La terapia biológica cetuximab disminuye en un 13% el riesgo de muerte y se le considera uno de los avances más importantes en los últimos 10 años en el tratamiento de la enfermedad .
La terapia biológica cetuximab utilizada hasta ahora para tratar el cáncer de colon y el de cabeza y cuello, funcionaria para detener el cáncer de pulmón, entregando una nueva esperanza a quienes lo padecen.
Los resultados de esta nueva aplicación fueron dados a conocer en la Reunión Anual de Oncólogos Americanos (ASCO) realizada recientemente en Chicago, Estados Unidos.
El estudio fue realizado a más de 1.100 pacientes con cáncer de pulmón metastásico del tipo de ‘células no pequeñas’ en diferentes centros de cáncer del mundo. Se aplicó en primera línea de tratamiento unida a quimioterapia estándar basada en platino y considerando todos los tipos histológicos de tumores, entregando una disminución del riesgo de muerte de esta enfermedad de un 13%, esto sin mayor toxicidad que la de la quimioterapia tradicional, en una población representativa de la realidad clínica habitual.
"Aunque para muchos esta cifra puede resultar poco significativa, para la comunidad científica y para los pacientes es uno de los avances más importantes en los últimos 10 años. El cáncer de pulmón es uno de los más difíciles de tratar y cuando hay metástasis (ramificación del cáncer a otros órganos) tiene menos del 5% de posibilidades de mejoría", explicó el doctor Francisco Javier Orlandi, oncólogo de la clínica Indisa y uno de los especialistas chilenos destacados presentes en ASCO.
A nivel mundial, el cáncer de pulmón es la primera causa de muerte en hombres y la segunda en mujeres. En tanto, en Chile se estima que anualmente mueren 2.000 personas por esta causa, ocupando el segundo lugar de incidencia, después del cáncer gástrico. El cáncer de pulmón del tipo "células no pequeñas" representa el 80% de los cánceres de pulmón y es de difícil tratamiento y diagnóstico.
La tasa de sobrevivencia en un periodo de cinco años es del 16%, comparada con una del 65% en cáncer de colon, 89% en cáncer de mama y 99% en cáncer de próstata.
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