Los profesionales de prensa fueron sometidos a golpes de puño, píes, descargas eléctricas y otros métodos de apremios ilegítimos.
El Gobierno brasileño condenó este domingo las torturas sufridas por un periodista, un fotógrafo y un chofer del diario carioca O Día mientras permanecieron secuestrados por miembros de una banda para-policial de Río de Janeiro.
«Fue un atentado contra la libertad de prensa y el Gobierno se ocupará de colaborar con las investigaciones» y que el hecho no quede impune, manifestó el viceministro de Justicia, Luiz Paulo Barreto.
Según informó el sábado el propio diario, los tres miembros del equipo periodístico fueron secuestrados el pasado 14 de mayo y luego liberados, aunque no aclaró cuánto tiempo permanecieron en manos de sus captores.
«Los tres profesionales están a salvo, en buen estado de salud, en un lugar seguro, y están recibiendo un apoyo sin restricciones de la empresa, incluido tratamiento psicológico», indicó O Día.
El diario aseguró que los responsables fueron miembros de grupos para-policiales conocidos como «milicias», que operan en barriadas cariocas y ejercen un poder paralelo, que disputan con las bandas del narcotráfico.
Los tres secuestrados -cuyos nombres se mantienen en reserva- fueron sometidos durante siete horas y media a torturas que incluyeron «puñetazos, puntapiés, descargas eléctricas» y otros métodos.
El hecho ocurrió en la favela de Batan, en la que el equipo de O Día haría un reportaje sobre la vida de los habitantes de esa humilde barriada y el poder de las llamadas «milicias».
Organizaciones de periodistas y el Colegio de Abogados se sumaron a las condenas contra el secuestro, que ocurrió seis años después de que el reportero Tim Lopes, del canal de televisión Globo, fue secuestrado, torturado y asesinado en circunstancias similares, pero por una banda del narcotráfico de una favela carioca.
Por ese asesinato, siete personas fueron condenadas a penas de entre 28 y nueve años de prisión.
EFE
