La guerra entre el Estado peruano y los grupos subversivos que tuvo lugar en Perú de 1980 a 2000 dejó casi 70.000 muertos, la mayoría a manos de Sendero Luminoso.
Expertos forenses encontraron los cuerpos de 25 personas, que murieron en 1984 a manos de militares, dentro de una fosa común en una remota zona de la región de Ayacucho, el epicentro del conflicto interno que asoló Perú entre 1980 y 2000, informó este sábado la prensa del país andino.
Los peritos del Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF), encabezados por el fiscal de la Segunda Fiscalía Supraprovincial de Derechos Humanos de Ayacucho, Rubén López, notificaron el miércoles pasado el descubrimiento de los cadáveres en la localidad de Putis, varios de ellos de niños, reveló el diario La República.
Los funcionarios, acompañados de representantes de la Asociación Paz y Esperanza, también hallaron 15 casquillos de bala, lo que podría servir como evidencia para confirmar que los campesinos fueron ejecutados extrajudicialmente como parte de la estrategia antiterrorista aplicada por las Fuerzas Armadas en Ayacucho, añadió el rotativo.
La Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) señaló en su informe final, publicado en 2003, que la fosa común ubicada en Putis, a unos 575 kilómetros al sureste de Lima, contiene unos 123 cadáveres de comuneros acusados de pertenecer al grupo armado Sendero Luminoso.
En 1984 se instaló una base militar en Putis para perseguir a miembros de ese grupo guerrillero, que había sembrado el terror en la zona y provocado el éxodo de los lugareños.
En diciembre de ese año, más de cien personas acudieron al llamado militar en busca de protección contra los abusos de los senderistas, pero después fueron obligados por los soldados a cavar un pozo, que resultó ser su propia tumba, según la CVR.
La guerra entre el Estado peruano y los grupos subversivos que tuvo lugar en Perú de 1980 a 2000 dejó casi 70.000 muertos, la mayoría a manos de Sendero.
EFE
