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El ministro de Justicia dice que gran parte de los italianos son espiados

El secretario de Estado hizo esas manifestaciones para denunciar al «abuso» que se hacen de las escuchas telefónicas y lo que cuestan al Estado, a la vez que insistió en que las medidas que prepara el Gobierno no paralizarán la acción de la magistratura.


El ministro italiano de Justicia, Angelio Alfano, denunció este lunes que «una grandísima parte» de los italianos son espiados.



«En Italia, en un año, más de cien mil personas son interceptadas (sus llamadas telefónicas), frente a las 1.700 de EEUU, 2.300 de Suiza, 3.700 de Holanda, 5.500 de Gran Bretaña y 20.000 en Francia. (…) si cada uno hace o recibe 30 llamadas al día, se llega a tres millones de interceptaciones»», denunció Alfano ante la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados.



Alfano también subrayó el coste de estas escuchas, que ha aumentado un 50 por ciento desde 2003 a 2006. Según datos del ministerio de Justicia, el pasado año fueron espiados telefónicamente 124.845 ciudadanos con un coste de 224 millones de euros.



El ministro hizo esas manifestaciones para denunciar al «abuso» que se hacen de las escuchas telefónicas y lo que cuestan al Estado, a la vez que insistió en que las medidas que prepara el Gobierno no paralizarán la acción de la magistratura.



Pero la polémica no se aplaca, ya que si la Asociación italiana de Magistrados señaló este fin de semana que las escuchas telefónica son insustituibles en la lucha contra el crimen, hoy el líder del partido Italia de los Valores (IDV, en la oposición), Antonio Di Pietro, dijo que son necesarias «para curar el mal» y que si son prohibidas, recogerán firmas para convocar un referendo al respecto.



La Federación Italiana de Editores y Diarios (FIEG) también se mostró contraria. Su presidente, Boris Bianchieri, dijo hoy que limitar las interceptaciones al terrorismo y a la criminalidad organizada «no es una buena idea».



«Un secuestro o un hecho de corrupción de un funcionario no son menos graves. Se habla de castigar a los periodistas que escriben las noticias o al editor que la publica, pero antes tiene que ser castigado quien la filtra», afirmó Bianchieri en un comunicado.



Walter Veltroni, líder del Partido Demócrata, el más importante de la oposición, consideró la propuesta de Berlusconi «equivocada y grave», aunque precisó que «no es aceptable» que todo acabe en los periódicos.



EFE

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