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El «tren a la muerte» llegó estación central del antiguo Berlín oriental

La muestra ilustra desde el corazón del Berlín actual, la estación subterránea de la Potsdamerplatz, el destino de algunos judíos alemanes, franceses o austríacos deportados a partir de 1938 por el Reichsbahn -los ferrocarriles del III Reich- hacia Auschwitz y otros campos de exterminio nazi.


La exposición «Trenes especiales a la muerte» llegó este domingo a la Ostbahnhof, estación central del antiguo Berlín oriental, a bordo de dos vagones tirados por una locomotora y el pesado recuerdo de las deportaciones del nacionalsocialismo.



El tren recorrerá durante los próximos diez días distintas estaciones de la capital, itinerario del que ha sido excluida «por razones técnicas» y pese a las críticas de amplios sectores de la ciudadanía, la estación central de Berlín, inaugurada durante los mundiales de fútbol de 2006.



Esta exposición itinerante sobre las deportaciones en tren durante los oscuros años del nacionalsocialismo arrancó en noviembre precisamente desde Berlín, tras un tira y afloja con la compañía de ferrocarriles alemana Deutsche Bahn, que la quiso vetar.



La Deutschen Bahn no quería tener en sus estaciones esa muestra, por considerar que estropeaba la imagen actual de un compañía, que, según sus directivos, ya ha estudiado e investigado suficientemente su pasado, como demuestra el material exhibido en su Museo en Nuremberg.



Fue necesaria la intervención del ministro de Transportes, el socialdemócrata Wolfgang Tiefensee, para forzar un cambio de opinión. La Deutsche Bahn (DB) es, al fin y al cabo, aún propiedad del Estado, y sus estaciones son un espacio público.



La muestra ilustra desde el corazón del Berlín actual, la estación subterránea de la Potsdamerplatz, el destino de algunos judíos alemanes, franceses o austríacos deportados a partir de 1938 por el Reichsbahn -los ferrocarriles del III Reich- hacia Auschwitz y otros campos de exterminio nazi.



Se calcula que durante los años del nacionalsocialismo, los trenes del Reichsbahn llevaron hasta los campos de concentración y exterminio a unos tres millones de personas.



Además de Berlín, su primera y última estación, el «tren de la memoria» recorrió instalaciones de ocho ciudades repartidas por todo el país.



EFE

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