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Aumentan protestas japonesas contra las bases de EEUU en Okinawa

Las manifestaciones, que fueron gatilladas por la violación de una niña por parte de un marine, han ido creciendo al punto que la secretaria de Estado de EEUU, Condolezza Rice expresara su preocupación al gobierno nipón.


Las protestas por la violación de una niña por un marine estadounidense se intensificaron hoy en Okinawa (Japón), en un ambiente parecido al de las grandes manifestaciones de 1995 que modificaron la presencia militar de EEUU.



Las asambleas locales de Okinawa y Chatan emitieron hoy una declaración conjunta de protesta en la que se exige una petición de perdón y acciones preventivas para que sucesos como éste no se repitan, según informó la agencia local Kyodo.



A esa protesta se ha sumado un grupo cívico de mujeres que tuvo una participación clave en las movilizaciones de 1995, cuando se organizó una manifestación masiva que obligó a EEUU a reubicar una de sus bases de Okinawa y a desalojar otras de sus instalaciones.



Anticipándose a unas posibles movilizaciones como las de 1995, desatadas por la violación de una niña de 12 años por parte de tres «marines» estadounidenses, tanto las autoridades centrales japonesas como las estadounidenses han reaccionado con rapidez.



La secretaria de Estado de EEUU, Condolezza Rice, transmitió su preocupación por el incidente al embajador nipón en Washington, Ryozo Kato.



Además, el embajador estadounidense en Tokio, Thomas Schieffer, se desplazó hoy a Okinawa para hablar con los políticos locales, a quienes transmitió que su país lamenta el suceso.



Del lado japonés, varios ministros y el propio primer ministro nipón, Yasuo Fukuda, protestaron ayer de manera oficial ante EEUU e incluso afirmaron que el asunto podría tener consecuencias para las relaciones entre ambos países.



Fukuda apuntó que la violación podría influir en un plan conjunto entre Estados Unidos y Japón para reubicar a las tropas estadounidenses en la isla.



El suceso que ha generado el frenesí diplomático entre EEUU y Japón se produjo el pasado fin de semana, cuando un «marine» de una base militar estadounidense en Okinawa supuestamente violó a una niña japonesa de 14 años en su automóvil.



Las autoridades niponas tienen en su poder al «marine» Tyrone Hadnott, de 38 años, que aunque negó haber violado a la niña, admitió haberla tocado y haberla forzado a besarlo.



Al parecer, Hadnott ofreció a la chica llevarla a casa en su moto después de que ésta dejara a sus amigos.



La chica aceptó, pero el «marine» la llevó a su propia casa, donde trató de besarla.



Según el relato de la policía, ella empezó a llorar, por lo que el marine le dijo a su víctima que la llevaría a casa en su automóvil, donde posteriormente fue violada.



Después de que la niña se hubiera ido con el marine en la moto, sus amigos trataron de llamarla varias veces.



En una de las ocasiones la víctima respondió y les pidió ayuda, por lo que sus amigos llamaron a la policía y comenzó la investigación.



La presencia militar estadounidense en la isla, organizada en 14 bases que ocupan casi el 20 por ciento de la superficie total de Okinawa, es un asunto de reivindicación permanente para la población local, que en su inmensa mayoría es contraria.



La presencia en la isla de miles de militares ha conducido a repetidos incidentes relacionados con asaltos sexuales desde la implantación de las bases en Okinawa, entre ellos el llamado «incidente Yumiko», un caso de violación y asesinato de una pequeña de 6 años ocurrido en 1955.



EFE

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