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Moscú acusa a Beijing de copiar caza SU-27 para revenderlo a otros países

La agencia rusa «Novy Reguión» indicó que en 2003 expertos estadounidense calculaban que el Gobierno de Beijing tardaría diez años en producir en casa y de manera «pirata» todas las piezas del avión de combate, incluida una versión propia del motor ruso AL31F, pero los chinos lo consiguieron antes.


Rusia avisó a China que la producción del caza J-11B, copia pirata del SU-27SK ruso, viola los acuerdos intergubernamentales suscritos y prometió iniciar los trámites para defender su propiedad intelectual, informó este martes la prensa rusa.



China, tras recibir de Rusia los derechos de ensamblaje de los SU-27SK, copió las tecnologías e inició la producción de un modelo idéntico con vista a su exportación a terceros países, ante todo a Pakistán, indicó el diario «Nezavísimaya Gazeta».



El diario recordó que China desde hace años inunda el mundo con sus versiones pirateadas de las armas rusas, peores en calidad, pero más baratas que los originales, como fusiles Kaláshnikov, lanzaderas múltiples de misiles Grad y Smerch, ametralladoras, lanzagranadas, sistemas de artillería autopropulsados y carros de combate.



«Pero el mercado de aviones presenta otro nivel de precios: 150 cazas para Pakistán cuestan 2.300 millones de dólares. China (…) puede desbancar por completo a Rusia del mercado de aviación de países del tercer mundo, incluidos clientes tradicionales de Rusia como Angola, Etiopía, Siria e Irán», señaló el rotativo.



El diario de negocios «Védomosti» recordó que desde 1992 Rusia suministró a China 76 SU-27SK, y en 1996 le vendió la licencia para ensamblar otros 200 cazas, que en 1996 empezaron a fabricarse en Shenyang bajo el nombre chino de J-11.



Tras recibir hasta 2003 las piezas y motores para ensamblar 95 cazas, China rompió unilateralmente el contrato so pretexto de que el modelo ruso tenía limitadas capacidades de combate, mientras el año pasado presentó su propio modelo J-11B, una copia casi exacta del SU-27SK.



La agencia rusa «Novy Reguión» indicó que en 2003 expertos estadounidense calculaban que el Gobierno de Beijing tardaría diez años en producir en casa todas las piezas del caza, incluida una versión propia del motor ruso AL31F, pero los chinos lo consiguieron antes.



«Los avances en las tecnologías de producción de los propulsores han permitido elevar el peso específico de las piezas y tecnologías chinas del 70-75% al 90%», constató recientemente Andréi Plótnikov, delegado en China del consorcio estatal ruso de venta de armas Rooboronexport, en la revista «Problemas del Extremo Oriente».



Según «Novy Reguión», en 2004 en China había 160 Su-27SK de fabricación rusa más un centenar de J-11 de producción china.



Un alto directivo de la casa rusa «Sukhoi», fabricante de los SU-27SK, dijo que, según sus datos, por ahora en China solo han construido contados modelos del J-11B, todavía con algunos componentes rusos, y aún no han iniciado la producción en serie.



«Si los chinos aprenden a fabricar en serie su versión del SU-27SK, podrán desalojar a Rusia de los mercados de terceros países», señaló a «Védomosti» Konstantín Makiyenko, experto del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías ruso.



La irritación de Moscú se debe a que el contrato de 1996 prohibía expresamente la exportación de los J-11 chinos a terceros estados, mientras que Beijing anunció su intención de fabricar unos 500 J-11B para venderlos a otros países, ante todo a Pakistán.



«Nezavísmaya Gazeta» comentó que Rusia misma ha criado a su competidor en los mercados de armas, pues China fue durante muchos años uno de los principales clientes de la industria armamentística rusa, junto a la India.



En 2007, las ventas de aviones de guerra sumaron un 50 por ciento del total de ingresos de Rosoboronexport, que fue de 6.200 millones de dólares, por lo que la transformación de China en exportador y competidor de las armas rusas amenaza el lugar de Rusia en el mercado mundial de armamentos.



En la actualidad, según datos occidentales, las exportaciones de armas rusas a China se han reducido en un 62 por ciento, y la cooperación se limita al cumplimiento de antiguos contratos, por un monto de 1.800 millones de dólares, sin firmar nuevos.



EFE

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