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Astronautas completan con éxito tercera y última caminata fuera de la EEI

Con una vista «impresionante» de la Tierra como telón de fondo, los astronautas Mike Fossum y Ronald Garan completaron este domingo su tercera y última caminata fuera de la Estación Espacial Internacional (EEI), con labores de mantenimiento y toques adicionales al laboratorio japonés «Kibo».


Como parte de la misión del Discovery, la caminata tenía tres objetivos fundamentales: el reemplazo de un tanque de nitrógeno, vital para el funcionamiento del sistema de aire acondicionado de la EEI, terminar la instalación de «Kibo» y la reinstalación de una cámara de televisión que se había estropeado.



Durante esta misión también sustrajeron una cubierta térmica del brazo robótico de «Kibo».



Como buen augurio, la caminata de más seis horas empezó sin problemas, a 337 kilómetros de distancia de la Tierra y a las 14.00 GMT, media hora antes de lo programado por la NASA, y concluyó a las 20.28 GMT.



Los astronautas permanecerán en la EEI otros dos días y realizarán los preparativos para regresar a Tierra el próximo miércoles.



Fossum y Garan, dos de los siete astronautas del Discovery, no podían más que admirar su obra y la belleza del planeta azul.



«Es muy diferente cuando el planeta está allá abajo (…) increíble, bello», observó Garan, cuando se disponía a reemplazar el tanque de nitrógeno y, a través de una cámara, pudo ver la Tierra mientras la EEI y el Discovery hacían su recorrido sobre Perú.



«Sí lo es, es una vista impresionante, no?», le contestó Fossum, mientras el piloto Kenneth Ham les felicitó desde adentro de la EEI por el trabajo realizado.



Tan bien fue esta jornada laboral, que a Fossum le sobró tiempo para limpiar una junta rotatoria de un ala de paneles solares en el costado izquierdo de la estación internacional, en la que se detectó una basurilla de polvo.



Los ingenieros de la NASA prevén analizar la «basura» recolectada por Fossum para tratar de determinar por qué una junta rotatoria similar, en el lado derecho de la EEI, quedó obstruida con virutas de metal.



La junta rotatoria del lazo izquierdo funciona con normalidad y la idea es impedir que tenga problemas similares a los de la del lado derecho.



Uno de los momentos más memorables para Fossum fue precisamente cuando tuvo que reemplazar el tanque de nitrógeno, del tamaño de una nevera y de unos 253 kilos de peso.



Con el tanque vacío en mano, Fossum, en la punta de un enorme brazo robótico y a 24 metros fuera del complejo en órbita, tuvo que dar un vertiginoso giro de un lado al otro para recoger el nuevo tanque de reemplazo.



El sábado los astronautas Akihiko Hoshide y Karen Nyberg probaron y movieron por primera vez el brazo robótico del «Kibo», de diez metros de longitud y que fue adosado a la EEI a comienzos de esta semana.



Esa primera maniobra del brazo, que consistió en mover ligeramente dos de sus seis piezas rotatorias, se realizó con éxito, según la NASA.



No se prevé el uso pleno del brazo hasta que no se instale la tercera y última sección del laboratorio japonés, una especie de «porche» para experimentos al exterior de la EEI y otro brazo robótico más pequeño, que serán colocados el año próximo.



Cuando «Kibo» esté totalmente ensamblado se habrá completado un 71 por ciento de los trabajos de la EEI y quedarán siete misiones de construcción pendientes.



La NASA quiere que la estación internacional esté totalmente construida para finales de septiembre de 2010, cuando prevé retirar su flota de transbordadores.



«Kibo», que tiene el tamaño de un autobús, se sumó en la actual misión del Discovery al módulo Columbus de la Agencia Espacial Europea instalado en febrero pasado.



El laboratorio japonés, más grande que el Columbus y el estadounidense Destiny, cuenta con 23 plataformas para investigaciones sobre medicina espacial, biología, observaciones de la Tierra, producción de materiales, biotecnología y comunicaciones.



EFE

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