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Fuerzas de la ONU descubren fosas comunes en el Congo

Una de las sepulturas contiene los restos de cien personas, la segunda de otras siete y la tercera huesos diseminados, lo cual no permite establecer de primera mano el número exacto de víctimas.


Efectivos de la fuerza multinacional de la ONU, desplegada en el nordeste de la República Democrática del Congo (RDC), encontraron tres fosas comunes con los cadáveres de más de cien personas, informaron este sábado portavoces del contingente internacional.



Una patrulla de soldados sudafricanos descubrió las fosas cerca de la aldea de Maboya, en la convulsionada provincia de Kivu Norte, dijo a los periodistas Kemal Saiki, portavoz de la Misión de Observación de la ONU en la RDC (MONUC).



Según el funcionario de MONUC, las fosas no son recientes y, aparentemente, se remontan a la década de los 90, aunque es difícil determinar con certeza su antigüedad.



Saiki agregó que una de las fosas contiene los restos de cien personas, la segunda de otras siete y la tercera huesos diseminados, lo cual no permite establecer de primera mano el número exacto de víctimas.



El portavoz señaló que las autoridades congolesas prevén iniciar una investigación del sitio para establecer fehacientemente la antigüedad de las fosas y tratar de averiguar a quienes pertenecen los restos allí sepultados.



La región oriental de la RDC ha sido desde 1996 el epicentro de dos guerras civiles e incontables conflictos tribales y se calcula que en el último combate (1998-2002), en la que intervinieron las fuerzas de otros cinco países, murieron cerca de cuatro millones de personas, con la mayoría de ellas sepultadas en fosas comunes.



Pese a un armisticio en 2003 y elecciones democráticas en 2006, el este congolés continúa inmerso en luchas étnicas y de grupos políticos que responden a uno u otro de los antiguos bandos rivales durante la guerra civil.



El mayor y mejor organizado de esos grupos es el llamado Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), compuestas por miembros del antiguo ejército ruandés y las milicias «Interahamwe», (los que cazan juntos, en idioma kinyarwanda).



Los rebeldes, que huyeron al este de la RDC en 1994 tras participar en el genocidio de la minoría tutsi de Ruanda, fueron aliados del gobierno del presidente congolés, Joseph Kabila, pero tras las elecciones del 2006 cayeron en desgracia con éste, quien, con asistencia de la MONUC, ahora los persigue.



EFE

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