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Papa recuerda «llagas de la humanidad» y pide solución a conflictos

El pontífice alentó igualmente a buscar soluciones en Irak y el Líbano, y en algunas regiones africanas como Darfur o Somalía.


El Papa Benedicto XVI recordó este domingo las «llagas de la humanidad, abiertas y dolientes» en todo el mundo y animó a que se busquen soluciones que «salvaguarden el bien y la paz» en lugares como el Tíbet, «el martirizado Oriente Medio, especialmente en Tierra Santa», Irak y algunas regiones de África.



Benedicto XVI hizo estas reflexiones durante su mensaje pascual, con el que terminan los actos de la Semana Santa, pronunciado en una fría y lluviosa mañana en la que también celebró la Misa de Resurrección e impartió la bendición «Urbi et Orbe» (a la ciudad de Roma y a todo el mundo).



Durante sus palabras, el Papa recordó esos lugares en los que no se puede «dejar de pensar en estos momentos» y alentó igualmente a buscar soluciones en Irak y el Líbano, y en algunas regiones africanas como Darfur o Somalía, sobre los que, en repetidas ocasiones, ha formulado llamamientos.



El más reciente, lo hizo esta misma semana cuando expresó su «dolor y tristeza ante el sufrimiento de tantas personas» en el Tíbet e hizo votos para que se que elija «la vía del diálogo y la tolerancia».



En su mensaje de pascua, el Papa habló de las «llagas de la humanidad, abiertas y dolientes en todos los rincones del planeta», que se producen cuando las relaciones entre personas, grupos y pueblos están marcadas por «el egoísmo, la injusticia, el odio y la violencia, en vez de estarlo por el amor».



Sin embargo, señaló que esas heridas a veces son «ignoradas e intencionadamente escondidas; llagas que desgarran el alma y el cuerpo de innumerables hermanos y hermanas».



Dichas heridas «esperan obtener alivio y ser curadas por las llagas gloriosas del Señor resucitado» y por la solidaridad de los que, «siguen sus huellas y en su nombre realizan gestos de amor».



El Papa se refirió a aquellas personas que se comprometen activamente a favor de la Justicia y difunden a su alrededor «signos luminosos de esperanza» en los lugares ensangrentados por los conflictos y dondequiera que la dignidad humana «sea denigrada y vulnerada».



Además, expresó el anhelo de que precisamente sea en aquellos lugares donde «se multipliquen los testimonios de benignidad y de perdón».



En el comienzo del mensaje pascual, el Papa recordó que hoy se celebra en la tradición cristiana la resurrección de Jesús, y añadió: «Es nuestra esperanza. Esperanza verdadera para cada ser humano».



El Papa explicó que esta solemnidad «hace revivir la experiencia absoluta y única de la resurrección de Jesús, que es un llamamiento» a convertirse «al Amor» y una invitación a rechazar el odio y el egoísmo.



Así pidió a los fieles que se abran «con sincera confianza a Cristo resucitado, para que la fuerza renovadora del Misterio pascual se manifieste» en cada uno de ellos y «en todas las partes del mundo».



Toda la ceremonia estuvo seguida por una fuerte lluvia, a la que el Papa se refirió en varias ocasiones y pidió que se considerase como un don de Dios para la tierra.



Decenas de miles de fieles llenaron la plaza de San Pedro del Vaticano, donde competían los colores de los paraguas con las flores que decoraban el lugar, regaladas como es tradicional por floricultores holandeses.



El Papa impartió la bendición «Urbi et Orbe» y las felicitaciones de Pascua en 63 idiomas, entre ellos el español, el portugués, el árabe, el chino, el guaraní y el latín.



En español, el Papa deseó a los fieles «una buena y feliz fiesta de Pascua, con la paz y la alegría, la esperanza y el amor de Jesucristo resucitado».



Debido a la lluvia, Benedicto XVI no pronunció la bendición ni el mensaje pascual desde el balcón central de la basílica, donde tradicionalmente se realiza, sino que lo hizo desde la plaza.



EFE

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