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Argentina: Kirchner suma sorpresivos aliados para presidir el peronismo

Ex gobernante consiguió el apoyo del ex ex presidente Eduardo Duhalde y el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, quien en las últimas elecciones se alió con los radicales de Alfonsín.


El ex presidente argentino Néstor Kirchner puso en jaque a sus oponentes al sumar a antiguos rivales como aliados para liderar el peronismo, el movimiento con cuatro millones de afiliados que gobierna Argentina desde 2002.



Kirchner mantiene la iniciativa política que lo caracterizó en su gestión presidencial (2003-2007), dijeron varios analistas respecto a la incorporación del ex presidente Eduardo Duhalde y el ex ministro de Economía Roberto Lavagna a su proyecto de convertirse en líder del Partido Justicialista (PJ, peronista).



«Es una buena noticia para todos los justicialistas y una mala noticia para los que no quieren un justicialismo unido», dijo Duhalde (2002-2003), que precedió a Kirchner en la Casa Rosada, en declaraciones publicadas por el diario Clarín.



Además de tomar por sorpresa al mundo político, la «estrategia K», como la llaman ya algunos analistas, ha hecho aún más evidente el proceso de desintegración de la Unión Cívica Radical (UCR), el partido político más antiguo del país, y puesto a la defensiva a otras fuerzas de la oposición.



También sacó de su mutismo al ex presidente Carlos Menem, último líder del Partido Justicialista (peronista), que está intervenido por la justicia electoral desde 2005 y pendiente de unas elecciones internas que se esperan para junio.



Menem (1989-1999) aseguró a radios locales que Kirchner «se alió a Lavagna para acumular más poder» y afirmó que él a su vez buscará alianzas con otros peronistas para disputarle el liderazgo del partido en las elecciones internas.



Otro ex presidente, el radical Raúl Alfonsín (1983-1989), advirtió que Kirchner busca «la hegemonía» del PJ y remarcó que esto puede desembocar en la época (la década de los años 50) en la que «Argentina se dividió» entre «peronistas y antiperonistas».



Alfonsín cargó especialmente contra Lavagna, quien pese a ser peronista fue candidato de una alianza formada por la UCR y otras fuerzas denominada Una Nación Avanzada en las elecciones presidenciales de octubre pasado, en las que obtuvo la victoria la actual presidenta Cristina Fernández, esposa de Kirchner.



«Lavagna actuó en contra de los tres millones de argentinos que lo votaron: los defraudó», dijo Alfonsín.



El jefe del gabinete de Cristina Fernández, Alberto Fernández, sostuvo que los dichos de Alfonsín «son fantasías» y subrayó que Lavagna «es un hombre que tiene muchas cosas para aportar» dentro del peronismo «y no en otra cosa».



Desintegración



Algunos analistas políticos creen que la «estrategia K» apunta a profundizar la desintegración del radicalismo y todos coinciden en que los únicos que no han sido sorprendidos son los peronistas.



«El peronismo es como la Iglesia Católica: ve el pecado pero tiene infinita capacidad para perdonarlo, por eso no expulsa a nadie. La UCR es más severa y más propensa a expulsar», apuntó a Efe el sociólogo Eduardo Fidanza, de la consultora Poliarquía.



Los dirigentes peronistas «son como las acciones que se negocian en la bolsa: su valor sube y baja de acuerdo a las circunstancias, pero siempre dentro del mercado», matizó.



Mientras, el analista Ricardo Rouvier señaló que otras fuerzas políticas quedaron «desorientadas» o «mal paradas», como la conservadora Propuesta Republicana que lidera el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, quien en su momento intentó una alianza con Lavagna.



En general, los analistas consideran que puede fortalecerse la Coalición Cívica liderada por Elisa Carrió, dirigente de centro izquierda que proviene de la UCR, de donde sumó aliados para su candidatura en las últimas elecciones presidenciales con el respaldo de socialistas e independientes.



«Vamos a ver qué pasa», dijo Carrió luego de reiterar que la Coalición Cívica «es la única oposición» a «los Kirchner».



Eduardo Fidanza sostuvo que el plan de Kirchner debilita aún más a la UCR, «a lo que contribuyeron los propios dirigentes de esa fuerza», y por otro lado apunta a «no correr riesgos de impugnación» cuando llegue el momento de elegir al líder el peronismo.



El ex presidente «siempre ha ido a los lugares donde sabe que será aclamado», puntualizó el analista.



El PJ, fundado en 1946 por el fallecido general y tres veces presidente Juan Perón está intervenido desde 2005, cuando la justicia electoral determinó que estaba «acéfalo» desde 2003 a causa de disputas entre sus dirigentes.



EFE

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