Fuentes policiales de Iquitos, capital de la región de Loreto y donde se produjeron las detenciones, manifestaron que aún no se ha determinado si los arrestados han cometido delitos en territorio peruano.
La policía peruana detuvo este miércoles a dos presuntos miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la región amazónica de Loreto, fronteriza con Colombia, lo que disparó la alerta de seguridad en el país.
Los sospechosos, detenidos a las 05.25 hora local (10.25 GMT) fueron identificados como John Manrique Escobar, de 30 años, y Lady Vivas Guerrero, de 25, ambos supuestos miembros del Frente 63 de las FARC, reveló el director general de la Policía Nacional del Perú (PNP), Octavio Salazar.
Las autoridades creen que Manrique es un experto en fabricación de armas y lugarteniente del «Comandante Orlando Porcelana», cabecilla del Frente Amazónico de las FARC.
Fuentes policiales de Iquitos, capital de la región de Loreto y donde se produjeron las detenciones, manifestaron que aún no se ha determinado si los arrestados han cometido delitos en territorio peruano.
Pero, para el general Salazar, la pareja, que fue detenida tras 15 días de seguimiento, podría haber ingresado a Perú para «generar desmanes» y promover paralizaciones y enfrentamientos con las autoridades.
Perú ha sido escenario de varias protestas, entre ellas un paro nacional agrario que en febrero pasado dejó cuatro muertos, mientras se prepara para acoger las cumbres de América Latina y el Caribe-Unión Europea (ALC-UE), en mayo próximo, y del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en noviembre.
Por su lado, el ministro de Defensa, Ántero Flores-Aráoz, manifestó que los detenidos habrían ingresado al país «como encubiertos» al no existir registro de su paso por la frontera y detalló que no se les encontró ni uniformados ni armados.
En declaraciones a la Cadena Peruana de Noticias (CPN), el titular de Defensa también negó que el ingreso a Perú de los dos supuestos miembros de las FARC suponga un error de los servicios de inteligencia.
Los temores en torno a la presencia de las FARC en Perú se reactivaron tras la crisis diplomática entre Quito y Bogotá por el operativo del Ejército colombiano a un campamento guerrillero de esta organización en territorio ecuatoriano.
Aquella incursión, el pasado 1 de marzo, se saldó con la muerte de más de una veintena personas, entre ellos el portavoz internacional y «número dos» de las FARC, Luis Edgar Devia, alias «Raúl Reyes».
Desde hace varios meses, medios periodísticos y autoridades de localidades fronterizas con Colombia han denunciado la presencia de las FARC en Perú, a lo que el Ejecutivo de Lima respondió que esos hechos no se habían acreditado.
Sin embargo, el semanario político Caretas, en coincidencia con las detenciones, publicó
este miércoles que el Comando Conjunto las Fuerzas Armadas de Perú, en un «diagnóstico reservado», ha constatado cientos de ingresos de las FARC al país desde 1989 y con mayor frecuencia en los años 2001 y 2002.
La revista remarcó que «la clave se encuentra en la coca» ya que los guerrilleros colombianos se financian con el dinero proveniente de secuestros y del narcotráfico.
«Según los documentos del Comando Conjunto, hay aproximadamente 1.500 hectáreas de coca sembradas en territorio peruano que son administradas por las FARC», de acuerdo a Caretas.
El artículo agrega que los medios colombianos habían alertado, asimismo, de que parte del material bélico de las FARC proviene de Perú, a lo que suma el antecedente de Vladimiro Montesinos, ex asesor del ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000) y quien cumple 20 años de prisión por la venta ilegal de armas a esa organización.
Por otro lado, las autoridades de Perú han expresado en varias ocasiones sus sospechas sobre posibles vínculos entre las FARC y el peruano Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Tanto las FARC como el MRTA formarían parte de la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB), que aglutina a organizaciones de la izquierda latinoamericana.
Las autoridades peruanas detuvieron a principios de marzo a un grupo de izquierdistas que habían asistido al II Congreso de la CCB en Quito.
EFE
