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Dimiten los zares mexicanos contra el crimen organizado

Las fuerzas federales tienen entre sus principales blancos a los carteles de Sinaloa, dirigido por Joaquín «El Chapo» Guzmán, y de los hermanos Beltrán Leyva, que se asociaron con el brazo armado de Los Zetas, grupo integrado por desertores del Ejército mexicano.


Los dos principales jefes mexicanos de la persecución contra el crimen organizado y la extradición de capos del narcotráfico abandonaron la Fiscalía General a menos de una semana, en medio de una escalada de la violencia en el país que ha cobrado en lo que va de este año más de 2.600 vidas.



Este domingo fuentes gubernamentales informaron a Efe de la salida de la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía) de José Luis Santiago Vasconcelos, quien trabajó durante 20 años en esa institución y ocupó importantes cargos.



Santiago Vasconcelos, contra quien capos del narcotráfico realizaron varios atentados que resultaron fallidos, fue el responsable, como vicefiscal jurídico y asuntos internacionales, de la extradición en casi dos años de más de un centenar de delincuentes.



Entre los barones de la droga que Vasconcelos autorizó su extradición se cuentan Osiel Cárdenas, líder del cartel del Golfo, y Héctor «El Güero» Palma, del de Sinaloa.



Santiago Vasconcelos decidió «retirarse» en el marco «de la reestructuración que el presidente (Felipe) Calderón le autorizó hacer al procurador (fiscal) Eduardo Medina Mora en la PGR», señalaron las fuentes.



Agregaron que Santiago Vasconcelos valoró en su decisión «iniciar nuevos proyectos personales y profesionales».



La salida de Santiago Vasconcelos ocurrió tres días después de que renunció Noé Ramírez como titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), y en medio de versiones de otras dimisiones que mencionaban incluso al fiscal general Medina Mora.



Fuentes oficiales dijeron a Efe que estaba descartada la renuncia de Medina Mora a la Fiscalía General y que una señal en ese sentido es el apoyo que le dio Calderón para reestructurar la PGR.



Hasta ahora se desconocen los nombres de quienes sustituirán a Santiago Vasconcelos y a Ramírez, en el lugar de este último fue designada temporalmente una funcionaria.



Los movimientos en la PGR se producen en medio de una espiral de la violencia que supera en lo que va de este año los 2.600 asesinatos atribuidos al crimen organizado, cien muertes menos que en todo 2007.



El Gobierno del presidente Calderón, que asumió el 1 de diciembre de 2006, declaró la guerra al crimen organizado enviando a miles de soldados y agentes federales a las ciudades más castigadas por la violencia.



Las autoridades se han anotado en el último año históricos golpes, como el mayor decomiso de dólares en efectivo (205 millones) y la más grande incautación de cocaína (23 toneladas).



Sin embargo, la ola de violencia continúa y ante el acoso de las fuerzas federales los grupos del narcotráfico responden con mayor virulencia y sadismo, decapitando o quemando a sus víctimas, sobre las que dejan macabros mensajes intimidatorios.



Asimismo, tales grupos están diversificando sus actividades ilícitas, entre las que incluyen el secuestro de empresarios y el tráfico de personas.



Entre los más de 6.000 asesinatos cometidos en los últimos tres años están los de medio millar de policías, algunos de ellos por ajustes de cuentas al negarse a colaborar o por no querer seguir trabajando para los narcotraficantes, bajo el lema de «plata o plomo».



Las fuerzas federales tienen entre sus principales blancos a los carteles de Sinaloa, dirigido por Joaquín «El Chapo» Guzmán, y de los hermanos Beltrán Leyva, que se asociaron con el brazo armado de Los Zetas, grupo integrado por desertores del Ejército mexicano.



EFE

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