«He sufrido agresiones, ultraje. Los mineros me golpearon con sus cascos en la cabeza. Pero no me amedrentan», denunció la diputada Ninoska Lazarte, de la fuerza Poder Democrático y Social (Podemos, derecha).
Un grupo de mineros y campesinos de los sindicatos leales al presidente de Bolivia, Evo Morales, agredió este jueves a golpes y con insultos a una diputada opositora en La Paz cuando intentaba entrar al Congreso, en cuyas puertas se detonaron varias cargas de dinamita.
La diputada Ninoska Lazarte, de la fuerza Poder Democrático y Social (Podemos, derecha), denunció las agresiones que sufrió en la plaza Murillo, que, contrariamente a lo sucedido en los días pasados, este jueves no tenía resguardo policial.
Lazarte dijo que fue agredida con golpes, escupitajos con coca y empujada tanto por varones como por mujeres de los sindicatos afines al mandatario que hoy dieron al Congreso «un ultimátum» para aprobar una convocatoria a dos referendos sobre el nuevo proyecto constitucional.
«Ha sido imposible entrar. He sufrido agresiones, ultraje. Los mineros me golpearon con sus cascos en la cabeza. Pero no me amedrentan», denunció Lazarte a la radio Panamericana.
Esos referendos permitirán validar el proyecto constitucional del presidente Morales, que la oposición ha rechazado de plano con el argumento de que fue aprobado de forma ilegal en la Asamblea Constituyente a fines del año pasado.
Lazarte declaró que «el presidente Morales y su gente» prácticamente «han secuestrado» al Congreso, que debía reanudar hoy sus sesiones para debatir la ley de convocatoria a esas consultas.
El subjefe de la bancada del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), Gustavo Torrico, indicó que su colega opositora Lazarte había ido «a provocar» a la plaza Murillo.
Al Parlamento también han ingresado mineros y indígenas del grupo aimara radical «Ponchos Rojos», lo cual, según el presidente del Senado, el opositor Óscar Ortiz, «es un golpe brutal al Congreso, a la democracia y sobre todo al país».
EFE
