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Con normalidad italianos votan para renovar Parlamento y Gobierno

Pese a que Silvio Berlusconi, el magnate televisivo de 71 años, persiste en su intento de regresar al gobierno con una nueva coalición de centro-derecha, muchos analistas aseguran que esta vez ha buscado posicionarse como un «estadista» que podría solucionar los problemas que aquejan al país.


Con tranquilidad se desarrolló en Italia la primera jornada de las elecciones generales que se celebran este domingo y el lunes, informándose que a las 19.00 hora local (17.00 GMT) había votado un 48,7 por ciento de los 47 millones de ciudadanos con derecho a sufragio, lo que representa un descenso respecto al 52,2% comunicado a la misma hora en las pasadas elecciones generales, en 2006.



Los analistas habían advertido de este posible descenso en la participación, debido al casi 30% de indecisos entre los italianos con derecho al voto, y que podían traducirse en su mayoría en abstenciones.



En estos comicios los electores podrán elegir entre 32 listas, de las que quince presentan un candidato a la jefatura del gobierno, pero sólo dos, el progresista Partido Demócrata de Walter Veltroni y el conservador Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi, se disputan la victoria en estos comicios.



En la mañana los principales líderes políticos acudieron a votar y respetaron escrupulosamente el silencio electoral, evitando hacer comentario o hablar con los periodistas.



Berlusconi, a quien los últimos sondeos permitidos, de hace quince días, dan como vencedor por una diferencia de 5 a 8 puntos, llegó sólo y sonriente al colegio electoral que le correspondía en Milán, hizo algunos cariños a un niño de tres años y se marchó sin abrir boca.



En tanto su adversario, Veltroni votó en Roma acompañado de su mujer, Flavia, y de dos hijas Martina y Vittoria, que aún no puede votar al faltarle unos meses para cumplir 18 años.



El primero en acudir a votar y fue el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, que recibió un aplauso y muestras de cariño por parte de los ciudadanos.



En lo que fue una jornada tranquila y sin incidentes, sólo destacó el gesto de algunos electores que destruyeron la papeleta para protestar contra la actual clase política, y por lo que fueron denunciados ya que se considera un delito que prevé una condena de hasta un año y seis meses de cárcel.



En Sorrento, en el sur de Italia, un ciudadano tras pedir la papeleta, la hizo trozos y se la comió, explicando que se trataba de un gesto «contra una política que da asco y que está envenenada».



En tanto en los centros de votación se cumplieron al pie de la letra las nuevas medidas de dejar fuera de la cabina electoral teléfonos móviles o cámaras fotográficas para evitar poder demostrar a quien se ha votado, y evitar así la compra de votos.



Los medios de comunicación locales informan que algunas personas fueron denunciadas por olvidar dejar fuera de la cabina electoral sus teléfonos móviles.



Además de las elecciones generales, también hoy y mañana se votará para la elección del presidente de las regiones de Sicilia y Friuli-Venecia Julia, en ocho provincias y en 423 ayuntamientos, entre ellos el de Roma.



El magnate y el periodista



Las elecciones italianas de este domingo y lunes son bastante distintas a las que ganó Romano Prodi hace sólo dos años.



Para empezar, los candidatos no son exactamente los mismos.



Pese a que Silvio Berlusconi, el magnate televisivo de 71 años, persiste en su intento de regresar al gobierno con una nueva coalición de centro-derecha, muchos analistas aseguran que esta vez ha buscado posicionarse como un «estadista» que podría solucionar los problemas italianos.



Anteriormente, Berlusconi siempre venía haciendo uso de su reputación de exitoso empresario y de un «gran comunicador» que vendía soluciones.



Igualmente esta elección es ya que a Berlusconi le toca competir con Walter Veltroni, del recién creado Partido Democrático.



Veltroni, un ex periodista y escritor de 52 años, busca jugar a su favor la carta de sus años como alcalde de Roma y así relanzar la centro-izquierda italiana, golpeada luego del fracaso del último gobierno de Prodi.



En esta ocasión, quedaron afuera de sus respectivas coaliciones los cristianos de centro (agrupados en la Unión de Centro Democrático), los ecologistas y muchos ex comunistas (reunidos en La Izquierda-Arco Iris), y también algunos defensores del fascismo.
Según algunos analistas, en esta elección se podría producir un desplazamiento al bipartidismo, tal y como sucedió en las elecciones españolas de marzo.



Asimismo hay otros que creen que los resultados ajustados que se prevén podrían mantener el poder decisivo de los pequeños partidos.



Y esos resultados ajustados, especialmente en la elección al Senado, podría llevar a un punto político muerto que, según algunos analistas más arriesgados, podrían obligar a Berlusconi y Veltroni a armar un gobierno de unidad.



El gran día de los indecisos



Renato Mannheimer, profesor universitario y uno de los más prestigiosos analistas políticos, señaló que hoy sería el «gran día de los indecisos» y que muchos de ellos se acabarían absteniendo.



Para el académico, de éstos, el 60% son personas que no se interesan por la política y que, pase lo que pase, no irán a votar, mientras un 25% sí tiene una orientación entre derecha e izquierda y un 5% decide el mismo día de las elecciones.



Luego está la categoría de los «enfurecidos», personas «literalmente disgustadas con la política y sus protagonistas», añadió el analista.
El Mostrador.cl/EFE

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