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Expertos prevén que imagen de Cuba se irá debilitando en Latinoamérica

Por Laura Sánchez-Ramírez (EFE)Pese al mantenimiento del statu quo en La Habana, analistas consultados en Estados Unidos apuestan por que la salida del líder isleño de la primera línea tenderá a cambiar las relaciones con Venezuela y su aura de liderazgo transmitida durante décadas hacia la izquierda se irá desvaneciendo.


La ausencia de Fidel Castro del primer plano de la escena política debilitará poco a poco la imagen de Cuba en Latinoamérica, al tiempo que las relaciones cubano-venezolanas tenderán a cambiar con Raúl Castro al frente de la isla, según analistas consultados en Estados Unidos.



Los académicos y expertos señalaron que a corto plazo no se producirán cambios trascendentales, aunque el aura de liderazgo que ha transmitido Fidel Castro durante décadas hacia la izquierda latinoamericana se irá desvaneciendo, así como la influencia cubana.



El profesor de la Universidad de Miami Dade Juan Clark destacó que es solo una cuestión de tiempo el deterioro de la imagen de Cuba, al ir desapareciendo «la influencia del líder carismático del que una vez se enamoraron» los grupos de izquierda.



«El carisma e inteligencia de Fidel son una realidad, pero Raúl no tiene el don de esa fuerte presencia como su hermano, ni tiene la habilidad de ‘engatusar’ como el otro», agregó.



Al desvanecerse el aura del líder carismático, el profesor Clark opina que se irá debilitando la importancia del liderazgo entre la izquierda que Cuba ha tenido durante décadas en Latinoamérica y el mundo.



La pérdida de influencia de Fidel Castro será palpable, además, en la futura relación entre Cuba y Venezuela por una cuestión meramente personal: Raúl Castro no simpatiza con el presidente venezolano, Hugo Chávez, asegura el profesor de la Universidad de Miami Jaime Suchlicky.



«Es obvio que a Rául le interesa mantener esa relación simbiótica entre los dos países por el petróleo», asegura Suchlicky, aunque la relación fraternal de Chávez cambiará poco a poco por la pérdida de influencia de Fidel.



«La relación ahora entre Raúl y Chávez será de mutua conveniencia», añadió.



El profesor Clark coincide en que las relaciones personales van a cambiar, ya que el líder venezolano no va a tratar a Raúl de la misma forma que a Fidel.



«Con Raúl no puede haber esa relación fraternal. Se ha visto la forma en la que Chávez ha endiosado a Fidel, al que miraba como un ser superior. En cada visita (a La Habana) se veía a Chávez como un niño ante Santa Claus», afirma Clark.



El papel económico de Venezuela en Cuba seguirá siendo clave, pero los expertos estadounidenses apuntan otro elemento que comienza a hacer mella entre la población cubana: la manera con la que los venezolanos son tratados al disfrutar de los mejores centros turísticos.



«Con sus camisas rojas, los venezolanos compran en las mejores tiendas y viajan a lo largo de la isla como si fuesen dueños del lugar», aseguró el abogado Mauricio Claver-Carone, director del Centro Cubano-estadounidense por la Democracia, con sede en Washington.



«Todas las actividades y beneficios que se les niegan a los cubanos se las ofrecen a Chávez y a los venezolanos», afirmó Claver-Carone.



Otro elemento que puede generar discrepancias entre Cuba y Venezuela es, según Claver-Carone, el proyecto de establecer una especie de federación entre los dos países porque «a las puertas de un eventual cambio político supone un peligroso factor contra la identidad del pueblo cubano».



Para contrarrestar la pérdida de influencia del liderazgo de Fidel, Raúl tratará de mantener viva la imagen y la presencia de su hermano, según Jesús Méndez, profesor de Historia de Universidad Barry de Miami.



«El sistema totalitario cubano seguirá en pie y Raúl no dejará de consultar con Fidel sobre temas importantes, reconociendo así que su hermano continuará como cabeza del pórtico comunista bajo el papel de secretario», recalcó Méndez.



Por ello, el profesor Méndez considera que Raúl no está en condiciones de imponer ningún cambio significativo en Cuba.



«Se tratará de manipular la realidad, pero apenas se puede producir una mera evolución o transición. El único cambio pudiera producirse es si el gobierno de Estados Unidos optase por un cambio sustancial en las relaciones con La Habana», aseguró Méndez.

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