Organizaciones de periodistas y la oposición reaccionaron acusando a la Superintendencia de Telecomunicaciones de coartar la libertad de expresión y de tratar de censurar la información que dan los medios a la población.
El Gobierno de Evo Morales se desmarcó este jueves de la carta enviada por el ente regulador de las telecomunicaciones en Bolivia a más de mil medios, con amenazas de cierres temporales por emitir informaciones dañinas o alarmistas, aunque sean veraces.
El portavoz presidencial, Álex Contreras, en una entrevista con la televisión estatal aseguró que el Ejecutivo considera la misiva «un error», porque «no es la coyuntura en la que se debería emitir una carta como esa».
«No compartimos el contenido de esa carta porque creemos que no tiene un contexto adecuado», recalcó Contreras.
La Superintendencia de Telecomunicaciones (SITTEL) envió esta semana una carta a más de mil medios en la que advierte de sanciones y cierre temporal por la emisión de «informaciones que aún siendo auténticas puedan dañar o alarmar a la población».
Organizaciones de periodistas y la oposición reaccionaron acusando a SITTEL de coartar la libertad de expresión y de tratar de censurar la información que dan los medios a la población.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, en una entrevista con la Red Uno, dijo respecto a la carta que el Ejecutivo «no la comparte y no la secunda».
Rada aclaró que la SITTEL es un ente «autárquico» que no depende del Ejecutivo, que sólo podría «pedir un informe» y no depurar responsabilidades.
El portavoz del presidente Morales llegó a decir que tras comentar la carta con el vicepresidente Álvaro García Linera, ambos habían quedado «sorprendidos».
Contreras recalcó que en el Gobierno son «defensores de la libertad de prensa, de la libertad de expresión y de la libertad de información».
Sin embargo, terminó su intervención distinguiendo diversos «tipos» de medios de comunicación y de periodistas, afirmó que en el sector existen «mercenarios» y denunció que muchos son «instrumentos» al servicio de la oposición.
EFE
