Publicidad

Delegado de la ONU negociará ayudas con el gobierno birmano

La organización británica «Save the Children» dice que entre los afectados hay unos 30.000 niños menores de cinco años en la zona del delta del Irrawady que podrían morir de hambre.


El enviado especial de las Naciones Unidas John Holmes llegó este domingo a Birmania (Myanmar) para convencer a la Junta Militar de que permita la entrada de cooperación internacional a las zonas afectadas por el tifón «Nargis».



Holmes, jefe de asuntos humanitarios de la ONU, porta además una carta del secretario general de la organización internacional, Ban Ki-moon, para el líder birmano, general Than Shwe.



Than Shwe ha rechazado conversar telefónicamente con Ban Ki-Moon, quien el lunes pasado indicó que la respuesta birmana al desastre se había realizado con una «lentitud inaceptable».



La ONU teme que hasta 2,5 millones de birmanos padezcan los efectos del ciclón, que destruyó sembrados de arroz y reservas de alimentos en el sur del país, además de causar la muerte de unas 78.000 personas, mientras que otras 56.000 han sido dadas por desaparecidas.



Según fuentes de las Naciones Unidas, sólo un diez por ciento de los afectados están recibiendo asistencia.



Por su parte, la organización británica «Save the Children» apunta que entre los afectados hay unos 30.000 niños menores de cinco años en la zona del delta del Irrawady que podrían morir de hambre.



La visita del diplomático británico, que aterrizó en Rangún sobre las 19.30 (12.30 GMT), se produce ante las crecientes críticas de los gobiernos mundiales a la negativa de las autoridades birmanas a permitir la entrada de personal extranjero, al menos a gran parte de ellos, en el país.



Holmes, que ha realizado un vuelo de casi 24 horas desde los Estados Unidos, iniciará oficialmente su visita el lunes y se prevé que concluirá el miércoles.



Sólo cooperantes de países condescendientes con las autoridades de Naypyidaw han recibido visados para entrar en la nación del Sudeste Asiático.



Un grupo de personal sanitario de Tailandia, formado por 18 médicos y 12 enfermeros, además de un equipo de medio centenar de cooperantes de la India han sido los primeros voluntarios extranjeros que han logrado pisar suelo birmano.



Mientras, el navío «Mistral» de la Armada francesa, con 1.500 toneladas de suministros para socorrer a las víctimas del ciclón, permanece anclado desde el sábado en aguas internacionales frente a las costas de Birmania, a la espera de autorización para repartir alimentos y medicinas en el delta del Irrawady, una de las zonas más afectadas por la tormenta de los pasados días 2 y 3 de mayo.



La Junta Militar, en el poder desde hace casi medio siglo, quiere recibir la ayuda que se supone que repartirá posteriormente, mientras que Francia quiere distribuirla por medio de sus propios helicópteros y lanchas a los necesitados.



La actitud de las autoridades birmanas, que denuncian la presencia de «barcos de guerra» extranjeros en sus costas, ha sido calificada de «inhumana» por el primer ministro británico, Gordon Brown, quien señaló que la Junta Militar deber ser responsabilizada por su negativa a socorrer con rapidez a su propio pueblo, mientras que Francia habla de un crimen contra la humanidad.



Por otro lado, los vecinos y socios de Birmania en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) tratarán el lunes de negociar con el representante birmano, el ministro de Exteriores, Nyan Win, sobre la asistencia humanitaria.



A la reunión en Singapur acudirán los ministros de Asuntos Exteriores de los diez países que integran el grupo regional (Birmania, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam).



Se teme que la ASEAN, que defiende la no injerencia en los asuntos internos de sus miembros, no presione a la Junta Militar para que reciba a los ayudantes del extranjero, una dificultad que aparentemente no afecta a personal del grupo regional.



El Equipo de Emergencia de Valoración Rápida (ERAT, sigla en inglés) de la ASEAN, formado por expertos en saneamiento, salud y logística enviados a Rangún, la mayor ciudad birmana, informará a la organización regional de las necesidades críticas de la población.



Aunque la Junta Militar mantiene su negativa a que los extranjeros entren en las zonas afectadas por el ciclón, sí permitió ayer la visita a un grupo de diplomáticos occidentales, que comprobaron la magnitud de la devastación en el delta del Irrawady.



EFE

Publicidad

Tendencias