Los investigadores, que examinan desde ayer el aparato, señalan la ausencia de un contenedor de oxígeno como posible indico de la causa de la explosión, tras la cual tuvo que tocar tierra en Manila, sin que nadie fuera lesionado.
Expertos australianos se encuentran en Filipinas para determinar la causa del incidente en que se abrió un boquete en el fuselaje de un avión de la aerolínea Qantas, aparentemente debido a una explosión, que lo obligó a hacer un aterrizaje de emergencia en Manila con más de 350 pasajeros a bordo.
De confirmarse la hipótesis de la explosión de un tanque de oxígeno, sería la primera vez que sucede en un vuelo comercial, dijo hoy el portavoz de la autoridad de aviación civil australiana, Peter Gibson.
Las autoridades han descartado un acto de terrorismo o sabotaje y mantienen que se trató de un fallo en la seguridad del avión.
Gibson ha ordenado a Qantas inspeccionar toda su flota de Boeing 747-400 para que evitar se repita suceso, pero la compañía aérea indicó que eso tardará varias semanas.
La Autoridad de Aviación Civil de Australia ya les instó a ello le pasado mes de mayo, copiando una iniciativa de su homólogo en Estados Unidos.
No obstante, el consejero delegado de Qantas, Geoff Dixon, aseguró hoy en conferencia de prensa que la explosión que abrió el boquete abierto se debía a un fallo técnico, no humano.
El pasado viernes, el avión, que cubría la ruta entre Melburne y Londres y acababa de despegar de una escala en Hong Kong, tuvo que descender bruscamente desde una altura de 9.150 metros hasta poco más de 3.000 metros después de hallarse el agujero en el fuselaje.
Los pasajeros, que finalmente salieron ilesos, se asustaron cuando la diferencia de presión aérea hizo saltar las mascarillas de oxígeno e hizo que volaran los objetos dentro de la cabina.
Qantas presume de ser una de las compañías más seguras del mundo. Su último accidente fue registrado en 1981, cuando una pequeña avioneta se estrelló sin causar víctimas.
EFE
