«Una apertura (del mercado estadounidense y europeo) para el etanol y otros productos, aunque no sea en los niveles que nosotros queremos, es un avance», apuntó Miguel Jorge.
El ministro brasileño de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Miguel Jorge, afirmó este lunes que prefiere un acuerdo «débil» que un fracaso rotundo en las negociaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Jorge, en declaraciones a periodistas extranjeros en la ciudad de Sao Paulo, señaló que «un posible acuerdo es mejor que ningún acuerdo. Hay avances con la apertura agrícola, lo que apunta que esta cuestión puede avanzar en el futuro».
«Una apertura (del mercado estadounidense y europeo) para el etanol y otros productos, aunque no sea en los niveles que nosotros queremos, es un avance», apuntó.
Jorge defendió al canciller brasileño, Celso Amorim, en su participación en la reunión especial de la OMC celebrada en Ginebra, Suiza, y aseguró que su colega de Relaciones Exteriores consultó siempre primero la posición de países como Argentina e India para defender la postura de Brasil.
«Haber tomado una posición diferente a la de India o Argentina no significa una traición. Brasil siempre habla antes con los países amigos como una tradición diplomática», detalló.
El ministro, de otro lado, minimizó las proyecciones de la reducción del saldo comercial este año, que pasaría de los 40.000 millones de dólares en 2007 para entre 23.000 y 25.000 millones de dólares en 2008.
Jorge justificó que esa caída obedece al aumento del 42 por ciento en las importaciones, favorecidas por la depreciación del dólar, y cuyo 70 por ciento será destinado a la compra de maquinaria, equipos y materias primas.
Descartó, en ese sentido, una intervención del Gobierno para contener la fuerte apreciación del real, la moneda local, pero ratificó la decisión gubernamental de evitar un aumento de la inflación, que según las proyecciones de analistas sería para este año del 6,58 por ciento, que supera los 6,5 del tope oficial.
EFE
