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Atentado en Siria causa muerte de importante dirigente de Hizbulá

El dirigente Emad Mughaniya era uno de los hombres más buscados por EEUU e Israel, y era considerado uno de los pilares de la estructura militar de la organización chií.


Uno de los principales líderes de Hizbulá, Emad Mughaniya, fue asesinado la noche del martes en un atentado con coche bomba en Damasco que su grupo atribuyó a Israel, un día antes de que se cumpla el tercer aniversario por el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri y cuando Líbano está en máxima alerta.



Hasta el mediodía de este miércoles, el gobierno israelí no ha hecho ningún comentario a las acusaciones de Hizbulá.



«No hay ninguna reacción y no creo que la vaya a haber durante el día», dijo hoy a Efe Mark Regev, portavoz de la Oficina del Primer Ministro de Israel, Ehud Olmert.



Tampoco Siria ha hecho alusión a este atentado perpetrado en su propio suelo.



Un ex jefe de los servicios secretos israelíes (Mosad), Danni Yatom, describió a Mughaniya -en unas declaraciones reproducidas por Al Yazira- como el segundo hombre de Hizbulá tras el jeque Hasan Nasralá, quien también vive en la clandestinidad por saberse objetivo de Israel.



El ex jefe del Mosad, sin confirmar la autoría del atentado contra Mughaniya, calificó su muerte como «un gran logro militar, sea quien sea el que lo hizo».



El dirigente de Hizbulá era uno de los hombres más buscados por EEUU e Israel, y era considerado uno de los pilares de la estructura militar de la organización chií.



En la nota de Hizbulá, difundida por la televisión «Al Manar», órgano del partido, no se especificaron las circunstancias ni el lugar del atentado, si bien todo indica que Mughaniya fue víctima de la explosión con coche-bomba registrada la pasada noche en Damasco en misteriosas circunstancias.



El comunicado tampoco precisó el cargo de Mughaniya (también conocido por su pseudónimo, «Hach Radwan»), aunque anteriormente se le había identificado como el jefe de los servicios de inteligencia de este partido y jefe asimismo del ala militar de Hizbulá.



«Con orgullo, lamentamos la muerte de un gran líder de la resistencia islámica después de una larga vida de ‘yihad’, Emad Mughaniya, que cayó como un mártir a manos de los sionistas israelíes», según el texto de la nota.



Tras el anuncio, Al Manar interrumpió su programación y pasó a ofrecer sesiones de recitación coránica, como suele ser habitual en el mundo musulmán cuando hay fallecimientos de importantes personalidades.



Según Hizbulá, Mughaniya ha sido el objetivo de «los sionistas y los países arrogantes durante más de dos décadas».



«Fue un soldado desconocido que vivió como un grande y murió como un mártir. Tuvo mucho valor y siempre constituyó un desafío para Israel», declaró el vicepresidente del Consejo Superior Chií libanés, jeque Abdel Hamid Qabalan, después de conocer el atentado.



Hizbulá ha anunciado que hoy comenzará a recibir a quienes quieran expresar sus condolencias por la muerte de Mughaniya, y que mañana celebrará solemnes funerales por su alma, que se prevén masivos dado el poder de convocatoria del grupo.



Estos funerales van a coincidir con otra celebración de duelo de los rivales del grupo chií, pues las llamadas «Fuerzas del 14 de marzo» han llamado mañana a sus partidarios a una concentración para conmemorar el tercer aniversario del asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri.



Hace solo dos días, el Ejército libanés anunció una serie de medidas para garantizar el orden público en el país durante la jornada de mañana: entre ellas, la prohibición de portar armas y la de disparar al aire (costumbre arraigada en varios países de Oriente Medio con ocasión de fiestas y funerales).



Las «Fuerzas del 14 de marzo», capitaneadas por el hijo de Hariri (Saad Hariri), el primer ministro Fuad Siniora y el diputado druso Walid Yumblat han sido hasta ahora las que han sufrido en mayor medida los atentados cometidos en el Líbano contra personalidades antisirias.



Sin embargo, el atentado de ayer en Damasco no solo traslada al territorio sirio el conflicto del Líbano, sino que demuestra que el movimiento chií libanés no es completamente invulnerable.



EFE

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