Publicidad

Ecuador investiga daños en hidroeléctrica construida por firma brasileña

El ministro de Electricidad y Energía Renovable, Alecksey Mosquera, indicó que la central de San Francisco «ha sufrido un daño estructural en el túnel de conducción», de 11 kilómetros de longitud, por fisuras en, al menos, un kilómetro de la galería subterránea.


El Gobierno de Ecuador anunció este jueves una investigación por los daños ocurridos en la planta hidroeléctrica San Francisco, en el centro andino del país, construida por la empresa brasileña Odebrecht e inaugurada hace un año.



El ministro de Electricidad y Energía Renovable, Alecksey Mosquera, indicó que la central de San Francisco «ha sufrido un daño estructural en el túnel de conducción», de 11 kilómetros de longitud, por fisuras en, al menos, un kilómetro de la galería subterránea.



Ese túnel, que alimenta de agua a la planta hidroeléctrica, ha presentado el desprendimiento de rocas, debido a que el tramo afectado no disponía de un recubrimiento de hormigón, precisó.



Mosquera indicó que varios funcionarios del Gobierno han mantenido reuniones con directivos de Odebrecht para analizar la situación y señaló que la firma brasileña correrá con todos los gastos que demanden las reparaciones.



«Existieron, sin duda, errores de fiscalización del proyecto San Francisco por parte de la empresa brasilera, por lo que habrá que investigar a los responsables en este tema», añadió el ministro.



Reveló que existen también daños en una de las dos turbinas de la planta hidroeléctrica, debido a la gran sedimentación que ha depositado el río Pastaza, la principal fuente que alimenta a esa central de generación de electricidad.



No obstante, el ministro dijo que ya han empezado los trabajos de reparación y que las partes afectadas se recubrirán con carburo de tungsteno, un material muy duro y que soporta la abrasión.



San Francisco tiene una potencia instalada de 230 megavatios y su construcción demandó una inversión de 338 millones de dólares, financiados con dinero del Estado ecuatoriano y un crédito del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil.



Esta planta comenzó su construcción en 2004 y aprovecha, mediante una serie de túneles de conducción, el agua del río Pastaza, que es enviada desde otra central hidroeléctrica, la de Agoyán, situada aguas arriba y con una potencia instalada de 150 megavatios.



EFE

Publicidad

Tendencias