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Zapatero y Rajoy se enfrentan en vibrante debate a seis días elecciones

Los dos partidos proclamaron a sus respectivos candidatos vencedores del debate, que fue transmitido en directo por más de 30 cadenas de televisión y en el que ambos buscaron convencer a los indecisos que pueden inclinar la balanza el próximo domingo.


Los dos principales candidatos en las elecciones del domingo, el socialista y jefe del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder conservador Mariano Rajoy, protagonizaron este lunes un vibrante debate en el que expusieron sus visiones contrapuestas de cómo gobernar España.



A seis días de los comicios, con las últimas encuestas que indican una tendencia favorable a los socialistas de hasta cuatro puntos, los dos aspirantes repasaron, y chocaron, en una amplio abanico de temas desde el precio de las papas a la lucha contra ETA, o la gestión de la inmigración.



El debate, en el que se repetía escenario, y prácticamente indumentaria, por parte de los dos contrincantes -trajes oscuros, corbata azul a rayas el candidato socialista, granate, el «popular»-, tuvo mayor intensidad y proyección de futuro que el primero, aunque el pasado, en forma de guerra de Irak y atentados del 11 de marzo de 2004, también estuvo presente.



Zapatero, abrió el fuego con una exposición inicial de sus principales propuestas.



Armado con lo que presentó como «El Libro blanco» de sus cifras, señaló la creación de dos millones de empleos, la mitad para mujeres, con el objetivo final del pleno empleo y la plena igualdad, en un país «que alcance las cuotas de educación de cultura que se merece una gran potencia como es España».



Hizo hincapié en la profundización de las medidas de ámbito social adoptadas, como la Ley de la dependencia, y en la subida de las pensiones mínimas y «otro 30 por ciento el salario mínimo, hasta alcanzar los 800 euros (1.200 dólares)».



Rajoy, recurrió a la economía para armar su réplica y asegurar que después de 4 años de gobierno socialista hay «un gran número de españoles que no lo están pasando bien» y tienen que «apretar el cinturón para llegar a final de mes».



En este punto, la subida de la inflación derivó en un enconado debate en torno al precio de las patatas, la leche y el pan.



También fue encendido el apartado de la inmigración, en el que Rajoy sostuvo que «hay que poner orden y control» para que los derechos de los españoles no se vean afectados» y afirmó que la actual política «no se puede mantener».



«Hay muchas personas que se pueden ver perjudicadas y se ven perjudicadas», a causa de ello, agregó Rajoy, que dijo que la inmigración tiene que ser «legal, con contrato y con integración», y de cara al futuro defendió «expulsar a los que delinquen aunque lleven cinco años en España, prohibir por ley las regularizaciones masivas y crear una agencia de empleo».



El tono subió cuando tocó el turno al terrorismo y la lucha contra ETA, que centró gran parte de la dura oposición ejercida por el Partido Popular (PP) de Rajoy en esta legislatura, en la que acusó a Zapatero de mentir a los españoles sobre el fallido proceso de negociación con la banda terrorista que persigue por las armas la independencia del País Vasco.



La guerra de Irak -la retirada de las tropas de ese país fue la primera decisión que tomó Zapatero tras ganar las elecciones de marzo de 2004- y los atentados yihadistas cometidos 3 días antes de esos comicios, también fueron motivo de fuertes reproches.



Zapatero dijo que los ‘populares’ deberían pedir perdón a los españoles por su actitud entre el 11 y el 14 de marzo de 2004, cuando se atribuyeron a ETA los atentados contra los cuatro trenes de Madrid que conmocionaron a la sociedad española.



«Da la sensación de que quiere volver a ganar las elecciones por Irak y por el 11-M», replicó Rajoy.



En su despedida, Rodríguez Zapatero pidió el voto a los españoles porque, dijo, está convencido «de que un país es fuerte si da las mismas oportunidades a todos los ciudadanos y apoya a los más débiles».



«Porque estoy comprometido con terminar con todas las discriminaciones, empezando por la que afecta a las mujeres, porque estoy convencido que el crecimiento económico nos debe llevar al pleno empleo», además del compromiso con la defensa de la paz, de la legalidad internacional, «con una España unida, en convivencia y que respete la diversidad».



Rajoy, partió del convencimiento de que «España es un gran país, una gran nación de ciudadanos libres e iguales», y dijo que ofrecerá a la oposición un pacto «para derrotar a ETA».



Para concluir que «la economía lo es todo. De una buena economía depende todo» y hacer la promesa de no enredar «con debates sobre naciones o alianzas de civilizaciones».



Los dos partidos proclamaron a sus respectivos candidatos vencedores del debate, que fue transmitido en directo por más de 30 cadenas de televisión y en el que ambos buscaron convencer a los indecisos que pueden inclinar la balanza el próximo domingo.



Los primeros sondeos ofrecidos por canales privados de televisión dan vencedor en el duelo dialéctico a Zapatero.



EFE

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