Las Fuerzas Armadas libanesas instaron a la población a la «moderación y sabiduría» para que puedan cumplir con su misión, advirtiendo que de continuar la crisis podría verse amenazada la estabilidad.
La tensión se eleva por momentos en el Líbano, donde vuelven a registrarse incidentes, no sólo en Beirut sino en todo el país, mientras que el Ejército alertó ante una posible división en sus tropas si sigue la crisis.
Miembros de la oposición chií, encabezada por Hizbulá, bloquearon este jueves, al igual que ayer, varios barrios de Beirut con neumáticos y vehículos incendiados, así como la carretera que conduce al aeropuerto, única ventana de ese país hacia el exterior.
Frente a esta situación, las Fuerzas Armadas libanesas hizo público un comunicado en el que instan a los libaneses a la «moderación y sabiduría» para que puedan cumplir con su misión, y han advertido de que la continuación de la crisis amenaza su estabilidad.
En la nota, el Ejército instó a encontrar una «solución para sacar al país de la crisis» y a detener el conflicto para que no se corra el riesgo de una división en sus filas.
Al mismo tiempo, hombres armados y enmascarados hicieron su reaparición en algunos sectores de la capital libanesa donde algunos medios locales aseguran que incluso piden los papeles de identidad, un fenómeno que recuerda a la Guerra Civil libanesa (1975-1990).
La televisión «New TV» informó también de que muchas familias han comenzado a salir de Corniche el Masra y el barrio cercano de Ras el Nabah por temor a más violencia.
Frente al cierre del aeropuerto, partidarios suníes de la mayoría han cerrado la carretera que conduce al puesto fronterizo con Siria en el este del Líbano y aseguran que no lo abrirán mientras la autopista del aeropuerto permanezca cerrada.
Llamado a la calma
Por su parte, el Consejo Supremo Islámico Chií hizo un llamamiento a todos los grupos políticos del país para que mantengan la calma, y acusó a Estados Unidos y a Israel de alentar lo que describió como «fitna» (caos o enfrentamiento en árabe).
«Llamo a todos a permanecer en calma y a estar a la altura de sus responsabilidades para evitar caer en la trampa de la sedición», dijo el vicepresidente del Consejo, el jeque Abdelamir Qabalan, en un comunicado emitido hoy.
Asimismo, la nota señaló que las últimas medidas adoptadas por el gobierno del primer ministro Fuad Sinora contra el grupo chií Hizbulá, que lidera la oposición, son un «crimen», y pidió al Ejecutivo que dé marcha atrás.
«Este crimen será considerado como una agresión contra la dignidad de los ciudadanos y nos preguntamos cómo la gente acepta ser una herramienta en manos de Israel», añadió.
El Gobierno decidió hace dos días desmantelar la red de comunicaciones del movimiento chií y retirar sus cámaras de vigilancia.
EFE
