La situación podría prolongarse durante el fin de semana ya que, según el Servicio Meteorológico Nacional, no están previstos cambios en el rumbo de los vientos que arrastran el humo del delta sobre la capital.
El Gobierno argentino declaró este viernes emergencia vial en autovías próximas a Buenos Aires, afectadas por la impresionante masa de humo que cubre la capital y sus alrededores, y que amenaza con prolongarse hasta la semana próxima.
El Gobierno argentino reaccionó al suceso presentando ante la Fiscalía una denuncia penal contra los propietarios y arrendatarios de los terrenos donde se queman los pastos que han originado la masa de humo que cubre Buenos Aires y sus alrededores y afecta a más de 15 millones de personas.
«El objetivo nuestro es que finalmente haya responsables», dijo el ministro del Interior, Florencio Randazzo, al presentar la denuncia penal ante el fiscal.
«El Gobierno no tiene ningún tipo de responsabilidad, porque la responsabilidad está clara, muy clara, que son los productores agropecuarios que, irresponsables, han utilizado la quema de los pastizales para tener menor costo y mejorar su rentabilidad», agregó.
Paralelamente, según medios locales, Defensa Civil ha enviado a los focos de incendio once vehículos, más de treinta voluntarios y un hospital de campaña para ayudar a los bomberos que tratan de extinguir el fuego apoyados por helicópteros hidrantes.
La quema incontrolada de pastos, que comenzó hace días, afecta a unos 70.000 hectáreas del delta del río Paraná, con unos 500 focos activos.
Las autoridades mantienen la declaración de emergencia vial en autovías próximas a Buenos Aires, donde el tráfico continúa restringido en algunos tramos por falta de visibilidad.
Medios locales reportan una incipiente lluvia de ceniza sobre las afueras de la ciudad, como en el aeropuerto de Ezeiza, a unos 30 kilómetros de la capital.
La Dirección de Vialidad Nacional recomendó a la población «no circular desde la capital y el Gran Buenos Aires hacia rutas del interior del país».
La principal terminal de ómnibus de Buenos Aires permanece cerrada, el aeropuerto de vuelos domésticos restringió operaciones y las líneas de metro sufrieron alteraciones en el servicio.
En algunas ciudades de la provincia de Buenos Aires, como Pilar, 60 kilómetros al norte de la capital, fueron suspendidas las clases como medida de prevención.
La secretaria de Ambiente, Romina Picolotti, admitió que, si bien la situación es «adversa», confía en «la estrategia» que se ha diseñado para combatir los focos de incendio que todavía están activos, que el presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Carlos Cheppi, cifró en 570.
«La situación es crítica y de una enorme emergencia», sostuvo Picolotti antes de señalar que «se caerá con todo el peso de la ley» sobre los responsables de esta quema de pastizales.
«Les pido por favor que acerquen toda la información que tengan de quiénes iniciaron estos incendios», apuntó en declaraciones radiales, y pidió «solidaridad» y «conciencia ciudadana» a la población.
Aunque el fenómeno afecta desde hace varios días a la capital argentina y a su cordón urbano, la postal de Buenos Aires presentó hoy un aspecto dantesco, el peor de las últimas jornadas, con una visibilidad que no superó los 100 metros, en el mejor de los casos.
Las autoridades insisten en que el humo no es tóxico, aunque admiten que el nivel de dióxido de carbono en el aire es cuatro veces superior al promedio diario y puede causar molestias en la salud.
Según el medioambientalista argentino Fernando Miñerro, la raíz del problema está en la expansión de la frontera agrícola sin un ordenamiento ambiental.
Miñerro, de la Fundación Vida Silvestre, explicó a Efe que en las tierras del delta del Paraná los pastizales necesitan de la quema para rebrotar en mejores condiciones, pero advirtió que es necesario tomar las precauciones adecuadas para evitar desastres medioambientales como el que está ocurriendo.
La situación podría prolongarse durante el fin de semana ya que, según el Servicio Meteorológico Nacional, no están previstos cambios en el rumbo de los vientos que arrastran el humo del delta sobre Buenos Aires.
EFE
