos 500 guerrilleros presos.



Por su parte, el CICR expresó en un comunicado que «le sigue preocupando la suerte de los demás rehenes en poder de los grupos armados, así como de sus familiares que siguen esperando la libertad de sus seres queridos».



El ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, dijo tras confirmarse la liberación de Rojas y González de Perdomo que ahora espera que esa guerrilla «deje en libertad a los otros 700 secuestrados» que aún mantiene cautivos.



La misma petición la hicieron en la noche Uribe y Yolanda Pulecio, madre de Íngrid Betancourt.



Unas horas antes de que Uribe hablara, el ministro del Interior y de Justicia, Carlos Holguín, se declaró «feliz», pero «pensando en los demás» plagiados.



«Estamos muy contentos, muy satisfechos de que Clara y Consuelo ya estén gozando de su libertad, una libertad que debieron anhelar durante todos estos años y de la que todos los colombianos estuvimos pendientes de que se obtuviera», dijo Holguín.



Desde Caracas la senadora colombiana Piedad Córdoba confirmó que las FARC enviaron nuevas «pruebas de vida» de secuestrados al presidente venezolano.



Según Córdoba, se trata de «pruebas de vida de Alan Jara, Jorge Turbay, Gloria Polanco, Orlando Beltrán, Eduardo Gechem», de un coronel apellidado Mendieta, otro ciudadano de nombre «William» y de «otros agentes policiales y soldados».



El ex presidente Andrés Pastrana (1998-2002) recordó a Uribe que se requiere «una zona de encuentro para hablar del acuerdo humanitario. Las FARC se han comprometido a que en 45 días devolverían a todos los secuestrados».



También, el alcalde mayor de Bogotá, Samuel Moreno, abogó por el acuerdo humanitario junto a 300 personas que se congregaron en la Plaza de Bolívar, en el corazón de la capital colombiana, en donde se instaló una valla dando la bienvenida a la libertad a Rojas y González, con fotografías de las dos.





Moreno pidió a las FARC liberar a todos los secuestrados y confió en que 2008 sea el año en el que todos los que están en esa situación recobren la libertad.



Por el momento no está claro cuándo Rojas y González emprenderán viaje a Bogotá.



EFE





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