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Irak e Irán en el centro de las conversaciones entre Bush y Brown

Bush se reunirá mañana, lunes, en Londres primero con Blair, en la actualidad enviado del Cuarteto para Oriente Medio, antes que con Brown.


La presencia militar en Irak será, junto al programa nuclear iraní, uno de los asuntos principales en las conversaciones entre el primer ministro británico, Gordon Brown, y el presidente de EEUU, George W. Bush, quien llegó este domingo a Londres.



Una entrevista concedida al diario londinense «The Observer» y publicada hoy, asegura que Bush advertirá a Brown contra cualquier intento de fijar un calendario para la retirada de las tropas británicas de Irak.



Tras reconocer que ambos países aliados quieren traer de vuelta a casa a sus tropas, el presidente estadounidense, al que sólo quedan siete meses en la Casa Blanca, insistió en que esto sólo podría hacerse «basado en el éxito» de la operación.



Preguntado por la posibilidad de anunciar un calendario para importantes reducciones de tropas, Bush señaló: «Nuestra respuesta es: no debería haber un calendario definitivo».



La Casa Blanca ha desmentido de inmediato las conclusiones de «The Observer».



En declaraciones a bordo del avión que trasladaba a Bush a Londres desde París, el consejero de seguridad de la Casa Blanca, Stephen Hadley, negó tajantemente que existan diferencias políticas entre las autoridades de ambas naciones.



Según Hadley, tanto Bush como Brown «sólo creen en el regreso de las tropas tras haber alcanzado el éxito sobre el terreno».



«Ésta es la fórmula de Estados Unidos y es la fórmula del Reino Unido», agregó el alto cargo norteamericano.



La semana pasada, un informe apuntó la posibilidad de que el Reino Unido podría anunciar una retirada definitiva de Irak para finales de año.



En la actualidad, el Reino Unido mantiene 4.200 soldados en Irak, donde han muerto 176 militares británicos desde el comienzo de la invasión anglo-estadounidense en 2003.



Bush ha rechazado tajantemente durante todo su mandato fijar un calendario para la salida de las tropas estadounidenses.



EEUU, que el año pasado aumentó sus militares en Irak ante el deterioro de la seguridad, ha retirado esas tropas adicionales paulatinamente pero ha detenido el regreso de más soldados para después de julio a la espera de evaluar la situación sobre el terreno.



La posibilidad de una salida de las tropas británicas de Irak ha sido una constante desde la llegada al poder el año pasado de Brown, un líder que pese a mantener instintos muy pro estadounidenses no ha conseguido forjar una relación de la misma intensidad con Bush que la que mantuvo su antecesor, Tony Blair.



De hecho, Bush se reunirá mañana, lunes, en Londres primero con Blair, en la actualidad enviado del Cuarteto para Oriente Medio, antes que con Brown.



Hadley negó que exista distanciamiento entre los dos dirigentes, y, aunque reconoció que «Brown tiene una personalidad distinta de Blair», EEUU y el Reino Unido, y ambos líderes entre sí, «tuvieron, tienen y tendrán una relación muy especial».



Según Hadley, otro asunto al que Brown y Bush dedicarán su atención será el programa nuclear iraní, después de que Teherán rechazara el sábado el programa de incentivos que le proponía la comunidad internacional para renunciar al enriquecimiento de uranio.



Bush ha dedicado buena parte de su gira de despedida por Europa a persuadir a sus aliados de que apoyen un endurecimiento de las sanciones contra Teherán.



«Hay un compromiso para mostrar a Irán que hay un camino por delante, pero también que estamos decididos a que si el régimen iraní rechaza la oferta (…) eso redundará en un mayor aislamiento del régimen y, lamentablemente, de su pueblo», afirmó.



El alto cargo agregó que durante la gira de Bush ha quedado claro «el compromiso y el consenso» de Europa de que «ése es el camino a seguir».



El presidente estadounidense llegó hoy a Londres acompañado de su esposa, Laura, e inmediatamente se dirigió al castillo de Windsor, donde fue recibido por la reina Isabel II.



La estancia de Bush en territorio británico se completará mañana con una visita a Irlanda del Norte para conmemorar el décimo aniversario de los acuerdos de paz de Viernes Santo -en los que EEUU jugó un papel esencial- antes de regresar a Washington.



EFE

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