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Socialistas celebran victoria en elecciones que refuerzan bipartidismo

El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dedicó sus primeras palabras al ex concejal de su partido asesinado por ETA el pasado viernes, Isaías Carrasco, y a todas las víctimas del terrorismo, y prometió gobernar con mano firme y con mano tendida.


Los socialistas consiguieron una clara victoria en las elecciones generales celebradas este domingo en España, en las que mejoró su posición el opositor Partido Popular (PP) y se consolidó el bipartidismo en detrimento de las fuerzas minoritarias.



Con casi el 100% de los votos escrutados, el gubernamental Partido Socialista (PSOE) logra 169 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados, frente a 153 de la principal fuerza de la oposición, el conservador Partido Popular (PP).



En las elecciones de 2004, el PSOE obtuvo 164 escaños y el PP 148.



El líder socialista y presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dedicó sus primeras palabras al ex concejal de su partido asesinado por ETA el pasado viernes, Isaías Carrasco, y a todas las víctimas del terrorismo, y prometió gobernar «con mano firme y con mano tendida».



Los populares reconocieron el triunfo socialista pero, como dijo el líder del PP ante sus seguidores, Mariano Rajoy, han recortado distancias con el gobierno y mejorado su posición en el parlamento.



Flanqueado por los pesos pesados de su partido, en el balcón de la sede popular, Rajoy dio las gracias a todos los que confiaron en el PP y aseguró que «hemos sacado más votos que nunca».



Los grandes perdedores de estas elecciones son la mayoría de las fuerzas minoritarias o regionales, especialmente el bloque izquierdista Izquierda Unida (IU), hasta ahora la tercera fuerza política del país en número de votos, ya que pierde tres de sus cinco diputados y, por lo tanto, también se queda sin su propio grupo parlamentario.



También ha sido especialmente marcado el retroceso de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), la formación independentista catalana, que perdió 400 mil votos y pasará de los ocho diputados que tenía en la anterior legislatura a tres en la próxima.



Los nacionalistas catalanes moderados de Convergencia i Unio (CiU), los nacionalistas vascos moderados del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y los nacionalistas gallegos de izquierdas del Bloque Nacionalista (BNG), fueron otros de los perjudicados, aunque todos ellos lograron mantener su posición en el parlamento nacional.



La sorpresa de la jornada la dio Unión Progreso y Democracia (UPyD), un partido nuevo, liderado por la ex veterana socialista Rosa Díez que conseguirá representación parlamentaria con un escaño.



«Trabajaremos para que los nacionalistas no boicoteen las políticas nacionales, las políticas de estado, las que un país necesita para progresar», dijo una eufórica Díez, también rodeada y aclamada por sus seguidores.



La normalidad y la ausencia de incidentes de consideración fue la nota dominante de la jornada electoral, durante la que se repitieron los homenajes a las víctimas del terrorismo, especialmente a la última el ex concejal socialista Isaías Carrasco, asesinado el pasado viernes por la organización terrorista ETA.



Su asesinato fue seguido de llamamiento a una fuerte participación en las elecciones para responder a la violencia terrorista desde las urnas.



Y el índice de participación fue superior al 75%, muy similar a las elecciones de 2004 cuando los españoles votaron bajo la conmoción del atentado cometido por islamistas contra cuatro trenes que causó 191 muertos y más de 1.800 heridos.



No obstante, la abstención fue alta, alrededor del 35%, en el País Vasco, donde la organización terrorista ETA había hecho un llamamiento a no acudir a las urnas ante la ausencia de los partidos de su entorno político en los comicios por decisión judicial.



EFE

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