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Gobernador de Nuevo México compara a Barack Obama con JFK

Bill Richardson comparó al candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, con el fallecido presidente John Fitzgerald Kennedy y se mostró convencido de que una amplia mayoría de los hispanos votarán por él en las elecciones del próximo 4 de noviembre.


El candidato Barack Obama «tiene muchos aspectos de otro candidato joven de hace más de 40 años que se llamaba John Kennedy», dijo Richardson durante su intervención en la Tribuna Iberoamericana organizada por Casa América de Madrid y la Agencia Efe.



«El senador Obama es una persona especial, que puede unir a los Estados Unidos, un hombre que ha practicado la reconciliación, un hombre que puede marcar una nueva imagen de los Estados Unidos en el mundo», dijo el gobernador, que también optó a la nominación del Partido Demócrata y se retiró de las primarias en el mes de enero.



Tras su retirada, apoyó de inmediato a Obama y no a la senadora Hillary Clinton, lo que, reconoció, causó un gran enfado al ex presidente Bill Clinton (1993-2001), quien durante su mandato le nombró, entre otras cosas, embajador estadounidense ante Naciones Unidas.



«(Bill Clinton) está un poco enfadado. Bueno, no tan poco, yo creo que está muy enfadado», aclaró con media sonrisa Richardson, quien añadió: «quiero mucho al presidente Clinton, pero mi lealtad es con los Estados Unidos y con el Partido Demócrata».



Pese a que durante la primarias los latinos apoyaron a la senadora «por la positiva trayectoria de los Clinton con la comunidad hispana», el gobernador de Nuevo México pronosticó que «ese voto se va a trasladar al senador Obama» en noviembre.



Es más, Richardson manifestó que si generalmente el candidato demócrata a la Casa Blanca logra un 65 por ciento del voto latino en las elecciones, frente al 35 por ciento del republicano, en el caso de Obama «el voto se va a ir para él en casi un 70 por ciento».



Advirtió, no obstante, de que el candidato republicano a suceder a George W. Bush en Washington, el senador John McCain, tiene un buen cartel entre los hispanos, porque ha impulsado junto al demócrata Ted Kennedy un plan para regularizar la situación de los 12 millones de latinos que viven en Estados Unidos ilegalmente.



En cualquier caso, consideró que pesará más la actitud «muy negativa» de los republicanos frente a la comunidad hispana en los últimos años y destacó que ni siquiera importará a quién elija McCain como eventual vicepresidente, porque «les vamos a ganar».



Richardson indicó que todo apunta a que el gobernador de Florida, Charles Christ, acompañará a McCain en el «ticket» republicano, en un intento por atraer el decisivo voto hispano en ese Estado, pero sostuvo que serán más importante los Estados del suroeste.



Esta es una baza que también deberían jugar los demócratas, sugirió el gobernador, quien subrayó que la elección de candidato a la vicepresidencia es «decisión exclusiva del senador Obama», pero defendió que debería ser una persona que ayudara a arrastrar «estados cruciales» como Colorado, Nevada, Florida y Nuevo México.



Se trata de circunscripciones «que pueden irse de republicano a demócrata en una batalla muy reñida», con alto porcentaje de votantes de origen hispano y que, en su condición de «swing states» (estados péndulo), pueden decidir el futuro presidente.



«Por ejemplo, el presidente sería hoy mismo John Kerry (derrotado por Bush en 2004) si hubiera ganado en Nevada, Nuevo México y Colorado, tres estados que perdió por menos de un 2%», recordó.



Richardson expuso las cifras del importante peso de los hispanos en la configuración política de EEUU: hay 6.000 cargos de elección popular de origen latino, tres senadores y 22 congresistas, en un país en el que viven ya 46 millones de hispanos (el 15% del total), de los cuales 7,6 millones votaron en las elecciones de 2004.



El nombre del gobernador se cita en las quinielas como posible acompañante de Obama en el asalto a la Casa Blanca, pero él se limitó a declarar que su partido debe estar unido hasta la Convención de agosto en Denver (Colorado), actitud que debe incluir la importante tarea de elegir al «número 2» de los demócratas.



En su opinión, además de tener la capacidad de arrastrar votos, los demócratas deberán valorar «si esta persona puede ser presidente de los EEUU si ocurre una tragedia».



EFE


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