La Asamblea Nacional, el parlamento cubano, se reúne este viernes en La Habana para enfrentar la difícil tarea de aprobar varias medidas gubernamentales que seguramente no serán del agrado de la población.
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El gobierno cubano ya anunció «inevitables» ajustes en la economía que auguran nuevas alzas de precios, sobre todo en los combustibles y en los alimentos, en un país donde estos últimos son ya extremadamente caros.
A la par se informa que los planes para la construcción y reparación de viviendas no se cumplirán porque no hay recursos suficientes para llevarlos adelante, con lo que aumentará el déficit inmobiliario.
Por último se anuncia la concesión de licencias para el trabajo privado, en concreto para el transporte de personas, mientras por otra parte se inicia un operativo general contra el mercado negro.
Aumento de precios
Cuando los 600 diputados se reúnan este viernes, en uno de sus dos encuentros anuales, tendrán que sancionar el informe del ministro de Economía, José Luis Rodríguez, y los ajustes que propone el documento.
Algunas medidas ya parecen estar en funcionamiento, como el aumento de los precios de los alimentos y los artículos de aseo personal, que los cubanos se ven obligados a comprar en moneda dura.
Entre los productos que subieron de precio están el aceite, el jabón, la leche, las pastas, el queso y un larguísimo etcétera, que hará muy difícil la vida a una población que ya gastaba la mayor parte de sus ingresos en comida.
Además ya hay fuertes rumores de que viene un incremento en el precio de los combustibles, gasolina y diesel, que según algunas fuentes no oficiales podrían aumentar en más de un 50%.
Crisis inmobiliaria
El tema de la construcción de viviendas, uno de los más debatidos por los cubanos en asambleas convocadas el pasado año, presenta un retraso gigantesco con una cobertura menor del 7% de las necesidades acumuladas en la población.
Víctor Ramírez, presidente del Instituto Nacional de la Vivienda (INV), informó en la prensa nacional, que sólo habían logrado terminar menos de la mitad de las casas previstas para el periodo enero-julio.
Es paradójico que se presente esta situación de grave déficit productivo cuando el mismo INV reconoce que se realizaron «millonarias inversiones en divisas para reanimar la industria».
Teniendo en cuenta el trasiego de materiales de construcción que existe en el mercado negro -proveniente de las obras del Estado- no resulta raro que las inversiones no se correspondan con los resultados.
Apertura sí, pero legal
Finalmente el gobierno anunció que, después de una década, aprobará la concesión de nuevas licencias para trabajadores por cuenta propia, en este caso aquellos que tengan automóvil y quieran dedicarse a trasladar pasajeros.
Claro que esta vez parece que el proceso se realizará con más orden que en ocasiones anteriores, se fijarán rutas en las que hay dificultades de transporte y el Estado les venderá el combustible.
A la par de esta reapertura del trabajo por cuenta propia, se inició una campaña en La Habana contra el mercado negro y se descubrieron y cerraron 82 almacenes, 72 fábricas y 31 talleres, todos ellos clandestinos.
Sin duda el Grupo Operativo de Enfrentamiento al Delito, compuesto por policías, agentes secretos, ex combatientes y civiles, tendrán un arduo trabajo dado el tamaño del mercado negro en Cuba.
