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FMI estudia aumento de ayuda a países pobres por precios de alimentos

Según el portavoz de la institución multilateral, el impacto negativo del incremento de los precios de estos productos de primera necesidad en su balanza de pagos puede equivaler en algunos de esos países a más del 1,0 por ciento de su PIB.


El Fondo Monetario Internacional está en conversaciones con diez países pobres, en su mayoría africanos, con vistas a una posible ayuda financiera que les permita superar los problemas de balanzas de pago y fiscales por la subida de los precios mundiales de los alimentos.



El portavoz principal del FMI, Masood Ahmed, declaró al Finacial Times que una serie de países preguntaron al banco si estaría dispuesto a aumentar su apoyo a través de mecanismos de ayuda ya existentes.



«Ésta sería la vía más rápida para que (esos países) obtuvieran fondos adicionales para hacer frente al incremento del precio de los alimentos», dijo Ahmed.



Según este funcionario, el FMI no se ha comprometido aún, pero ha decidido dar tratamiento urgente al tema.



Entre los diez países africanos con los que el FMI está en conversaciones figuran Mali, Camerún y Madagascar.



Según el portavoz de la institución multilateral, el impacto negativo del incremento de los precios de los alimentos en su balanza de pagos puede equivaler en algunos de esos países a más del 1,0 por ciento de su PIB.



Muchos de esos países se ven además afectados negativamente por el incremento del precio del petróleo.



El FMI está también discutiendo con un grupo más amplio de países posibles cambios en sus marcos fiscales que podrían necesitar para hacer frente a la crisis alimentaria.



En algunos casos, recomendaría el recorte de otro tipo de gastos para permitir una mayor ayuda directa a las personas que no pueden costearse su alimentación, pero en otros casos podría aceptar mayores déficits presupuestarios siempre y cuando puedan financiarlos.



El FMI apoya las transferencias de dinero en efectivo para ayudar a determinados países a comprar alimentos, pero se opone a subsidios generales y argumenta que un recorte de los impuestos a la importación, posible forma de reducir costes, puede tener graves implicaciones para las finanzas públicas.



EFE

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