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Falta de sueño en niños y adolescentes los hace propensos a la obesidad

La pérdida de sueño causa cambios en los niveles hormonales que pueden afectar el apetito, y también da al individuo más horas en la que permanece despierto y puede comer.



Los niños y adolescentes que no duermen lo suficiente, especialmente los que pasan menos tiempo en la fase de sueño con movimientos rápidos de los ojos, conocido como REM, son más propensos a tener exceso de peso y obesidad.



Un artículo publicado por la revista Archives of General Psychiatry recuerda que en los últimos 30 años se ha triplicado la tasa de obesidad entre los niños con edades de seis a 11 años.



Aproximadamente, el 17 por ciento de los adolescentes en Estados Unidos ahora tiene exceso de peso o es obeso, indicó la publicación médica.



Xianchen Liu, del Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburg, estudió con sus colegas 335 niños y adolescentes, con edades de siete a 17 años.



Durante tres noches consecutivas, los investigadores observaron el sueño de los participantes mediante la polismonografía, que permite evaluar las distintas fases del sueño.



Los investigadores comprobaron que una hora menos de sueño total está relacionada con una duplicación de las probabilidades de tener exceso de peso, y que una hora menos de sueño con movimientos rápidos de los ojos (Rapid Eye Movement), está vinculada con un aumento de tres veces de esas probabilidades.



«La relación entre el sueño más corto y el exceso de peso podría atribuirse a la interacción de cambios de conducta y cambios biológicos provocados por la privación del sueño», indicaron los autores.



La pérdida de sueño causa cambios en los niveles hormonales que pueden afectar el apetito, y también da al individuo más horas en la que permanece despierto y puede comer.



Además la pérdida del sueño contribuye a la fatiga al día siguiente, lo cual puede disminuir la actividad física y el gasto de calorías.



Dado que el exceso de peso entre los niños y los adolescentes continúa aumentando, y que la insuficiencia crónica de sueño es más común en la sociedad, las intervenciones que hagan las familias y las escuelas para mejorar los hábitos de sueño pueden tener importantes consecuencias en la prevención de la obesidad y la diabetes en los niños, agrega el artículo.



EFE

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