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Creen accidental el uso de fuego contra 17 personos en cuartel francés

El mandatario, Nicolas Sarkozy, acompañado por el ministro de Defensa, Hervé Morin, visitó hoy a los heridos hospitalizados en Carcasona y en Toulouse.


Los investigadores se inclinan por la hipótesis de un accidente para explicar lo ocurrido ayer en un cuartel de Carcasona, cuando 17 personas resultaron heridas por los disparos de un sargento, que cargó su metralleta con munición real en vez de balas de fogueo durante una exhibición.



Los dos heridos más graves, uno de ellos un niño de tres años, por cuya vida se temió en un primer momento, fueron intervenidos anoche y están fuera de peligro, explicó el prefecto (delegado del Gobierno), Bernard Lemaire a la emisora de radio «RMC».



Según fuentes de la investigación, el sargento autor de los disparos permanece detenido, así como otros tres militares que llevaban metralletas de asalto Famas cuando se produjo el suceso en el tercer Regimiento Paracaidista de Infantería de Marina (RPIMa).



El fiscal del caso Brice Robin, señaló que el sargento actuó «involuntariamente» y «en absoluto de forma premeditada» por lo que hay que hablar de un «error humano».



Pese a ello, pedirá que sea procesado por «delito de heridas involuntarias» con el agravante de que «violó las reglas de seguridad» al llevar encima munición real.



Robin precisó que esas balas reales procedían de una operación en la que había participado días antes, y que tendría que haber devuelto: «por eso está arrestado».



El presidente francés, Nicolas Sarkozy, acompañado por el ministro de Defensa, Hervé Morin, visitó hoy a los heridos hospitalizados en Carcasona y en Toulouse.



Sarkozy se declaró consternado por lo ocurrido y subrayó que «hubo negligencias inaceptables» que «tendrán que ser sancionadas».



Morin, que a primera hora de hoy no descartaba ninguna hipótesis, incluida la de un acto voluntario, admitió que en cualquier caso se cometieron «faltas» en la organización del ejercicio.



Añadió que el sargento implicado era un militar experimentado que había realizado varias misiones en el extranjero, con buenas calificaciones y una hoja de servicios intachable.



Según un portavoz del Ejército de Tierra, hay una seguridad del «99,9%» de que se trató de «una falta no voluntaria».



El sargento disparó una primera ráfaga con balas de fogueo y luego puso una segunda carga en su arma que fue de munición real, con la que alcanzó al público que presenciaba en ese momento un simulacro de liberación de rehenes.



Algunos testigos declararon que al principio cuando vieron caer al suelo a las personas creyeron que formaba parte del simulacro, pero rápidamente advirtieron que había sangre y un oficial ordenó por megafonía que cesara el fuego.



EFE

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