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La ONU consigue los visados que pedía para entrar en Birmania

La ONU calcula que con el cambio de actitud de las autoridades y la mejor cooperación, la distribución de la ayuda internacional ha mejorado y ha alcanzado a un millón de personas, un volumen aún insuficiente.


La Junta Militar de Birmania (Myanmar) cedió a las presiones y otorgó a la ONU todos los visados que pidió para que su personal cualificado entre en el país asiático, casi un mes después de que el ciclón «Nargis» causara 134.000 muertos y desaparecidos.



Así lo comunicó este jueves el organismo multilateral, y es fruto del acuerdo alcanzado el viernes pasado entre el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y el jefe del régimen militar birmano, el general Than Shwe, en Naypyidaw, la capital birmana desde 2005.



La ONU señaló que los cooperantes también disfrutan de mayor acceso al delta del río Irrawaddy, la zona más afectada por el ciclón, en el sur de Birmania.



La catástrofe causó 77.700 muertos y 55.900 personas siguen desaparecidas desde el 3 de mayo, según datos oficiales de Birmania a los que se añaden cerca de 2,5 millones de damnificados.



La Oficina Coordinadora de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU estima en 110.000 los birmanos desplazados.



La Junta Militar birmana abrió las puertas del país a la ayuda humanitaria y los cooperantes extranjeros, pero mantiene los controles en las carreteras de acceso al delta del Irrawaddy y hace retroceder a todo aquel extranjero que no viaja debidamente acreditado y con las autorizaciones pertinentes.



El régimen militar, que gobierna el país desde hace 46 años, teme que los trabajadores de agencias internacionales propaguen ideas «occidentales» entre la población y, entre otras medidas, camufla el material de emergencia para que las víctimas no vean que proviene de países críticos con la dictadura.



La ONU calcula que con el cambio de actitud de las autoridades y la mejor cooperación, la distribución de la ayuda internacional ha mejorado y ha alcanzado a un millón de personas, un volumen aún insuficiente.



EFE

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